Cebrián propone a Luis María Anson para relanzar el 'lobby' de los editores

Jueves, 10 mayo. Reunión de los dueños de la prensa en España. Están al límite. Casi todos pierden dinero y la mayoría afronta drásticos ajustes de plantilla. No estaba sobre la mesa, pero sale en la conversación. Hay que consensuar un ejecutivo fuerte para la patronal (AEDE), un profesional que dé al sector visibilidad institucional y tenga acceso al Gobierno. El consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, apuesta por Luis María Ansón, histórico director de ABC y colega en la Real Academia. Otros lanzan la candidatura de José Bergareche, otrora hombre fuerte de Vocento. “No tiene llegada a ministros”, se le reprocha. También aparece el nombre de ‘Alechu’ Echevarria, presidente de Telecinco. Es perfecto. “Pero sólo si deja la cadena”, se dice. En suma, se buscan soluciones para un sector que se desangra.

“La cuestión de fondo está clara: o se impulsa la AEDE o se disuelve, pero así no se puede seguir”, aseguran fuentes conocedoras del encuentro. Arrancaba el año 2009 y los grandes editores se conjuraban para solicitar un plan de ayudas a la francesa a la entonces vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega. Tres años y medio y un cambio de Gobierno después, sus manos siguen vacías. Han pasado por la presidencia de la patronal Pilar de Yarza (El Heraldo de Aragón) y Antonio Fernández Galiano (factótum de Unidad Editorial). Puede que en algún momento hayan logrado superar las reticencias políticas a echar una mano; nunca han podido vencer las discrepancias entre los propios editores.

Conrado Carnal, consejero director general del Grupo Zeta, sustituía al primer ejecutivo de Unidad Editorial al frente de la patronal en noviembre de 2011. Tampoco hay resultados visibles un semestre después. La debacle publicitaria puede acelerar los cambios en una organización que tradicionalmente ha envidiado la magnífica tarea de lobby realizada por las televisiones privadas a través de Uteca. “El Gobierno está mostrando muy poca sensibilidad [con la prensa]. Con las televisiones se ha mostrado mucho más sensible y nosotros seguimos esperando”, afirmaba hace unos meses el propio Fernández Galiano tras quejarse de que Rubalcaba ni le cogía el teléfono.

El sentimiento en AEDE es claro: la prensa es un sector en reconversión y como tal debería ser tratado desde las instancias públicas. Como avanzó El Confidencial, los editores encargaron a comienzos de 2010 un informe a Sagardoy Abogados en que se justificaba esa demanda, comparando la situación de los diarios con la de sectores como la minería, la siderurgia o los astilleros durante los años 80. El documento recogía las medidas laborales que podrían allanar el camino para los medios, incluido el subsidio por parte de un fondo estatal de las jubilaciones anticipadas. Aunque las estrecheces de las finanzas públicas bloquean muchas de las iniciativas, los editores se plantearon desempolvar el informe coincidiendo con la llegada al poder del Partido Popular.

Sin publicidad del Gobierno

El arranque del año no ha podido ser más desalentador para los diarios. Según los datos de Infoadex, la facturación de la prensa en el primer trimestre del año se situó en 173,1 millones de euros, un 21,2% menos que en el mismo período del año anterior. La evolución es más que inquietante: los diarios se repartieron casi 1.900 millones en 2007, mientras que los ingresos apenas alcanzaron los 977 millones en el ejercicio 2011. Por si fuera poco, la publicidad procedente del Estado, ya sea institucional o comercial, se ha desplomado. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció hace diez días que el gasto del gabinete popular en campañas publicitarias se situaría este año en 137,5 millones. Un lustro antes, en 2007 y sin crisis a la vista, la cúpula socialista acordó una inversión de 368,41 millones.

Un escenario que repercute decisivamente en un soporte que además afronta un cambio en su modelo de negocio. Con serio impacto en las plantillas. Por ejemplo, el diario El Mundo negocia un nuevo expediente de regulación de empleo (ERE) tras el ya acometido en 2009. El nuevo ajuste supondrá la salida de entre 195 y 210 profesionales, tras los 180 que ya dejaron el grupo. El propio Cebrián tuvo que comparecer ante la redacción de El País hace una semana para aplacar los rumores de un ERE en el rotativo. De momento, tensa calma. ABC, el primero en plantear los ajustes, ya dejó su plantilla en la mitad al inicio de la crisis. Sin contar con Público, que ha desaparecido, y los problemas de Intereconomía Corporación, grupo editor de La Gaceta, para siquiera pagar las nóminas. El año 2012 puede dejar a más de un grupo a expensas de una operación corporativa.

Según aseguran fuentes conocedoras de los movimientos entre los editores, la propuesta se encuentra todavía en fase embrionaria y no se ha debatido cómo encajarla esta figura en los Estatutos de la AEDE. La cabeza visible de la organización es ahora el presidente, para el que debe elegirse a una persona “representativa de la prensa diaria a juicio de los electores y con independencia de su posible adscripción profesional a una entidad asociada”. Tradicionalmente se utiliza una fórmula rotatoria entre los asociados. La gestión diaria de la asociación está en manos de un director general, cargo que actualmente desempeña Ignacio M.Benito.