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Un millón de hogares afronta interferencias en sus TV por la próxima antenización
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CON LA ENTRADA DE SERVICIOS DE BANDA ANCHA MÓVIL

Un millón de hogares afronta interferencias en sus TV por la próxima antenización

José Manuel Soria sacaba pecho esta semana tras alcanzar una acuerdo con las televisiones privadas para mover sus frecuencias y liberar el dividendo digital para las

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Un millón de hogares afronta interferencias en sus TV por la próxima antenización

José Manuel Soria sacaba pecho esta semana tras alcanzar una acuerdo con las televisiones privadas para mover sus frecuencias y liberar el dividendo digital para las telecos. Sin embargo, los quebraderos de cabeza por la nueva antenización de la TDT no han hecho sino comenzar para el ministro de Industria. Y es que según se desprende de un reciente informe del regulador británico para las comunicaciones (Ofcom), el desplazamiento de las cadenas en el espectro radioeléctrico y la entrada de los servicios 4G provocará interferencias en unos 900.000 hogares de Reino Unido si no se toman medidas. La situación se agrava en España, que ha confiado toda la recepción de la señal televisiva a la vía terrestre. Al punto que más de un millón de usuarios podrían verse afectados.

El llamado dividendo digital es la parte del espectro que quedará disponible después de desalojar los servicios de televisión. Los canales de TDT, que ocupan actualmente la banda de frecuencias comprendidas entre los 790 y 862 MHz, deben dejar libre ese espacio, ideal para servicios de mayor interés económico como la banda ancha móvil. “Sin embargo, el hecho de que coexistan servicios diferentes –televisión y móviles- en bandas de frecuencia adyacentes genera interferencias, ya que los equipos y antenas receptoras de TDT están diseñados para recibir frecuencias en la banda 470MHZ-862 MHz, incluyendo los bloques que se asignarán a servicios móviles”, explican fuentes del sector.

¿Puede evitarse? Sí, pero previo pago de su importe. Ofcom ha calculado que la instalación de filtros en las antenas o una eventual migración de plataforma al satélite o al cable supondrán un coste para Reino Unido de 180 millones de libras (en torno a 230 millones de euros), lo que representa 255 euros por afectado. Según añaden estas fuentes, la cuestión puede ser todavía más inquietante en España, ya que la TDT alcanza casi al 100% de los receptores, mientras que en Reino Unido apenas al 41%. Si se extrapolan los datos del regulador británico, en torno al 8% de las familias españolas podrían verse en problemas para recibir la señal en buenas condiciones. De acuerdo con los datos del INE, España cuenta con 17,5 millones de hogares.

El Gobierno salvaba hace apenas días el primer escollo sobre el dividendo digital, que debe estar disponible para las telecos en enero de 2014. Industria llegaba a un acuerdo con la patronal de las televisiones privadas (Uteca) por el que las cadenas accedían a reducir el espacio que ocupan en el espectro sin perder canales, gracias a una mayor compresión de la señal. También las cadenas públicas reducirán drásticamente su nivel de ocupación para limitar y abaratar esa migración digital, que el Ejecutivo socialista estimaba en 900 millones. El actual ministro de Industria aseguraba esta semana que el nuevo status quo permitirá rebajar el gasto hasta los 300. Eso sí, "tendrán que hacerle frente los consumidores”, dejaba claro Soria. El propio secretario de Estado, Víctor Calvo-Sotelo, cifraba ayer en 20 euros el coste por familia de la reantenización, que afecta a 1,2 millones de inmuebles.

¿Quién paga la ronda?

No sucede lo mismo si se producen interferencias con la incorporación de las telecos y los servicios 4G. En ese caso, la normativa establece que el coste deberá ser asumido por el operador móvil adjudicatario de la frecuencia. En concreto, el Real Decreto 458/2011, sobre actuaciones en materia del espectro radioeléctrico para el desarrollo de la sociedad digital, recoge que “en caso de que se produjeran interferencias o perturbaciones al servicio de radiodifusión de televisión, el concesionario del servicio de comunicaciones electrónicas vendrá obligado a efectuar las correcciones técnicas necesarias para su completa eliminación, asumiendo, en su caso, el coste de las modificaciones a realizar”.

El Gobierno ha llevado a cabo subastas del espectro entre las compañías de telecomunicaciones por importe de 1.647 millones de euros, con Telefónica, Vodafone y France Telecom como principales adjudicatarios. “Es de suponer que son conscientes del problema de las interferencias, del caso de Reino Unido y de que en el Real Decreto en que se fijaban las condiciones de la subasta se comprometieron a pagarlas”, subrayan estas fuentes. “En España existen más de 5.000 centros emisores de TDT, una cifra muy superior al resto de países europeos. Por tanto, se darán más casos en los cuales existan interferencias entre esos centros emisores y estaciones base de telefonía móvil”, remachan.

La cuestión no es baladí. Reino Unido ya ha puesto en marcha un programa para sufragar el coste de las interferencias que provocará la migración digital. En una carta remitida a Ofcom, el ministro responsable del sector, Ed Vaizey, deja claro que el Ejecutivo ayudará a los 900.000 hogares que se verán afectados por los servicios de la banda ancha móvil: los filtros para las antenas serán suministrados gratuitamente y se financiarán los casos que requieran una instalación más compleja o tengan que acomodarse al satélite o al cable.

José Manuel Soria sacaba pecho esta semana tras alcanzar una acuerdo con las televisiones privadas para mover sus frecuencias y liberar el dividendo digital para las telecos. Sin embargo, los quebraderos de cabeza por la nueva antenización de la TDT no han hecho sino comenzar para el ministro de Industria. Y es que según se desprende de un reciente informe del regulador británico para las comunicaciones (Ofcom), el desplazamiento de las cadenas en el espectro radioeléctrico y la entrada de los servicios 4G provocará interferencias en unos 900.000 hogares de Reino Unido si no se toman medidas. La situación se agrava en España, que ha confiado toda la recepción de la señal televisiva a la vía terrestre. Al punto que más de un millón de usuarios podrían verse afectados.