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Echenique dimite y deja RTVE a la deriva en plena 'crisis Gallardón'
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al no liberarse los fondos comprometidos

Echenique dimite y deja RTVE a la deriva en plena 'crisis Gallardón'

RTVE afronta una deriva más que peligrosa. Con imprevisibles consecuencias políticas ante la posible dimisión hoy en el Consejo de su presidente.

Foto: El presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, junto al presidente del Gobierno. EFE
El presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, junto al presidente del Gobierno. EFE

RTVE afronta una deriva más que peligrosa. Con imprevisibles consecuencias políticas. La dimisión presentada hoy en el Consejo porsu presidente, Leopoldo González-Echenique,genera una inestabilidad insoportable en la sociedad a días vista de que el Ejecutivo entregue en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado para 2015, con el de la televisión pública incluido. Más inquietante, se produce en un momento clave de la legislatura, después de la crisis de Gobierno provocada por la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón al frente del Ministerio de Justicia.

Lasalida de Echenique puede interpretarse de dos formas. Sus partidarios pueden esgrimir que el Gobierno le ha dejado caer al no liberar los fondos comprometidos para cuadrar las cuentas de 2013 –y del presente 2014-. Tendrían sus razones. ¿O acaso alguien puede imaginar que su sustituto no arranque en el cargo con el problema financiero algo más encauzado? Es más, ¿puede el Ejecutivo dejar que RTVE quiebre sin siquiera torcer el gesto? Esa reflexión llevaría a una conclusión de mayores vuelos: el clamor del PP contra la línea informativa de la televisión pública habría sido un factor determinante para el magnicidio. En ese punto, su valedora, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha quedado sin argumentos frente al partido.

Sus detractores, sin embargo, también tienen razones para cargar las tintas contra el presidente. Incapaz de presentarun plan de ajustes que convenciera al ministro de Hacienda, atado de pies y manos tras pactar con los sindicatos un convenio que garantizaba el empleo hasta 2015 y con enormes problemas desde su llegada para desentrañar los códigos de una casa marcada por las filiaciones políticas, Echenique no puede sacar pecho ni por las audiencias, ni por racionalizar una estructura inflada y poco eficiente, ni tan siquiera por complacer a quienes le nombraron y de los que desde el primer día renegó. ¿Algún motivo para que continuaraal frente?

“Alguien no está haciendo correctamente las lecturas políticas –rebatían ayer fuentes internas de RTVE, próximas al Partido Popular-. Una posibilidad es apostar por un kamikaze que lleve a cabo los ajustes que no quería hacer Echenique. Claro que eso supondría levantar en armas a una plantilla de 6.400 personas. Esto es, lo último que a priori interesa al Gobierno. Por otra parte, en un momento en que se venden brotes verdes y con las elecciones a la vuelta de esquina, lo normal es dar oxígeno al que venga. Para ese viaje, ¿no hubiera sido más razonable darle el dinero a Echenique y acabar la legislatura con él?”.

Medir los tiempos

Y es que la sustitución no será ni mucho menos automática. La Ley 17/2006, de la radio y la televisión de titularidad estatal, deja claro que es el Congreso de los Diputados el que designará por mayoría de dos tercios, de entre los doce consejeros electos, el que desempeñará el cargo de presidente. Dicho esto, es luego el Consejo de Administración el órgano que le nombra. Un proceso que lleva su tiempo y que choca con unos plazos de infarto. No en vano el cónclave en el que previsiblemente dimitirá Echenique es el que debía aprobar los presupuestos de la casa para 2015, con un recorte adicional de 50 millones sobre la partida del año precedente. Hacienda remite las cuentas públicas a la Cámara Baja el próximo martes.

La alternativa más rápida, véase nombrar un presidente de entre los consejeros ya electos, choca con un cónclave no profesional. No parecería lógico ni contemplarla, siquiera para un puesto interino. Sobre esta opción, no faltará quien recuerde la época de presidentes rotatorios que sucedió a la marcha de Alberto Oliart y que terminó de hundir la gestión en la Corporación. De hecho, Echenique se encontró un erial. Fuentes oficiales de la compañíase limitaban ayer a asegurar que el de hoy sería un consejo complicado, y no descartaban ninguna posibilidad. Incluida la continuidad del capo. El propio Echenique recordó el martes en el Congreso que las cuestiones presupuestarias se resuelven, muchas veces, en el último minuto.

En Génova, aunque sea para ocho meses, se frotan las manos. Venga quien venga, peor no les puede ir. Sin contar con que sería ganar el pulso a la vicepresidenta. De hecho, las dudas que se ciernen sobre los cuadros populares es si la nueva era que amenaza con abrirse en la televisión pública también será gestionada con mano de hierro por la vicepresidenta, que acapara las cuestiones de medios. Sea como fuere y cuando menos lo esperaba, el Ejecutivo se haencontradocon dos dimisiones en apenas días. Sorpresas te da la vida.

RTVE afronta una deriva más que peligrosa. Con imprevisibles consecuencias políticas. La dimisión presentada hoy en el Consejo porsu presidente, Leopoldo González-Echenique,genera una inestabilidad insoportable en la sociedad a días vista de que el Ejecutivo entregue en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado para 2015, con el de la televisión pública incluido. Más inquietante, se produce en un momento clave de la legislatura, después de la crisis de Gobierno provocada por la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón al frente del Ministerio de Justicia.

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