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Lara saca la artillería y mete presión al Gobierno para salvar la fusión Antena 3-La Sexta
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EL CONSEJO DE MINISTROS TIENE LA ÚLTIMA PALABRA

Lara saca la artillería y mete presión al Gobierno para salvar la fusión Antena 3-La Sexta

Antena 3 ya no se guarda nada. La cadena lanzaba un duro comunicado el martes por la noche en el que rechazaba las condiciones impuestas por la

Foto: Lara saca la artillería y mete presión al Gobierno para salvar la fusión Antena 3-La Sexta
Lara saca la artillería y mete presión al Gobierno para salvar la fusión Antena 3-La Sexta

Antena 3 ya no se guarda nada. La cadena lanzaba un duro comunicado el martes por la noche en el que rechazaba las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de Competencia (CNC) para autorizar la compra de La Sexta. Es más, se decía dispuesta a recurrir a los tribunales para defender la operación. La posición fijada no es baladí. No se enfada a un cualquiera. José Manuel Lara, su accionista de referencia e histórico poder fáctico en el sector de los medios de comunicación, descolgó el teléfono un día de 2009 para dejar claro al Gobierno Zapatero que la publicidad no alcanzaba para todos. Poco después, el Ejecutivo autorizaba las fusiones entre cadenas. La última palabra en la integración de La Sexta la tiene otro Ejecutivo, el de Mariano Rajoy, siempre reticente a intervenir en los medios y que afronta ahora toda una patata caliente.

“¿Tanta fuerza tiene Antena 3 con el Gobierno? Puestos a hacer una gestión, ¿no hubiera sido mejor hacerla antes de que Competencia fijara sus condiciones? Es difícil pensar que el Gobierno va a abrir ese melón y va a desautorizar a la CNC”, exponen con lógica fuentes del sector. Sin embargo, los gobiernos populares ya tienen experiencia en esas lides. Fue el Ejecutivo de José María Aznar el que hace diez años obvió las recomendaciones de las autoridades de Competencia y dio luz verde a la fusión entre las plataformas de pago Canal Satélite Digital (Prisa) y Vía Digital (Telefónica). Claro que el ex presidente siempre abrigó unas aspiraciones mediáticas que al actual jefe del Ejecutivo no se le adivinan por ahora.

“Y no hay que olvidar que el Tribunal de la Defensa de la Competencia que funcionaba entonces no tiene nada que ver con este –recuerdan fuentes jurídicas conocedoras del sector y que vivieron de cerca aquel episodio-. Entonces era una broma. La institución actual lleva meses intentando reivindicarse y dar mayor sensación de seriedad”. ¿Qué se puede esperar entonces del Gobierno? “No tiene una salida fácil, ya que tendría que fundamentar su decisión en causas de interés general si quiere suavizar las condiciones. Claro que todo se puede argumentar”, rematan. El Ministerio de Economía tiene 15 días para pronunciarse desde que se haga pública la notificación. Puede ratificar los requisitos o elevar el caso al Consejo de Ministros, que dispondría de otro mes. El affaire debería estar resuelto a principios de agosto.

Desde luego, la vía más rápida y directa que tiene ahora la cadena de Silvio González para desfacer el entuerto es confiar en el Ejecutivo. En ese esfuerzo debe entenderse la salida en tromba de todos sus medios y profesionales –desde Onda Cero a La Razón- para fijar posición. “No se entiende bien que Antena 3 no haya pactado. En principio, tus peores compromisos son siempre mejores que las condiciones que puede imponerte la CNC”, explican las citadas fuentes jurídicas. En todo caso, apelar a la vía judicial o administrativa presenta un problema mayor: la cadena tendría que afrontar un proceso largo, probablemente de años, que permitiría a Mediaset asentar su posición de dominio en el sector.

La desaparición de La Sexta

De hecho, el supervisor puede ver cómo el tiro le sale por la culata. No en vano la CNC lamentaba en su resolución que “la desaparición de La Sexta como operador independiente” podía reforzar el poder de mercado de Antena 3 y permitirle junto a Mediaset “coordinarse tácitamente” para controlar la publicidad. Y puede llegarse al mismo punto pero por una vía menos deseable. Según exponían ayer un analista del sector, si la operación finalmente no se hace, también existe un riesgo cierto de que La Sexta desaparezca como operador, pero debido a sus dificultades financieras. “Iríamos de un escenario de duopolio equilibrado a un monopolio con Mediaset España como claro líder del mercado publicitario con más de un 50% de cuota”, subrayaba.

Antena 3 pensaba las condiciones no serían muy diferentes a las que en su día se acordaron para la compra de Cuatro por parte de Telecinco. Pero dos requisitos diferenciales complican la operación: por un lado, la limitación de la pauta única –emisión de los anuncios de forma simultánea en diferentes canales-, que no se podrá aplicar a las frecuencias de La Sexta. Y sobre todo, que Antena 3 y La Sexta tengan que mantenerse como dos empresas diferentes a la hora de vender sus espacios publicitarios. “Sin un único departamento comercial, cualquier sinergia en este punto desaparece”, explican fuentes del sector. Aunque la CNC impide a Mediaset comercializar en un mismo paquete la publicidad de Telecinco y Cuatro, la tarea comercial sí puede desarrollarla un mismo equipo.

Caben dos interpretaciones. Por un lado, es posible oponerse a las condiciones de competencia teniendo en cuenta que el supervisor deja el sector con dos competidores con similar cuota de mercado, pero teniendo que afrontar uno requisitos más duros que el otro. Por otro lado, fuentes del mercado justifican las medidas acudiendo que se trata de estructuras distintas, en tanto el Grupo Antena 3 también incluye otros negocios, como Onda Cero, cuya publicidad se gestiona conjuntamente. “Parece que Competencia se ha basado en el principio de intentar que las condiciones de mercado sean tras la operación de concentración lo más parecidas posibles a como lo eran antes”, añaden.

Antena 3 ya no se guarda nada. La cadena lanzaba un duro comunicado el martes por la noche en el que rechazaba las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de Competencia (CNC) para autorizar la compra de La Sexta. Es más, se decía dispuesta a recurrir a los tribunales para defender la operación. La posición fijada no es baladí. No se enfada a un cualquiera. José Manuel Lara, su accionista de referencia e histórico poder fáctico en el sector de los medios de comunicación, descolgó el teléfono un día de 2009 para dejar claro al Gobierno Zapatero que la publicidad no alcanzaba para todos. Poco después, el Ejecutivo autorizaba las fusiones entre cadenas. La última palabra en la integración de La Sexta la tiene otro Ejecutivo, el de Mariano Rajoy, siempre reticente a intervenir en los medios y que afronta ahora toda una patata caliente.

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