Mujeres que Inspiran el Cambio
Ciencia

María Blasco: "Las mujeres científicas que tenemos visibilidad podemos generar vocaciones"

Por EL CONFIDENCIAL

Una de las mentes más brillantes de la ciencia en toda España. María Blasco es directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y, durante más de 20 años, su trabajo se ha centrado en demostrar la importancia de los telómeros y de la telomerasa en el cáncer, así como en enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Blasco ha publicado más de 260 artículos científicos en revistas internacionales y nacionales y ha recibido innumerables premios, tanto nacionales como internacionales.

Blasco nos recibe en un momento especial: el próximo 21 de mayo, será galardonada en la categoría Ciencia de Mujeres que inspiran el cambio, los galardones con los que El Confidencial reconoce a las mujeres españolas más destacadas en diversos ámbitos. Aprovechando la ocasión, charlamos con ella de ciencia, de vocaciones femeninas, de quiénes fueron sus referentes y, obviamente, de cómo se siente ella siendo referentes para las nuevas científicas.

¿Cómo surgió su pasión por la ciencia? Digamos que quizá no es la materia más atractiva para alguien cuando está estudiando en el colegio…

Siempre me gustaba averiguar cómo funcionaban las cosas. Yo quería ser periodista de investigación pero, al decidirme entre ciencias y letras, preferí ciencias, ya que las materias de letras podía seguir estudiándolas por mi cuenta. Tuve muchas dudas de cara a la carrera y decidí Biología Molecular en una clase de orientación universitaria en COU. Un profesor de la Universidad de Alicante nos habló de la ingeniería genética, me apasionó, le pregunté en qué carrera podía estudiar eso… Y hasta hoy.

Un profesor de la Universidad de Alicante nos habló de la ingeniería genética, me apasionó, le pregunté en qué carrera podía estudiar eso… Y hasta hoy

¿Encontraba a muchas mujeres interesadas por la ciencia? ¿O era un terreno eminentemente masculino?

En el laboratorio Margarita Salas, donde yo empecé, la directora era ella. Es verdad que notaba que mis compañeras de tesis no querían ser jefas de laboratorio y eso me sorprendía, porque, si lo eres, puedes decidir qué quieres investigar, por ejemplo. Pero no querían dar ese paso adelante. En los niveles más altos de la carrera investigadora no suele haber tantas mujeres pese a estar igual de preparadas. Y eso hay que solucionarlo.

Su lucha contra el cáncer es la que el 100% de la sociedad quiere que salga adelante. ¿En qué situación estamos? Es decir, ¿cómo de cerca se encuentra una cura para el cáncer?

El cáncer no es solo una enfermedad, sino cientos de miles. Cada paciente tiene una enfermedad diferente, así que las terapias pueden ser diferentes. Pero hay cánceres que, si están muy avanzados, aún sigue siendo muy difíciles de tratar. Lo que intentamos en mi grupo es hacer que esas células se eliminen, que no sean inmortales. Y esa es nuestra lucha.

Y mientras encontramos la cura, ¿cuál es el ‘hito’ intermedio para esta enfermedad? ¿Su cronificación?

A mí no me convence lo de la cronificación; lo que hay que hacer con el cáncer es curarlo. No es sostenible que haya cada vez más personas con enfermedades crónicas. Imaginarnos un futuro en el que un tercio de la población tenga enfermedades crónicas no es buena idea.

Lo que hay que hacer con el cáncer es curarlo. No es sostenible que haya cada vez más personas con enfermedades crónicas

¿Quiénes fueron tus referentes?

La principal fue Margarita Salas. Y cuando estuve en Estados Unidos Carol Greider, que en 2009 ganó el Premio Nobel. Pero también otras colegas mujeres que han trabajado en el campo de los telómeros.

¿Hasta qué punto cree que es importante que las mujeres o las niñas tengan referentes femeninos?

Es muy importante. Para verse a ellas mismas como científicas, que no vean solo a hombres, ya que no será muy atractivo. Todas las niñas de mi generación teníamos a Marie Curie, aunque no fuera en nuestro campo, así que es importantísimo.

Antes le preguntaba quiénes habían sido sus referentes. Ahora le pregunto: ¿es consciente de que ahora mismo debe de estar siendo una referente para otras personas?

Supongo que las mujeres científicas que tenemos visibilidad por nuestros descubrimientos podemos ayudar a generar vocaciones. Y eso es lo que necesitamos: nuevas vocaciones. Por supuesto, en la ciencia, pero también en otras carreras e ingenierías, como la de informática, en las que hay pocas mujeres y son las carreras del futuro. Hace falta que muchas más niñas elijan estas carreras.