Una exposición recorre la historia de los piratas desde Egipto hasta la actualidad

Diferentes réplicas, maquetas de barcos y piezas originales forman parte de una exposición sobre la piratería, desde Egipto hasta nuestros días, que se inaugura el jueves en el Museo Marítimo de Barcelona y en la que se ofrece una visión nada romántica de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros.

Uno de los comisarios de la exposición, Enric García, explicó en rueda de prensa que la piratería -definida como robos y pillajes en el mar- es un fenómeno del que se tiene constancia desde la época egipcia y que todavía hoy está vigente en los océanos del mundo, cambiando únicamente los medios de sus agentes, porque los objetivos, desde hace más de 3.000 años, son los mismos.

En su opinión, "la piratería no se puede ver de ninguna manera con simpatía, porque es una actividad abominable, en la que el pirata siempre intenta obtener el máximo beneficio con un mínimo de esfuerzo".

A lo largo de la muestra, organizada en cuatro ámbitos (edad antigua, época medieval, edad moderna y la piratería en la actualidad), el visitante, además de conocer la definición exacta de piratería, podrá descubrir las relaciones de esta actividad con el poder, sus implicaciones económicas, sociales y éticas.

En la Antigüedad, en el Mediterráneo, donde cogieron protagonismo egipcios, fenicios, griegos y etruscos, el pillaje y la piratería fueron actividades corrientes, con una consideración negativa, como demuestran algunos textos de Homero.

En la época de Roma, los piratas y su sistema de mercado libre de esclavos pasaron a ser innecesarios porque fue el propio Imperio el que se encargó de esclavizar a pueblos enteros, por lo que, decidió, con ejércitos de hasta 100.000 hombres, exterminar a los piratas.

Del apartado dedicado a la época medieval, los comisarios de 'Piratas' subrayaron la importancia de la figura del corsario, que atacaba sólo a quien le había sido señalado como enemigo por la autoridad, y de los vikingos, un pueblo saqueador y asesino, que llegó a las costas del delta del Ebro y Mallorca, interesados más en los botines de los barcos que en las personas que transportaban.

La piratería en la Cataluña medieval

La piratería en la Cataluña medieval también se explica en la exposición ya que esta región, como la parte más dinámica del Reino de Aragón, protagonizó una expansión por el Mediterráneo que contó con la colaboración de corsarios.

En la edad Moderna, los corsarios se convirtieron en instrumento para llevar a cabo una guerra permanente contra los enemigos respectivos de naciones como Francia, Inglaterra, España y Holanda.

De esta época destacan los corsarios Barbarroja, dos hermanos posiblemente originarios de Lesbos, que fueron los más temidos, bajo la protección del emir de Túnez y del sultán turco y del amparo de Francia.

En la exposición también se repasan las acciones de piratas y corsarios del Caribe como Francois Le Clerc (Pata de Palo), John Hawkins o France Drake y de los mares de Oriente, especialmente de los de la isla de Madagascar, que, en el Indico, jugó un papel parecido al de Jamaica en el Caribe: un lugar de refugio y aprovisionamiento, un pequeño mundo en tierra de nadie.

Los comisarios de la exposición, por otra parte, quisieron dejar claro ante el público que un pirata no es lo mismo que un corsario, un bucanero o un filibustero.

En este sentido, especificaron que el pirata se mueve por afán de lucro y es un apátrida, mientras que el corsario recibía un permiso de su rey para ejecutar ataques contra territorios enemigos.

Los bucaneros aparecieron exclusivamente en el ámbito americano y los filibusteros fueron aventureros y piratas asentados en las Antillas menores.