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El Pompidu de París acoge 'Dada, la exposición', un abecedario del Dadaísmo
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El Pompidu de París acoge 'Dada, la exposición', un abecedario del Dadaísmo

La primera exposición en Francia en casi 40 años dedicada al Dadaísmo fue inugurada el miércoles en el Centro Pompidou de París, con el difícil reto

La primera exposición en Francia en casi 40 años dedicada al Dadaísmo fue inugurada el miércoles en el Centro Pompidou de París, con el difícil reto de ofrecer una visión genérica de este movimiento nacido durante la I Guerra Mundial. "Max Ernst decía que una exposición Dada era imposible", recuerda el comisario de la muestra, Laurent Le Bon, quien ha tratado de afrontar ese desafío con un original montaje que compara con "un océano en el que hay que lanzarse". Repartidas en pequeñas salas dispuestas en forma de tablero de ajedrez en una superficie de 2.200 metros cuadrados, más de un millar de obras firmadas por 50 artistas ofrecen un ecléctico panorama de este fugaz movimiento de principios del siglo XX.

Con el animo de respetar la "apertura de espíritu" de la que hicieron gala los dadaístas, Le Bon ha desplegado una "escenografía muy abierta" que posibilita al visitante "ir a derecha e izquierda desde cada sala", con lo que cada cual puede diseñar su propio recorrido por este movimiento que fue "muy breve en el tiempo".

El Dadaísmo fue "una especie de explosión, de 1916 a 1924", recordó el comisario de esta exposición que estará abierta hasta el 9 de enero de 2006 durante todos los días desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, salvo los martes.

Los dadaístas fueron "grandes nihilistas" que "hicieron tabla rasa para reconstruir mejor", resume Le Bon, al recordar que la "constelación Dada" fue rápidamente eclipsada por el Surrealismo.

El aparente caos en el que están dispuestas las obras refleja, según los organizadores, "la profusión creativa de los artistas", desde el "padre" del movimiento, el poeta Tristan Tzara, pasando por el filosofo Hugo Ball, que junto al anterior dio sustancia al Manifiesto Dada, hasta los pintores Jeans Arp o Marcel Duchamp.

La celebre tela L.H.O.O.Q., con una Gioconda bigotuda que cambia de sexo, de Duchamp, que, según los expertos, ilustra perfectamente el espíritu dadaísta, tiene una plaza destacada en esta exposición, al igual que un orinal masculino con el desagüe dirigido hacía el usuario, que se titula Fuente y que ha sido escogido como emblema en los carteles que anuncian la muestra.

Hay salas dedicadas exclusivamente a figuras destacadas y otras a momentos claves del Dadaísmo, como su nacimiento en 1916 en una cervecería de la ciudad suiza de Zúrich donde se encontraron, tras el estallido de la guerra en Europa, pacifistas y disidentes de otras escuelas previas, tales como el Expresionismo alemán, el Futurismo italiano y el Cubismo francés.

El grupo berlinés, mucho más radical, creado después de la guerra por Richard Huelsenbeck y Raoul Hausman, y articulado en torno al 'Dada Club', también tiene un espacio destacado en la muestra, y en especial el pintor Georg Grosz, agudo crítico del militarismo y del capitalismo alemán de aquellos años, y los hermanos Herfelde, uno famoso divulgador de la técnica artística del fotomontaje, otro indispensable editor de las obras dadaistas de aquellos años.

Otro grupo, el de Nueva York, al que pertenecía Duchamp, pero también Francis Picabia, Jean Crotti, Man Ray y Morton Schamberg, se dio a conocer en 1915 con la revista "291", nombre tomado del número de la casa ocupada por una galería de arte en la Quinta Avenida.

Para tratar de reflejar el rico conjunto de obras y artistas que componen el universo Dada, la exposición presenta un panorama dinámico que conjuga pinturas, esculturas, fotos, "collages", fotomontajes, documentos gráficos, revistas, cartas, libros, registros sonoros y películas.

La primera exposición en Francia en casi 40 años dedicada al Dadaísmo fue inugurada el miércoles en el Centro Pompidou de París, con el difícil reto de ofrecer una visión genérica de este movimiento nacido durante la I Guerra Mundial. "Max Ernst decía que una exposición Dada era imposible", recuerda el comisario de la muestra, Laurent Le Bon, quien ha tratado de afrontar ese desafío con un original montaje que compara con "un océano en el que hay que lanzarse". Repartidas en pequeñas salas dispuestas en forma de tablero de ajedrez en una superficie de 2.200 metros cuadrados, más de un millar de obras firmadas por 50 artistas ofrecen un ecléctico panorama de este fugaz movimiento de principios del siglo XX.