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Se publica un libro sobre la insurrección húngara contra la URSS que hoy conmemora su 50 aniversario
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Se publica un libro sobre la insurrección húngara contra la URSS que hoy conmemora su 50 aniversario

Hoy se cumplen 50 años de la insurrección húngara de 1956, que la editorial Actas conmemora con la publicación del libro La batalla de Budapest. En

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Se publica un libro sobre la insurrección húngara contra la URSS que hoy conmemora su 50 aniversario

Hoy se cumplen 50 años de la insurrección húngara de 1956, que la editorial Actas conmemora con la publicación del libro La batalla de Budapest. En un caso extraño para la historiografía española, los historiadores Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo Pérez Sánchez –junto con el historiador húngaro István Szilágyi- exploran una realidad histórica no hispánica. Aquella revolución antisoviética, de resonancias menores que la más célebre de Praga de 1968, mostró por primera vez al mundo la contundencia de la represión soviética así como la escasa inclinación de los ciudadanos sovietizados por el sistema comunista-estalinista.

En un clima de gran tensión en toda la Europa del Este, ocasionado por el tambalearse del poder soviético tras la muerte de papa Stalin en 1953, varias naciones trataron de sacudirse el yugo comunista en una adelantada primavera. Entre julio y octubre de 1956 se sucedieron desórdenes primero en Polonia –sofocados más o menos pacíficamente-, seguidos por los húngaros; el 23 de octubre de 1956, la capital húngara se manifestaba en contra del comunismo soviético y a favor de la independencia nacional y la democracia. Aquella manifestación en principio pacífica, convocada por estudiantes y secundada por la ciudad entera, terminó en un baño de sangre por la actuación de la AVH –Autoridad de Defensa del Estado, filosoviética-, lo que provocó el levantamiento del ejército a favor de los sublevados y contra el Estado.

Los enfrentamientos duraron cinco días, hasta el día, 28, cuando el presidente Imre Nagy declaró el alto el fuego y dio por liquidado el estado-partido estalinista. El nuevo gobierno aceptó buena parte de las reivindicaciones revolucionarias, dado el abrumador apoyo popular a la revuelta, lo que da una idea de la percepción social que se tenía del comunismo como invasor y opresor. No obstante, el Kremlin, ante la amenza de ruptura y pérdida de su hegemonía en la europa oriental y para evitar la expansión del movimiento libertario, manifestó todo su poder coercitivo con un ejército de 200.000 hombres que, en tres días, aplastó la insurrección. Ante la inacción de occidente se restauraba por la fuerza la unidad política comunista tras el Telón de Acero y fracasaba la primera revolución antitotalitaria de la Historia, que tuvo como consecuencia local una durísima represión que afectó a unas 300.000 personas, entre las que se contó el presidente Nagy, ejecutado en 1958.

En cambio, en occidente sirvió para cambiar la percepción del comunismo y de la URSS. Los partidos comunistas europeos registraron una grave crisis agravada por las numerosas bajas entre sus afiliados y los movimientos populares en su contra –las oficinas del Partido Comunista francés en París fueron asaltadas, y se incendió el local del diario comunista L’Humanité-, al tiempo que célebres simpatizantes censuraban la actitud soviética: Picasso, Camus o Sartre. Parte importante en el conflicto fueron los medios de comunicación, que mostraron aquella primavera adelantada desde dentro, con las terribles imágenes de jóvenes lanzando cócteles molotov contra los tanques soviéticos al grito de Ruszkik Haza! -¡Rusos a casa!-. Hungría tardaría todavía 34 años en poder ejercer su libre derecho al voto en un sistema realmente democrático; 54 años después de la insurreción se convertía en miembro de la Unión Europea.

Hoy se cumplen 50 años de la insurrección húngara de 1956, que la editorial Actas conmemora con la publicación del libro La batalla de Budapest. En un caso extraño para la historiografía española, los historiadores Ricardo Martín de la Guardia y Guillermo Pérez Sánchez –junto con el historiador húngaro István Szilágyi- exploran una realidad histórica no hispánica. Aquella revolución antisoviética, de resonancias menores que la más célebre de Praga de 1968, mostró por primera vez al mundo la contundencia de la represión soviética así como la escasa inclinación de los ciudadanos sovietizados por el sistema comunista-estalinista.