Rajoy pilota en primera persona la subasta de canales tras orillar a Sáenz de Santamaría
Soraya Sáenz de Santamaría cede la batuta de la interlocución directa con los medios al presidente, que gestionará directamente la concesión de los seis nuevos canales de televisión
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asumido en primera persona la tarea de apaciguar las aguas mediáticas del sector televisivo, especialmente convulso tras el apagón de nueve canales en mayo del año pasado, y liderar directamente la gestión del concurso de seis nuevas licencias con las que el Gobierno quiere firmar la ‘pax audiovisual’ con los dos gigantes del sector, Atresmedia y Mediaset. Rajoy ha hecho saber a su círculo más próximo que pilotará directamente este proceso en un gesto con el que ha orillado a la que ha sido siempre la tradicional interlocutora entre Moncloa y los dueños de los canales: la vicepresidenta,Soraya Sáenz de Santamaría.
Cuatro días después de que se cierren las urnas municipales y autonómicas concluye el plazo para que los medios interesados presenten ofertas al concurso convocado por el Consejo de Ministros el pasado 17 de abril. El proceso, que concluirá al término de la legislatura, dará luz a seis nuevos canales, tres en alta definición y tres en calidad estándar. Según establecen los pliegos del concurso, cada operador podrá aspirar a un máximo de dos licencias, una fórmula con la que el Ejecutivo quiere contentar y contener, principalmente, las aspiraciones de Paolo Vasile (Mediaset) y José Creuheras (Atresmedia) y repartir juego entre los players más pequeños. Sobre todo 13 Televisión, la única cadena de producción propia que emite a nivel nacional sin licencia y que concursará por otras dos frecuencias.
La decisión de Mariano Rajoy de pilotar el concurso se entronca en la línea asumida por él mismo para liderar la ofensiva mediática del Gobierno
La decisión personal de Mariano Rajoy de pilotar directamente el concurso se entronca en la línea asumida por él mismo a lo largo de las últimas semanas para liderar la ofensiva mediática del Gobierno ante el negro panorama que se vaticina para que el PP mantenga su actual mapa de mayorías absolutas. En amplios sectores del partido y del grupo parlamentario se ha criticado en los últimos tiempos los errores de la política de comunicación mantenida a lo largo de estos años, en la que Rajoy ha hecho dejación de funciones en beneficio de su vicepresidenta, cuya gestión se pone en la picota tras su fallida apuesta por Leopoldo González-Echenique para dirigir RTVE y los problemas ocasionados entre este y el equipo de Montoro.
Las quejas han surgido efecto y, según apuntan algunas fuentes gubernamentales, algunos episodios recientes como la gestión del ‘caso Rato’ o las tensiones desatadas entre la vicepresidencia y Génova tras el resultado del PP en las elecciones andaluzas también han contribuido a que el presidente haya optado por restar protagonismo a Sáenz de Santamaría en esta faceta, ámbito que ella misma ha liderado hasta bien entrado este año. Hay que recordar, por ejemplo, que el pasado 12 de eneroera ella misma –junto al ministro de Industria, José Manuel Soria–la que acudía en persona a Barcelona para reunirse con José Manuel Lara para negociar la ‘pax audiovisual’ y frenar el eco que formaciones como Podemos estaba recibiendo en algunos canales como laSexta.
Pero Atresmedia –ahora en manos de Creuheras tras el fallecimiento de Lara–y Mediaset no serán los únicos aspirantes a un casting que tiene muchas pretendientas. Entre la larga lista de los que ya han confirmado que presentarán propuestas está Vocento, que quiere un canal para uno de sus socios en Net TV (Disney Channel o Viacom), el grupo de productoras Secuoya, que recientemente se ha hecho con la gestión de la televisión regional de Murcia y tradicionalmente situado en la órbita del PP, o Mediapro y Prisa, que podrían estar estudiando si concurren finalmente, aunque el propio Juan Luis Cebrián ya confirmó esta posibilidad en la última junta de accionistas de Prisa.
Gestiones con los grandes grupos
A lo largo de las últimas semanas, Rajoy también ha comenzado a hacer gestiones,directas o indirectas, con los principales responsables de los grandes grupos de comunicacióna través de los banqueros que soportan sus deudas. Los dirigentes del partido en el poder insisten en que el papel de las televisiones privadas, el duopolio herencia de la etapa de Zapatero, ha sido fundamental para la irrupción de Podemos y lo vuelve a ser ahora en la promoción de Ciudadanos. Y en la sede de Génova siguen obsesionados con que el empeño de la Moncloa (Sáenz de Santamaría) en ayudar al Grupo Prisa para que se salve de la quiebra sigue sin producir rédito alguno al Partido Popular, que se siente igual de acosado por sus medios que antes.
Al convulso panorama televisivo hay que añadir la sentencia que aún resta por conocer por parte del Tribunal Supremo y que podría llevar a negro otros ocho canales de televisión. La ausencia de medidas concretas por parte del Ejecutivo para solucionar los errores técnicos que propiciaron la primera sentencia del TS y la convocatoria de un nuevo concurso de canales sin esta segunda cuestión resuelta ha sido otra de las constantes fuentes de quejas del sector ante Moncloa. Quejas que, hasta la fecha, no han tenido ningún eco en el Gobierno.
Así, Paolo Vasile estallaba contra el Ejecutivo de los “abogados de Estado” durante la última reunión de la Junta de Accionistas de Mediaset. Allí, el ejecutivo italiano criticó la hostilidad del Gobierno contra las televisiones. “Hablo de incertidumbres prevalentemente políticas –explicó–, de ataques, especialmente por parte de las instituciones, de nerviosismo y hostilidad hacia los medios de comunicación y muy especialmente si son libres y no se vinculan a ningún partido político, viejo o nuevo”.
Y desde el frente del grupo Prisa tampoco se ha sido mucho más benévolo con el equipo de Rajoy y la idoneidad para la celebración de este concurso. En este sentido, Cebrián ha criticado que se pueda entender este proceso como un método para premiar o castigar a los medios que se han portado bien o mal con el Gobierno. “Resulta muy cuestionable –dijo ante sus accionistas–que el Gobierno pueda proceder a licitar dichas concesiones en medio de una campaña electoral como la que se avecina y de la que con toda sospecha saldrá un gabinete de diferente perfil al de la actual mayoría absoluta. La sospecha de que el proceso pueda ser utilizado como un método de premios y castigos al comportamiento de los diferentes medios de opinión es inevitable”.
En este escenario, Rajoy ha decidido asumir el timón de este concurso y liderar la pacificación del sector en un proceso que le permita garantizarse un clima de no hostilidad de cara a un año repleto de citas electorales. El premio final no se conocerá hasta poco antes de la cita con las urnas para elegir al próximo presidente del Gobierno.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asumido en primera persona la tarea de apaciguar las aguas mediáticas del sector televisivo, especialmente convulso tras el apagón de nueve canales en mayo del año pasado, y liderar directamente la gestión del concurso de seis nuevas licencias con las que el Gobierno quiere firmar la ‘pax audiovisual’ con los dos gigantes del sector, Atresmedia y Mediaset. Rajoy ha hecho saber a su círculo más próximo que pilotará directamente este proceso en un gesto con el que ha orillado a la que ha sido siempre la tradicional interlocutora entre Moncloa y los dueños de los canales: la vicepresidenta,Soraya Sáenz de Santamaría.