Comida en la basura

La paradoja de la comida en España: suben los precios y tiramos más a la basura

Por ROCÍO ROMERO

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En Europa se generan alrededor de 88 millones de toneladas de desperdicios alimentarios al año, mientras el precio de la cesta de la compra continúa incrementándose. El Gobierno ha aprobado un proyecto de ley para tratar de poner solución a este problema con multas de hasta 500.000 euros. Aunque lo cierto es que, algunas iniciativas particulares, ya llevan años tratando de paliar esta situación.

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ada vez pagamos más y nos llevamos menos. Es la sensación (y la realidad) con la que muchos españoles atraviesan cada día las puertas del supermercado. Y no se trata de unos cuantos productos aislados. Hablamos de casi todos los alimentos que cualquier ciudadano medio necesita para subsistir. El aceite de oliva es ahora un 36,5% más caro que hace un año. Y en esta misma línea, el resto: la pasta, un 28%; la leche, alrededor de un 17%; los huevos más de un 25% y, hasta el agua mineral, casi un 7%, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De esta forma, la cesta de la compra subió una media del 9,4% entre el 20 de marzo de 2021 y el 8 de marzo de 2022. Aunque, eso sí, unos productos más que otros. Es la conclusión de un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras recoger durante varios meses el valor de 156 productos en las tiendas ‘online’ de Alcampo, Caprabo, Carrefour, Condis, Dia, El Corte Inglés, Eroski, Hipercor y Mercadona en 10 ciudades distintas. Los establecimientos en que más se han disparado son Carrefour y Mercadona.

Según los cálculos de la OCU, el gasto medio en alimentación de las familias españolas en 2022 podría incrementarse en unos 500 euros con respecto a años anteriores. Actualmente, más de 36 millones de personas no pueden permitirse una comida de calidad cada dos días. Al mismo tiempo que continúa incrementándose el desperdicio alimentario. En Europa se generan alrededor de 88 millones de toneladas al año, que equivalen a un coste de más de 140 mil millones de euros. España no se queda atrás: ocupa el séptimo lugar en el ranking de países que más desperdician en el continente, con 7,7 millones de toneladas.

El 3,5% de los alimentos frescos vendidos en las grandes cadenas de distribución no llega a comercializarse, y de estos, más del 2% se desperdicia.

El informe ‘Gestión del desperdicio alimentario en la gran distribución’ de Nielsen y Checkpoint en colaboración con la AECOC confirma que el 3,5% de los alimentos frescos vendidos en las grandes cadenas de distribución no llega a comercializarse , y de estos, más del 2% se desperdicia. La fruta, que ha subido un 8,7% con respecto al año pasado, es la que más se desecha junto a las verduras. Así lo indicaron la mitad de los participantes del estudio, más incluso que el pescado (42%) o la carne (8%) -que, precisamente, han aumentado su precio casi un 10% de media-.

La hostelería tampoco se libra de este mal endémico. Los restaurantes arrojan a la basura 2,5 kilos de desperdicios a diario. Una cantidad que, según los cálculos de la OCU, supone más de 63.000 toneladas al año en toda España. Y no son los únicos: bares, empresas... y las propias viviendas. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación apunta que tres de cada cuatro hogares tiran comida y bebida, lo que se traduce en 1.364 millones de kilos al año.

Comida desperdiciada

La Comisión Europea pretende reducir el 50% del desperdicio alimentario de aquí a ocho años. Por su parte, Naciones Unidas se lo ha propuesto como objetivo número 12 de su agenda 2030, que compromete a los países adscritos a garantizar una producción y consumo sostenibles. En este escenario, el Gobierno ha aprobado un proyecto de ley contra el desperdicio alimentario . Se espera que entre en vigor en enero de 2023. El objetivo es que las empresas de la cadena alimentaria reduzcan las pérdidas y que los alimentos acaben teniendo otros usos. Así, los supermercados, bares y restaurantes tendrán la obligación de contar con un plan de prevención que detalle el uso que dan a los alimentos antes de tirarlos; teniendo que priorizar, además, el consumo humano a través de donaciones. Las multas podrán alcanzar los 500.000 euros si no lo cumplen.

“La ley es un gran paso, pero cada vez tiramos más a la basura, por eso seguimos necesitando muchas formas complementarias para atajarlo y que la conciencia llegue hasta los hogares. La donación está muy bien, pero desgraciadamente no vamos a solucionar el hambre en el mundo con aquello que sobra en los sistemas alimentarios de aquellos que podemos permitirnos comer tres veces al día. Todo suma, y hay que combatir esto con diferentes perspectivas, desde la prevención hasta la educación, comenta Helena Calvo, directora de proyectos de impacto de Too Good To Go, una ‘app’ que combate el desperdicio alimentario.

La iniciativa que ha evitado el desperdicio de 7.000 toneladas de comida

Mucho antes de aparecer esta ley, ya existían iniciativas que combatían el problema. Es el caso de esta empresa danesa que, además de ‘salvar’ alimentos que acabarían de otro modo en el cubo de la basura, trata, de paso, de echar un cable a todos aquellos que tienen dificultades para llegar a fin de mes con precios económicos. Su funcionamiento es sencillo: conecta a los establecimientos y a los usuarios para que los primeros puedan vender sus excedentes de comida mediante ‘packs’ sorpresa; añaden aquello que ha sobrado en sus cocinas y lo ofrecen a un bajo precio.

Nada más entrar en la ‘app’ los usuarios pueden ver los establecimientos que tienen a su alrededor. El contenido siempre es sorpresa, ya que depende del excedente de cada día. Aunque, eso sí, “siempre serán productos de calidad, frescos y en su mayoría elaborados durante la jornada”, aclara Helena. Los precios son económicos. Por poner un ejemplo, las personas que lo utilizan pueden llegar a llevarse dos tuppers por cuatro euros. Aunque dependerá de cada local. Eso sí, tendrán que desplazarse a recogerlo porque no ofrecen servicio a domicilio.

Pedido Too Good to Go
Foto too good to go

La idea surgió en Dinamarca en 2016. Un grupo de amigos se encontraba en un buffet y se pararon a observar, indignados, cómo los camareros tiraban toda la comida no consumida al final de la cena. En ese momento decidieron que tenían que actuar. A día de hoy ya están presentes en 17 países europeos, Estados Unidos y Canadá. A España llegaron en 2018; y cada vez son más los restaurantes, hoteles, supermercados, panaderías y fruterías, entre otros, los que se suman a esta iniciativa. En nuestro país ya son cinco millones de usuarios, casi 5.000 establecimientos y más de siete millones de packs salvados , “el equivalente a haber evitado el desperdicio de más de 7.000 toneladas de comida”, aclara Helena.

La educación es otro de sus pilares. A menudo ponen en marcha campañas como, por ejemplo, 'Fechas con sentido: Mira, huele, prueba', para enseñar a la sociedad la diferencia entre caducidad y consumo preferente. Además, ofrecen de forma gratuita materiales y talleres didácticos sobre el desperdicio de alimentos para alumnos de primaria, secundaria y educación superior que los profesores pueden incluir en sus clases. “El desperdicio de alimentos es responsable de hasta el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los jóvenes son conscientes del cambio climático y están listos para actuar. La educación juega un papel crucial en la reducción del desperdicio de alimentos y es importante que en las aulas se enseñe y se fomente el consumo responsable lo antes posible; es la única fórmula para cambiar, a la larga, esta situación”, concluye Helena Calvo.

Créditos
  • Reportaje

    ROCÍO ROMERO

  • Diseño y dirección de arte

    Fernando Puente

  • Maquetación

    María del Mar Pérez

Arcadia

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