Steve Buscemi, una estrella lejos del telescopio de los paparazzi

El actor Steve Buscemi asistió el martes a la presentación del filme Delirious a concurso en el 54 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, por donde pasea con la tranquilidad de saber lejos a los paparazzi, pese a ser un rostro habitual tanto de la pequeña como de la gran pantalla. "No me encuentro al nivel de celebridad o fama que pueden estar Tom Cruise o Brad Pitt. Raramente me hacen fotos cuando estoy de vacaciones, cuando veo a los fotógrafos es cuando estoy trabajando o haciendo presentaciones o en festivales. Normalmente me hacen las fotos y no tengo ningún problema con ellos", explicó.

Así pues, "no presto mucha atención a la cuestión de la celebridad, de la fama, algo que considero un subproducto bastante malo de mi trabajo".

La pregunta sobre los paparazzi durante la charla que mantuvo con un grupo de periodistas venía al caso de que precisamente en Delirius interpreta bajo las órdenes de Paul DiCillo a uno de esos fotógrafos.

"Es un personaje que me gusta, es un luchador, que se busca la vida, un superviviente que se enorgullece del trabajo que hace", apuntó Buscemi (Nueva York, 1957).

Con más de un centenar de producciones a sus espaldas, el actor sigue engrosando un currículo que incluye haber dado voz a cintas de animación como Monster House (2006), trabajado con cineastas como Quentin Tarantino, Jim Jarmusch o los hermanos Coen y aparecido en series de televisión tan exitosas como Los Soprano.

Su carrera como director

A la vez, prosigue su carrera como director, tarea que ha asumido en varios episodios de Los Soprano, mientras que para la gran pantalla prepara Interview, versión de la cinta homónima hecha por el holandés Theo Van Gogh en 2003, un año antes de que un integrista islámico lo asesinara.

"Actuar es más cómodo. Dirigir es un desafío, hay tantísimas cosas que uno debe pensar, preparar...", subrayó.

Y también "en general me gusta más el cine, la televisión tiene un ritmo más acelerado de hacer las cosas, aunque también el cine independiente suele ir muy rápido", por escasez de presupuesto, como ocurrió en Delirious.

Con esta cinta, Buscemi se mantiene fiel a su costumbre de alternar obras independientes con producciones multimillonarias del estilo de Armageddon (1998), de Michael Bay.

"Mi paso del cine independiente al comercial no la veo como un salto, sino como algo muy gradual, que ha ido entremezclándose. Cuando empecé, eso que ahora se llama 'películas independientes' eran simplemente películas de bajo presupuesto y en realidad era el único trabajo que entonces podía encontrar", recordó.

Luego "fui consiguiendo más trabajos, pasé a hacer películas en estudios y luego cine comercial. Me siento afortunado de poder hacer cine comercial, porque además me permite hacer más películas independientes", subrayó.

Respecto a si el cine independiente está en crisis, Buscemi opina que "todavía hay que gente que sigue haciendo un cine excelente, como Jarmusch y DiCillo".

Por otro lado, el actor evocó los atentados del 11 de septiembre de 2001, protagonistas ahora de películas como United 93, de Paul Greengrass, y World Trade Center, de Oliver Stone, que se proyectará fuera de concurso en el certamen donostiarra.