El director de películas como 'Scream' o 'Pesadilla en Elm Street' asegura que a la gente le gusta pasar miedo en el cine porque así "creen vencer sus propios terrores".

El director norteamericano Wes Craven, leyenda viva del cine de terror, género que él reinventó con filmes como Pesadilla en Elm Street o Scream, convertidos ya en clásicos contemporáneos, entiende que a la gente le gusta pasar miedo en el cine "porque así creen vencer sus propios terrores". A sus 66 años, Craven ha cambiado el terror adolescente por el thriller psicológico en su última película, Vuelo nocturno, que se estrena el próximo día 23, y cuya acción transcurre, casi íntegramente en un avión, donde se produce una lucha psicológica cargada de tensión y salpicada por gotas de humor, entre dos personajes.

Craven habló en Madrid sobre este filme que se distancia de su habitual filmografía. Scream y Pesadilla en Elm Street son películas originales y únicas. Ambas tienen algo de psicológico y de simbólico, pero Vuelo nocturno está más centrada en el miedo adulto. En ella, la amenaza no es sobre el cuerpo, sino sobre el alma".

Vuelo nocturno narra la historia de la ejecutiva de un gran hotel. -encarnada por Rachel McAdams- Una mujer segura de sí misma que, en el transcurso de un viaje en avión, comparte asiento con un joven -al que interpreta Brian Cox- que, en un principio, se acerca a ella de forma amistosa, hasta que, a mitad de trayecto, le descubre su verdadero objetivo. Tiene en sus manos al padre de la joven y no lo dejará hasta que ella dé la orden de cambiar de habitación a un político relevante, para que así puedan asesinarlo.

Preguntado sobre si Vuelo nocturno contiene alguna referencia al miedo a volar que parece haberse apoderado de la sociedad norteamericana tras los atentados del 11-S, contesta: "Decir que hay miedo a volar es algo demasiado localizado. En general, existe un temor a una persona que, sin conocerte, quiere hacerte daño y lo va a hacer en un sitio público".

Vuelo nocturno ha traído el sentido del humor a mi carrera, pero siempre dentro del suspense y las acciones impredecibles", señala el autor de La maldición o La serpiente y el arco iris, quien confiesa que en el guión "están los diálogos, pero no la expresión que deben tener los personajes en ciertas situaciones de tensión. Ese es mi trabajo. He llevado el texto un poco más allá. Además he otorgado más peso a algunos personajes secundarios".

Y así ha sido. Como lo demuestran las secuelas que se han hecho de este filme, como también de Scream, auténticas franquicias cinematográficas que han creado un sinfín de imitadores. "Ahora hay demasiadas hamburguesas", es el sucinto comentario con el que Craven explica el momento actual que vive el género.