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Prisa prevé un bonus de 10,5 millones para sus ejecutivos en pleno ERE en 'El País'
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PERCIBIERON 8,09 MILLONES EN 2011

Prisa prevé un bonus de 10,5 millones para sus ejecutivos en pleno ERE en 'El País'

El Grupo Prisa parece no tener recato a la hora de retribuir a sus altos ejecutivos. Según consta en el Informe Anual de Gobierno Corporativo remitido

Foto: Prisa prevé un bonus de 10,5 millones para sus ejecutivos en pleno ERE en 'El País'
Prisa prevé un bonus de 10,5 millones para sus ejecutivos en pleno ERE en 'El País'

El Grupo Prisa parece no tener recato a la hora de retribuir a sus altos ejecutivos. Según consta en el Informe Anual de Gobierno Corporativo remitido a la CNMV, la compañía prevé la concesión de un bono de 10,57 millones a su equipo directivo en 2012, un 23% más respecto a los 8,09 millones hechos efectivos el pasado año. Una generosidad que contrasta con la delicada situación financiera que atraviesa la sociedad, que alentaba recientemente las excedencias, los días libres y las vacaciones de sus trabajadores para ahorrar costes. Incluso los sindicatos de El País, su buque insignia, advertían esta semana de que la firma planea un macroexpediente de regulación de empleo (ERE) en el rotativo.

La parte del león de ese bonus de referencia será para los consejeros con funciones ejecutivas (Juan Luis Cebrián, Fernando Abril-Martorell y Manuel Polanco). Pueden llegar a embolsarse 8,2 millones de euros. Para el resto de miembros de la alta dirección se reservan 2,37 millones adicionales. Además de esa gratificación, los primeros espadas de la compañía percibirán una retribución fija de 6,53 millones, de los que 2,36 millones serán para los citados consejeros. Se trata de cuantías llamativas para una compañía que registró pérdidas netas de 451 millones en 2011 tras acometer importantes provisiones. Más aún cuando el sector atraviesa una severa crisis publicitaria a la que no se ve fin.

El anuncio de ese extra para 2012 se produce semanas después de que la compañía informara de que Cebrián había percibido 8,22 millones de euros en 2011, entre retribuciones en metálico y acciones. La empresa justificaba parte de ese sueldo como un premio extraordinario por la operación en la que las firmas de inversión y hedge funds integrados en Liberty entraban en el capital de Prisa a cambio de inyectar 650 millones de euros para recapitalizar la sociedad. Una transacción por la que la familia Polanco perdía la mayoría de la firma. Y suma y sigue. El primer ejecutivo del grupo se embolsó ya en marzo de este año un nuevo paquete de acciones de la compañía valorado en casi 1,1 millones.

“El contrato del Sr.Cebrián con Prisa prevé una retribución fija anual en metálico y una retribución anual variable en metálico –explica el Informe de Gobierno Corporativo-. También comprende la entrega de acciones de la sociedad, por un monto variable, sustitutivo del Incentivo a Largo Plazo, al que no tiene derecho el consejero delegado por estar limitado su contrato a tres años”. El también presidente de El País negoció con su permanencia en el cargo durante un trienio en paralelo a la operación de Liberty. El documento remitido a la CNMV insiste en que algunas de las cantidades percibidas por el consejero delegado en 2011 son “no recurrentes ni periódicas”.

Cinco millones por encima de lo previsto

Claro que tampoco la cuantía estimada para el bono es definitiva. Y puede revisarse al alza. Al menos eso sucedió en 2011. Aunque Prisa estimaba abonar a su cúpula 3,38 millones de euros, sus altos ejecutivos se han terminado embolsando 8,09 millones. La compañía explica el desfase por el cambio en el perímetro de los agraciados. El grupo contemplaba en el arranque de año un plantel de un consejero ejecutivo y 14 directivos, mientras que al final fueron de la partida tres consejeros ejecutivos y 12 directivos. En su conjunto, el Consejo de Administración percibió 13,65 millones de euros, de los que 9,4 fueron a parar a las arcas de los consejeros ejecutivos.

Prisa, que todavía no ha presentado los resultados del primer trimestre del año, acumula una deuda creciente superior a 3.500 millones de euros, que lograba refinanciar in extremis a finales del pasado ejercicio. La compañía hace público su informe de buen gobierno dos días después de que el Comité de Empresa de El País denunciara que el grupo preparaba un ERE en el diario, que había quedado a salvo del Plan de Eficiencia Operativa planteado hace algo de doce meses y que ya contemplaba la salida de 2.500 profesionales del grupo, sobre todo en las divisiones audiovisual y de radio.

“El director de Organización, Recursos y Tecnología de Prisa, Óscar Gómez, ha comunicado a la ejecutiva de CCOO su intención de ejecutar un ERE que afecta a un número muy importante de trabajadores de El País. Según nos ha transmitido el sindicato, Prisa intentará aprovecharse de la reforma laboral que se tramita en el Congreso de los Diputados para despedir con 20 días por año y un límite de 12 mensualidades a parte de nuestra plantilla”, exponía la representación sindical en un comunicado. "El Comité entiende que estamos ante la mayor agresión de esta empresa hacia sus trabajadores y que no existen más alternativas que la de hacerle frente de forma serena pero decidida y contundente", zanjaba. En una asamblea celebrada ayer los trabajadores censuraban al consejero delegado después de que un día antes la empresa dejara claro que todas las opciones están sobre la mesa para disminuir los costes salariales, incluido el ERE.

El Grupo Prisa parece no tener recato a la hora de retribuir a sus altos ejecutivos. Según consta en el Informe Anual de Gobierno Corporativo remitido a la CNMV, la compañía prevé la concesión de un bono de 10,57 millones a su equipo directivo en 2012, un 23% más respecto a los 8,09 millones hechos efectivos el pasado año. Una generosidad que contrasta con la delicada situación financiera que atraviesa la sociedad, que alentaba recientemente las excedencias, los días libres y las vacaciones de sus trabajadores para ahorrar costes. Incluso los sindicatos de El País, su buque insignia, advertían esta semana de que la firma planea un macroexpediente de regulación de empleo (ERE) en el rotativo.

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