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La justicia europea revienta el 'plan Montoro' para recuperar la publicidad en RTVE
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HACIENDA PIERDE LA COARTADA PERFECTA PARA EL CAMBIO

La justicia europea revienta el 'plan Montoro' para recuperar la publicidad en RTVE

José Manuel Lara llegaba ayer a la presidencia del lobby de las cadenas privadas. Y lo hacía con un regalo de Bruselas bajo el brazo. No

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La justicia europea revienta el 'plan Montoro' para recuperar la publicidad en RTVE

José Manuel Lara llegaba ayer a la presidencia del lobby de las cadenas privadas. Y lo hacía con un regalo de Bruselas bajo el brazo. No en vano, el Tribunal de Justicia de la UE avalaba casi a la misma hora la tasa impuesta por Francia a sus telecos para sufragar la televisión pública. Una decisión trasladable a corto plazo a RTVE, cuyas finanzas son soportadas por un gravamen clónico al galo. Todo un motivo de alegría para las Mediaset o Antena 3, que ven cómo se respeta su botín publicitario, y un revés para parte del Gobierno. No en vano, dinamita el plan que entre bambalinas cortejaba Cristóbal Montoro para recuperar los anuncios en la Corporación.

Como adelantó El Confidencial a primeros de marzo, el equipo económico del Gobierno planteaba ya entonces abiertamente la vuelta a la publicidad, después de ver cómo RTVE cerraba 2012 con pérdidas superiores a los 100 millones de euros y –más inquietante- volvía a la peligrosa senda de los números rojos. Ayer, el Ministerio de Hacienda perdió la coartada que anhelaba para acometer la reforma de un modelo de financiación procedente de la era socialista en el que no cree y que, según expone a quien quiere escucharle, no garantiza el futuro de la casa. Montoro tendrá que sacar ahora su propuesta por las bravas.

Además, no es su único problema. Tendrá que hacerlo derrotando otras sensibilidades en el Ejecutivo. Sin ir más lejos, ayer debió respirar aliviada la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, remisa a abrir el melón mediático. Hace apenas semanas, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la número dos de Rajoy vinculó la vuelta a la publicidad a la posición del Tribunal de la UE. "Este Gobierno está muy pendiente, a través de sus servicios jurídicos, de la resolución de algunos procesos que se sustancian en Bruselas que afectan a algunas televisiones europeas y que indudablemente pueden afectar a las decisiones que aquí se tomen", subrayó, dejando claro el estado de cosas a buen entendedor.

Eso sí, aunque la resolución –si se confirma para España- permite que el Gobierno continúe en su espléndido aislamiento, traslada un problema de proporciones isabelinas al presidente de la sociedad, Leopoldo González-Echenique, que sabe que el modelo no funciona y que gestiona una empresa zombi. Lo dejó claro en el Congreso, probablemente en la idea de que los anuncios volverían a TVE. Entonces aseguró que la ley de financiación no garantizaba la estabilidad de la casa –por el pleito en Bruselas-, no le concedía independencia financiera respecto del mercado –debido al descenso de la aportación de las telecos-, y tampoco le liberaba de las ataduras del Estado –que otorgaba 500 millones a la Corporación hace dos años y, este año, únicamente 250-.

Casi 400 millones en la plantilla 

Ahora, si la política prima, nadie acudirá a su rescate y tendrá que mantener los dos dígitos de audiencia con un presupuesto cada vez más menguante en tanto las telecos, que pagan un 0,9% de su facturación, cada vez ingresan menos con las crisis. Todo con un acuerdo en ciernes con los sindicatos sobre el nuevo Convenio Colectivo que pasa por mantener el empleo de los 6.500 trabajadores en nómina de la sociedad. Según consta en las últimas cuentas presentadas por la Corporación, esta se gastó en pagar a su plantilla casi 383 millones de euros, una cuantía que supone más de una tercera parte del total de ingresos que recibe y un porcentaje que contrasta de plano con los limitados importes que destinan a sufragar salarios las privadas.

“Es que la cuestión clave es precisamente esa –aseguraba recientemente un ejecutivo de una televisión nacional bajo condición del anonimato-. Podemos darle mil vueltas al modelo de financiación de las televisiones públicas, pero si volvemos a la publicidad y eliminamos las tasas a las telecos, probablemente el déficit sea mayor teniendo en cuenta cómo está el mercado publicitario. El problema en RTVE no es de ingresos, es de gastos. La reflexión de Echenique en el Congreso sobre la ley más parece un llamamiento a la desesperada”. En un extraño comunicado, la televisión pública celebraba ayer la sentencia al considerar “razonablemente previsible el respaldo de la justicia comunitaria al modelo actual de financiación de RTVE”. Unas palabras que, si fueran imagen, serían una mueca forzada.

Cerrar el frente RTVE alivia la relación del Gobierno con las privadas, pero no garantiza la pax audiovisual. El Ejecutivo aún tiene que solucionar el entuerto generado por el Tribunal Supremo, que el pasado mes de noviembre anulaba el último reparto de canales efectuado en la era Zapatero. “Sí, es importante, pero perder algún canal no es tan grave como la entrada de la publicidad en TVE, que directamente metía en pérdidas al sector y era casus belli”, se sinceran sotto voce las cadenas afectadas. De ahí que el choque de Sáenz de Santamaría no es con Montoro, sino con Soria, partidario de aplicar tal cual el fallo y restar a las cadenas entre 9 y 17 canales. La vicepresidenta prefiere conciliar. Como siempre, política y medios.

José Manuel Lara llegaba ayer a la presidencia del lobby de las cadenas privadas. Y lo hacía con un regalo de Bruselas bajo el brazo. No en vano, el Tribunal de Justicia de la UE avalaba casi a la misma hora la tasa impuesta por Francia a sus telecos para sufragar la televisión pública. Una decisión trasladable a corto plazo a RTVE, cuyas finanzas son soportadas por un gravamen clónico al galo. Todo un motivo de alegría para las Mediaset o Antena 3, que ven cómo se respeta su botín publicitario, y un revés para parte del Gobierno. No en vano, dinamita el plan que entre bambalinas cortejaba Cristóbal Montoro para recuperar los anuncios en la Corporación.

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