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Cebrián agasaja a Peña Nieto en plena carrera por dos nuevas cadenas en México
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lo pone de ejemplo ante políticos españoles

Cebrián agasaja a Peña Nieto en plena carrera por dos nuevas cadenas en México

La Plaza de Oriente y el Teatro Real recibían ayer al presidente de México. También lo hacía Juan Luis Cebrián, dispuesto a regalarle los oídos sin duelo.

Foto: Juan Luis Cebrián (EFE)
Juan Luis Cebrián (EFE)

Una Plaza de Oriente y un Teatro Real tomados por el calor y la seguridad recibían ayer al presidente de México. También lo hacía el primer ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián, dispuesto a regalarle los oídos sin duelo. “El presidente Peña Nieto se ha convertido en un líder global latinoamericano que concita gran atención en los círculos intelectuales de todo el mundo”, le presentó. Y le despidió con aún mayores parabienes: “Dice que el Pacto por México se inspiró en los Pactos de la Moncloa. Dígales a los políticos españoles que ahora se pueden inspirar en México para hacer un pacto por España”. ¿Elogios nacidos de la convicción o del interés?

Y es que el acto "Invertir en México" celebrado ayer en Madrid, organizado por El País y patrocinado por grandes corporaciones del Ibex como Acciona, BBVA, Ferrovial, Iberdrola, Indra o Telefónica, no parecía tener mucho de inocente. No en vano, se produce con el país norteamericano en el punto de mira de las multinacionales españolas, con un plan de infraestructuras que pondrá en liza 440.000 millones de euros en los próximos años. En lo que le toca, el propio Cebrián no pudo evitar preguntar a Peña Nieto, como el que no quiere la cosa, por la reforma de las telecomunicaciones, un proceso que implica la licitación de dos nuevas cadenas de televisión en abierto, algo que hasta ahora no había sucedido en México y a lo que Prisa podría aspirar.

Algunos medios de comunicación aztecas lo dan por hecho, al situar como uno de los grupos interesados en obtener una de esas licencias al conglomerado encabezado por Mac Multimedia –la firma de la familia Maccise, saga próxima al entorno político de Peña Nieto–, junto con Prisa y el empresario del transporte Roberto Alcántara Rojas, desde hace apenas meses consejero de la compañía que preside Juan Luis Cebrián. La última junta de accionistas de la empresa de los Polanco ya reveló esas conexiones, con toda la comitiva agrupada en torno a un viejo conocido de la casa, el lobbista Antonio Navalón. Pese a los pactos que todos ellos ya mantienen en torno a diferentes cabeceras mexicanas, Prisa aún no ha desvelado sus intereses en el país.

El propio diario El País se hacía recientemente eco del concurso lanzado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel). "Por primera vez en la historia del país se podrá realizar un proceso de licitación para asignar nuevas concesiones de frecuencias de televisión en abierto, con lo cual se persigue lograr una mayor competencia en este mercado, en beneficio de los usuarios de este servicio", aseguraba el organismo en un comunicado. Televisa, el gigante de Emilio Azcárraga Jean, y TV Azteca se reparten actualmente el sector. De hecho, Peña Nieto también hizo hincapié ayer en su afán por combatir las prácticas monopolistas, también en el sector de las telecos.

Disculpas a “un demócrata”

La jornada no fue del todo plácida. Al punto que el arranque de la intervención de Peña Nieto fue interrumpido al grito de “asesino” por dos activistas, reducidos ipso facto por la seguridad y el numeroso séquito de guardaespaldas que acompañaban al presidente, rápidamente rodeado para evitar males mayores. Una veintena de manifestantes de base zapatista se había congregado previamente en la puerta del Teatro Real bajo pancartas que tildaban al político de “represor” y “expoliador”. Fuentes conocedoras de estos movimientos explicaron a este diario que en España hay grupos que le culpan de la dura represión policial que tuvo lugar en Atenco en mayo de 2006, cuando era gobernador del estado de México. Cebrián pidió disculpas al mandatario, “un demócrata”, y argumentó que, aunque “en esta democracia nuestra proliferan últimamente estas manifestaciones populares”, el dirigente del PRI “venció limpiamente en unas elecciones democráticas y merece nuestra adhesión”.

En el mismo tono de alabanza, el periodista apuntó que, con 46 años, Peña Nieto cuenta con la misma edad que el todavía Príncipe de Asturias, lo que “significa un cambio generacional en ambos países”. El presidente ejecutivo de Prisa, que definía recientemente a la compañía como un “grupo iberoamericano de empresas, antes que español”, sabe que necesita armar un núcleo accionarial fuerte en torno a la maltrecha familia Polanco para garantizarse la gestión de una compañía donde bancos, fondos buitre y telecos se hacen cada vez más fuertes en el capital. Ahí es donde entran figuras como Alcántara Rojas y su compromiso de inversión aún no efectuado. También la conexión latinoamericana que tanto se corteja. Nadie de los presentes dio ayer puntada sin hilo.

Una Plaza de Oriente y un Teatro Real tomados por el calor y la seguridad recibían ayer al presidente de México. También lo hacía el primer ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián, dispuesto a regalarle los oídos sin duelo. “El presidente Peña Nieto se ha convertido en un líder global latinoamericano que concita gran atención en los círculos intelectuales de todo el mundo”, le presentó. Y le despidió con aún mayores parabienes: “Dice que el Pacto por México se inspiró en los Pactos de la Moncloa. Dígales a los políticos españoles que ahora se pueden inspirar en México para hacer un pacto por España”. ¿Elogios nacidos de la convicción o del interés?

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