España, en segunda división: no coloca un solo grupo audiovisual en el 'top 30' mundial

El debate audiovisual en España acaba allá donde terminan las fronteras del país. Y es que la industria española no cuenta con representante alguno entre los 30 grupos más importantes del mundo, según el estudio Top Thirty Global Media Owners que cada año elabora ZenithOptimedia. Los 3.360 millones de ingresos que marcan el último puesto de la clasificación son un umbral inalcanzable para los Prisa, Atresmedia o Vocento, que sí ven cómo firmas extranjeras con intereses en España encuentran acomodo en el ranking. Es el caso, sobre todo, de Mediaset o Bertelsmann.

La clasificación, que se elabora desde el año 2007, se realiza en función de los ingresos que las compañías obtienen en sus negocios de ‘media’, esto es, los que se basan en la publicidad. Un concepto que incluye televisión, prensa o internet. “Algunas compañías de la lista se centran exclusivamente en los medios de comunicación; otras son gigantes corporativos para los que los fórmulas de ingresos mediáticos suponen solo una pequeña parte de su facturación global. Solo se tienen en cuenta los ingresos que provienen del ámbito media para este ranking”, explica la firma.

Bajo estas premisas, Google repite posición al frente de la lista, con una cifra de negocio de 43.886 millones por estas actividades. Le sigue DirecTV Group, sociedad proveedora de servicios de televisión por satélite en EEUU y Latinoamérica, con una facturación de 29.740 millones. Cierra el podio Walt Disney Company, también con presencia en la TDT española, que llega a los 20.281 millones. El top ten concluye con gigantes como 21st Century Fox –tras la escisión de la News Corporation de Rupert Murdoch–, Comcast, Time Warner, Cox Enterprises, BSkyB, Bertelsmann y CBS.

El noveno puesto de Bertelsmann tiene una pequeña parte española. No en vano, el gigante alemán de la familia Mohn atesora casi un 20% de Atresmedia, participación que no ha descartado ampliar. Se le concede una facturación de 10.554 millones de euros. Del mismo modo, buena parte de los ingresos de Mediaset también se generan en España. El conglomerado de Silvio Berlusconi ocupa el puesto 27, con un apunte de 3.585 millones. Lejos de esas cifras quedan los grupos netamente españoles. Entre los cotizados y según la información publicada por las propias empresas, Prisa se anotó el año pasado 2.725 millones; Atresmedia, casi 830, y Vocento no llega a los 530.

China y los nuevos ‘big five’

Dos nuevas tendencias marcan el ranking mundial hecho público ayer. En primer lugar, la entrada de compañías chinas, un hecho hasta ahora inédito entre los principales propietarios de medios. De hecho, la televisión pública china CCTV se estrena en el puesto 23, con 4.335 millones en su haber. Emite 22 canales en abierto y sus subastas del prime time sirven como barómetro de la economía china. Le acompaña en la relación de empresas Baidu, principal motor de búsquedas del país y equivalente local a Google. Entra en el puesto 28, por delante de Microsoft, con 3.575 millones de cifra de negocio.

El segundo gran cambio de guardia viene de la mano de los propietarios de medios dedicados en exclusiva a internet. Los big five –Google, Yahoo!, Facebook, Baidu y Microsoft– acapararon el 67% de la inversión publicitaria mundial en la red. "Esto demuestra cómo el poder en el mercado de la publicidad en Internet pertenece actualmente a los intermediarios –compañías que conectan consumidores con los contenidos que están buscando, o consumidores entre sí– en lugar de a los propios productores de contenidos. Estos cinco intermediarios cuentan con el 21% de todos los ingresos de medios generados por el 'top 30' de los propietarios de medios", explica ZenithOptimedia.

Pese a esa evolución, a primera vista imparable, hasta 22 empresas del ranking son medios tradicionales, firmas de entretenimiento que crean y distribuyen sus propios contenidos. Concentran un 64% del total de los ingresos totales. ¿Futuro de la industria? Mayor presencia de compañías de mercados emergentes e irrupción de una nueva clase de propietarios de medios, siempre con el contenido como motor del sector. Eso sí, con el sector en España mirando los toros desde la barrera y, quién sabe, tal vez víctima de procesos de consolidación. La situación de Prisa, el único grupo con tamaño pero en plena venta de activos, no invita al optimismo.