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El PP toma al asalto RTVE tras recuperar al 'jefe de Urdaci' en plenas elecciones
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el gobierno desbloqueará la financiación

El PP toma al asalto RTVE tras recuperar al 'jefe de Urdaci' en plenas elecciones

Puede que hubiera otras opciones, pero la elección de José Antonio Sánchez para presidir RTVE tenía mucho de previsible. A un año vista escaso del final

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), junto a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), junto a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal (EFE)

Puede que hubiera otras opciones, pero la elección de José Antonio Sánchez para presidir RTVE tenía mucho de previsible. A un año escaso del final de la legislatura, con problemas detectados de exceso de gasto y ausencia extrema de sensibilidad hacia los intereses del PP en la televisión pública, el Ejecutivo no tenía más camino que nombrar a un buen conocedor de la casa y un valor seguro para sus huestes. “Si Sánchez es el elegido, es una decisión de partido”, se exponía desde un ministerio a media tarde, cuando su elección era algo más que un secreto a voces. Horas después, el partido en el Gobierno le proponía como consejero y presidente de la Corporación.

“En él confluyen todas las respuestas. Es una solución rápida, conoce la casa y el oficio”, aseguran fuentes internas de la casa. Otros, no obstante, sí tendrán más cosas que decir. Para empezar, dos. La primera es que Sánchez, como director general de Telemadrid, es el responsable último de expediente de regulación de empleo que supuso la salida de más de 800 trabajadores. A punto estuvo de suponer la liquidación de la sociedad. RTVE, que bordea la causa de disolución, puede necesitar también decisiones drásticas en esa dirección. Por su trayectoria, no le temblará el pulso. Los sindicatos, una fuerza sin contrapeso en la casa, le demandarán inmediatamente un pronunciamiento en ese sentido.

El segundo nivel de inquietud enlaza con su pasado como último director general de RTVE durante el Gobierno de José María Aznar, allá en el periodo comprendido entre 2002 y 2004. Conspicuos dirigentes del PP no han dudado en zaherir en los últimos meses al dimitido presidente Leopoldo González-Echenique por su falta de delicadeza hacia los intereses del partido. No falta quien en Génova ha calificado la salida del anterior capo como el día más feliz de la legislatura después de que, sotto voce, no dudaran en hablar de telediarios “pro-PSOE”, controlados por editores que la anterior cúpula no tuvo arrestos para sustituir. La llegada de Sánchez debería acabar con las críticas internas. A tenor de lo vivido, aquí no va a haber dudas sobre lo prieto de las filas. Él es the real deal.

Basta recordar que, bajo su mandato, Alfredo Urdaci, entonces al frente de los informativos, perpetró su famosa mención a “ce-ce-o-o” para referirse al sindicato CCOO, tras ser condenado el ente público por vulnerar los derechos fundamentales de huelga y libertad sindical debido al tratamiento informativo ofrecido durante el paro general del 20 de junio de 2002. Si no decide acometer cambios, Sánchez compartirá ahora tándem con otro oriundo de Telemadrid, véase Julio Somoano, actual responsable de los telediarios de la Corporación y punching-ball del omnipresente Consejo de Informativos. Con las elecciones a la vista, la beligerancia interna en este sentido podría no haber hecho sino comenzar.

Más de un año de espera

Sánchez, hombre con conexiones bien rastreables con el zaplanismo y, anteriormente, con Luis María Anson, era la opción que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tenía encima de la mesa desde hace aproximadamente un año. Según constatan fuentes internas del PP y como ha venido publicando El Confidencial, hace meses que el proyecto Echenique había caído en desgracia y sólo era cuestión de dejar pasar los meses para certificar su defunción. El elegido supone un golpe sobre la mesa de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que de un plumazo ha dinamitado el férreo control que sobre RTVE mantenía Sáenz de Santamaría.

El triunfo del partido también es el triunfo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, otro de los dirigentes populares que en su día asumió la travesía del desierto de la oposición. Renuente a facilitar a Echenique la financiación que necesitaba para cuadrar las cuentas de este año, las citadas fuentes aseguran que el dinero se desbloqueará ahora en breve. La elección de un perfil como el de Sánchez demuestra que, más allá de la ausencia de un verdadero plan de ajuste económico por parte de Echenique, a la sazón el principal reproche que se le hacía desde el Ejecutivo, el factor político-electoral también ha jugado un papel esencial en su salida.

Lejos quedan los tiempos en los que PSOE y PP se ponían de acuerdo para pactar el presidente de RTVE, no hay que ser muy hábil para detectar que se avecinan tiempos de maleza en la casa. Como ya adelantó este diario, el Gobierno ha echado cuentas y necesita apuntalar el voto ‘a la derecha de la derecha’, en fuga tras el affaire Gallardón por la ley del aborto. En estas cuitas, la televisión pública es un instrumento más para aspirar a repetir una, en apariencia, complicada mayoría absoluta. La necesidad de endurecer el tono era un sentimiento compartido en el Ejecutivo y Génova. Sólo el tiempo dirá si, en el empeño, no se han pasado de frenada.

Puede que hubiera otras opciones, pero la elección de José Antonio Sánchez para presidir RTVE tenía mucho de previsible. A un año escaso del final de la legislatura, con problemas detectados de exceso de gasto y ausencia extrema de sensibilidad hacia los intereses del PP en la televisión pública, el Ejecutivo no tenía más camino que nombrar a un buen conocedor de la casa y un valor seguro para sus huestes. “Si Sánchez es el elegido, es una decisión de partido”, se exponía desde un ministerio a media tarde, cuando su elección era algo más que un secreto a voces. Horas después, el partido en el Gobierno le proponía como consejero y presidente de la Corporación.

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