Ouka Lee, galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2005

La fotógrafa madrileña Bárbara Allende Gil de Biedma, conocida profesionalmente como Ouka Lee, ganó el martes el Premio Nacional de Fotografía. La "artista global", como se autodefine, comenzó en la fotografía a finales de los setenta de forma casual y se dio a conocer por sus retratos de la 'movida madrileña'. De 48 años y formación autodidacta, Ouka Lee confesó tras recibir el premio que todas las artes le apasionan, "si pudiera desdoblarme haría de todo", aseguró. "Considero que mi obra está creciendo, está viva y que aún le falta por hacerse", agregó.

La artista, a quien no le gusta definirse y dice que se escurre "como una trucha resbaladiza" cuando intentan que lo haga, señaló que el presidente del jurado le aseguró que estaban "encantados" de darle este premio no sólo por su trayectoria profesional sino también por ser mujer.

Precisamente esta condición y, sobre todo la de ser madre, han hecho que en más de una ocasión haya pensado en tirar la toalla: "Conjugar todos los proyectos que tengo en marcha con mi faceta como madre me ha llevado a pasar crisis muy grandes y a pensar en dejarlo todo y dedicarme a mi hija, que es lo que más me importa. Me daban ganas de huir pero hay que seguir adelante porque además es un orgullo para cualquier hijo ver a su madre trabajar", señaló.

La artista defiende "la libertad de creación" por encima de todo, "tanto en el estilo como en no tener sello de fábrica, que es como una condena para los artistas", y no le gusta que la encasillen en una técnica, porque, arguye, "cuando pinto cosas, estoy contando algo. La técnica es un soporte, pero es la idea lo que importa", dice.

Para ella, la fotografía es "poesía visual, una forma de hablar sin usar palabras", y sus fotografías, creadas en principio en blanco y negro, las pinta llenándolas de luz y color.

Muchas disciplinas

Ouka Leele se caracteriza por ser una artista que ha realizado incursiones en numerosas disciplinas. Así, entre sus proyectos, señaló la preparación de un teatro para bebés en colaboración con el músico Luis Paniagua y con Juan Pedro Romera. Además, está pendiente también de su película, La mirada de Ouka Lele, que se estrenará a principios del año que viene.

En otro orden de cosas, la artista está embarcada en un Quijote con serigrafías y, a la vez, prepara un libro que es "una especie de antología". Todo esto no queda aquí puesto que se encuentra en pleno proceso de realización de "una exposición muy gorda" en la sala Alcalá 31 de Madrid.

Las fuentes de inspiración de Ouka Leele son su propia vida. "Si hablo de colores chillones y de locura en los 70 y 80 es porque yo lo estaba viviendo así o si hablo de niños es porque me he metido mucho en el mundo de mi hija. Lo que existe en definitiva es un viaje hacia mi misma y hacia la belleza, la calma, la verdad, la sinceridad... y esto como nunca lo consigues del todo es lo que te hace seguir adelante", declaró.