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Lara muestra sus poderes a Rajoy tras dar cobijo televisivo a Aznar en plena 'guerra de la TDT'
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CON EL IMPACTO DE LA ENTREVISTA AL EXPRESIDENTE

Lara muestra sus poderes a Rajoy tras dar cobijo televisivo a Aznar en plena 'guerra de la TDT'

Mariano Rajoy tiene que medir bien sus fuerzas en la ofensiva abierta contra los medios de comunicación tras el caso Bárcenas. Y es que, puede que

Foto: Lara muestra sus poderes a Rajoy tras dar cobijo televisivo a Aznar en plena 'guerra de la TDT'
Lara muestra sus poderes a Rajoy tras dar cobijo televisivo a Aznar en plena 'guerra de la TDT'

Mariano Rajoy tiene que medir bien sus fuerzas en la ofensiva abierta contra los medios de comunicación tras el caso Bárcenas. Y es que, puede que sin pretenderlo, José Manuel Lara acaba de enseñarle sus poderes y ponerle sobre la pista de futuros problemas con el sector. Las inesperadas declaraciones de José María Aznar el martes en Antena 3 no sólo han supuesto un ataque demoledor a la línea de flotación de la actual dirección del PP. También han evidenciado la capacidad de los grandes grupos mediáticos de poner en solfa la política popular y hasta de servir de altavoz a los enemigos ‘íntimos’ de Rajoy. Y no tiene uno mayor que Aznar y la facción de partido que representa.

La secular no intervención de Rajoy en cuestiones de medios de comunicación se convertía en un mito el verano pasado. Su lugarteniente Soraya Sáenz de Santamaría ignoraba los informes de las autoridades de Competencia y avalaba la absorción de laSexta por la cadena de Planeta. ¿Qué esperaba el Ejecutivo con esa decisión? En una relación marcada por los sobreentendidos, el Gobierno contaba con que la toma de control de la cadena por parte de Lara inyectara una cierta sensibilidad a su causa en la línea editorial. Sin embargo, desde la cúpula de Antena 3 nunca se ha admitido que hubiera compromiso alguno. Y los presentadores de laSexta jamás han denunciado presiones. Ni en público ni en privado.

En esas llegó el affaire Bárcenas y la respuesta de laSexta que, sin renunciar a su esencia, se sumó al coro de los Prisa, Unidad Editorial y Mediaset. Sintiéndose maltratado tras echar una mano a Lara y después de auspiciar la operación rescate a la editora de El País, el PP arreció. Primero fue un ministro, que recordaba que recibían ataques de “grupos quebrados”, en alusión a la compañía de Juan Luis Cebrián; luego, otro dejaba claro que el Gabinete “había sido demasiado bueno”, en referencia a la integración Antena 3-laSexta, y finalmente, el propio titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, recordaba las deudas con el fisco de los grupos de medios. En suma, un malestar creciente que un comensal no invitado, el Tribunal Supremo, vino a canalizar por sorpresa.

Y es que el Gobierno aprovechó para sus fines una sentencia del Alto Tribunal, que a finales de noviembre consideraba ilegal el último acuerdo de la era Zapatero respecto al reparto de canales en TDT. Pese a negociar durante semanas una solución con las cadenas, el Ejecutivo rompía la baraja en el fragor de las críticas y Sáenz de Santamaría anunciaba que aplicará sin más el fallo. Antena 3, Mediaset, Vocento y Unidad Editorial perderán entre dos y tres canales por cabeza, con los ingresos que eso supone. Con ese paso al frente, Rajoy demostraba a los dueños de la prensa y la televisión que tenía el BOE. Los afectados optaron por callar, aunque sotto voce no dudan en asegurar que la decisión es una declaración de guerra que puede abrir un auténtico via crucis para el Gabinete.

Elevar el órdago 

En ese contexto Antena 3 recibía ayer a Aznar. Y lo hacía después de que por la mañana el diario El País publicara que la trama Gürtel pagó parte de la boda de la hija del expresidente con Alejandro Agag. El actual consejero de Rupert Murdoch no pareció inmutarse. De hecho, fue la percha perfecta para que se despachara a gusto contra el Grupo Prisa. Paradójicamente, recurrió a argumentos similares a los que utilizan los actuales dirigentes del partido. Aznar recordaba que El País se encuentra en “una situación de cuasibancarrota” y dijo esperar que no se quede sin dinero para pagar las condenas que, aseguró, ganará en los tribunales. Más impacto en Génova debieron de tener sus críticas a la política económica del Gobierno. El lote alcanzó un nivel de repercusión espectacular y copaba el debate durante el día de ayer.

Ahora, es decisión del Gobierno si templa gaitas o eleva el órdago. Un reto de enjundia que pone en cuestión toda su política de comunicación. Rajoy puede buscar una solución a la pérdida de canales como primer gesto de buena voluntad. De hecho, los grupos están aún convencidos de que existe margen legal para hallar una solución técnico-jurídica al entuerto. En cambio, también puede dar la puntilla al sector si recupera la publicidad para RTVE, como apuntaba esta misma semana el propio Montoro. Una medida de ese tipo rebajaría el pastel publicitario drásticamente y pondría en pérdidas de un plumazo a Antena 3 y Telecinco. Y lo peor es que el Ejecutivo tiene la coartada perfecta: lo normal es que Bruselas eche abajo en junio el modelo de financiación de la televisión pública.

Resulta curioso que la relación con los grupos mediáticos marque buena parte de la agenda del presidente que más ha renegado de relacionarse con ellos. “Rajoy tiene vocación de inhibirse en cuestiones de medios y mantiene una enorme distancia con los tradicionales gurús de la derecha –aseguraban fuentes próximas al político gallego recién llegado al poder-. A principios de 2008 tenía en contra a la Cope y El Mundo y no movió un dedo, dejó hacer”. El presidente, de los pocos inquilinos de la Moncloa que no han buscado crearse un imperio mediático afín, ha tenido la extraña habilidad de granjearse la animadversión de todos los grandes grupos, véase Antena 3, Mediaset Prisa, Unidad Editorial, Vocento. Y en un tiempo récord de apenas un año y medio. Seguro que tampoco era su idea.

Mariano Rajoy tiene que medir bien sus fuerzas en la ofensiva abierta contra los medios de comunicación tras el caso Bárcenas. Y es que, puede que sin pretenderlo, José Manuel Lara acaba de enseñarle sus poderes y ponerle sobre la pista de futuros problemas con el sector. Las inesperadas declaraciones de José María Aznar el martes en Antena 3 no sólo han supuesto un ataque demoledor a la línea de flotación de la actual dirección del PP. También han evidenciado la capacidad de los grandes grupos mediáticos de poner en solfa la política popular y hasta de servir de altavoz a los enemigos ‘íntimos’ de Rajoy. Y no tiene uno mayor que Aznar y la facción de partido que representa.

José María Aznar Botella Mariano Rajoy