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Podemos gira al centro y olvida su cruzada contra los oligopolios en los medios
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REBAJA LAS PROPUESTAS HECHAS EN LAS EUROPEAS

Podemos gira al centro y olvida su cruzada contra los oligopolios en los medios

El partido ya no abandera en su programa la cruzada contra los oligopolios en los medios de comunicación que recogía hace un año, cuando se presentaron a las elecciones europeas

Foto: Pablo Iglesias, secretario general de Podemos (EFE)
Pablo Iglesias, secretario general de Podemos (EFE)

El giro socialdemócrata al centro emprendido por Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos,que se ha cobrado ya como víctima la retirada del primer plano de Juan Carlos Monedero, también tiene su reflejo en las propuestas que la formación de izquierdas (ver contenido íntegro) dedica a los medios de comunicación públicos y privados. Apenas un par de referencias muy genéricas que dejan atrás los postulados maximalistas defendidos por este partido en las elecciones europeas y por el propio líder hasta hace muy poco tiempo. Podemos ya no abandera la cruzada contra los monopolios y los oligopolios en la prensa ni aboga tampoco por separar legalmente la propiedad de los grupos financieros y comunicativos.

Aquellos brindis al sol han quedado convenientemente dulcificados. Del programa de las europeas de mayo (ver contenido) al de las autonómicas del próximo día 24 media un mundo de distancia y, además, una víctima propiciatoria, el propio Monedero, coordinador hasta el pasado jueves del texto con el que Podemos concurre a las urnas. El programa, presentado oficialmente ayer, recoge tres referencias a los medios de comunicación. La promesa de que promoverán la “desgubernamentalización de los medios públicos” como TVE, Telemadrid, Canal Sur o TV3, y la aprobación de “una ley audiovisual que se elaborará en un proceso participativo con el sector”.

Si el primer planteamiento se encuadra dentro de lo previsible en todo partido de oposición que se considera maltratado por las televisiones públicas de turno, la indefinición del segundo apartado sí que es mucho más llamativa toda vez que Podemos se comprometió hace ahora un año a impulsar una legislación destinada –en sus propias palabras–“a impedir la formación de monopolios u oligopolios en el ámbito de la comunicación”. Un postulado que ponía en el punto de mira, principalmente, a los dos grandes grupos audiovisuales del país, Atresmedia y Mediaset, que aglutinan el 85% de la cuota televisiva de mercado.

Esta legislación que ahora dejan en la indefinición y en la negociación con el sector proponía, en 2014, que ninguna empresa o grupo pudiera ostentar más del 15% del total de un ámbito de comunicación, ya fuera prensa, radio, televisión, internet o el sector editorial. Igualmente, esta normativa debía separar por ley la propiedad de los grupos financieros y comunicativos, “garantizando así la independencia de todos los medios de información de los diferentes gobiernos y de los grandes grupos empresariales”.

Aquella propuesta de máximos, convenientemente rebajada en este giro al centro, hubiera supuesto toda una revolución del actual escenario mediático en el que Podemos tanto espacio ha tenido por parte de algunos canales como laSexta o Cuatro. Hay que recordar, por ejemplo, que el Grupo Prisa tiene en su accionariado con porcentajes significativos a entidades como Santander, HSBC y CaixaBank. Que Telefónica, por otro lado, se acaba de hacer con la principal operadora de televisión de pago, Digital+, con lo que controlará el 70% del mercado.

En el libro Conversaciones con Pablo Iglesias, escrito por el periodista Jacobo Riveiro y editado el pasado mes de julio, el líder de Podemos abogaba ardorosamente por establecer mecanismos de control público para regular a los medios, o por lo menos a “una parte”, y garantizar así “la libertad de prensa, sin condicionantes de las empresas privadas o la voluntad de partidos políticos”.

“Si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho”, sentenciaba entonces. E incidía, igualmente, en que “la gestión de la información no puede depender únicamente de hombres de negocios y de su voluntad por permitir la libertad de expresión”. Afirmaciones como estas son las que llevaron al exdiputado y exvicepresidente Alfonso Guerra a atacar en octubre, durante un acto en recuerdo del 40 aniversario del Congreso de Suresnes, a aquellas televisiones que tanto eco daban a Podemos. “Ahora, otros populismos están siendo beneficiados por las propias cadenas de televisión, que están incubando el huevo de la serpiente. Porque si alguna vez tuvieran algún poder, cerrarían esas televisiones siguiendo los pasos de sus maestros allende los mares”.

El programa de las autonómicas también propone la “democratización de los consejos de radio y televisión públicas”a partir de una elección que respete las mayorías y las minorías parlamentarias “y en la que participe la sociedad civil a través de un Consejo Ciudadano de participación”. Según explica Podemos, estos Consejos Ciudadanos articularán un diálogo fluido y eficaz entre la comunidad autónoma y los movimientos y asociaciones regionales “con el objetivo de facilitar las condiciones para una participación que empodere a sus integrantes”.

El giro socialdemócrata al centro emprendido por Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos,que se ha cobrado ya como víctima la retirada del primer plano de Juan Carlos Monedero, también tiene su reflejo en las propuestas que la formación de izquierdas (ver contenido íntegro) dedica a los medios de comunicación públicos y privados. Apenas un par de referencias muy genéricas que dejan atrás los postulados maximalistas defendidos por este partido en las elecciones europeas y por el propio líder hasta hace muy poco tiempo. Podemos ya no abandera la cruzada contra los monopolios y los oligopolios en la prensa ni aboga tampoco por separar legalmente la propiedad de los grupos financieros y comunicativos.

Prensa Radio TVE
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