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Los trabajadores de Zeta aceptan bajarse el sueldo si lo hace también la cúpula directiva
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ANTONIO ASENSIO CONVOCA UNA CUMBRE DE 'PRIMEROS ESPADAS'

Los trabajadores de Zeta aceptan bajarse el sueldo si lo hace también la cúpula directiva

Los trabajadores del Grupo Zeta están dispuestos a rebajarse los salarios “dentro de límites razonables” a cambio de que el holding que preside Antonio Asensio Mosbah

Foto: Los trabajadores de Zeta aceptan bajarse el sueldo si lo hace también la cúpula directiva
Los trabajadores de Zeta aceptan bajarse el sueldo si lo hace también la cúpula directiva

Los trabajadores del Grupo Zeta están dispuestos a rebajarse los salarios “dentro de límites razonables” a cambio de que el holding que preside Antonio Asensio Mosbah pueda salir adelante y siempre y cuando este esfuerzo “sea conjunto, a todos los niveles de la compañía y empezando por la propiedad y los máximos directivos”. Así lo reflejan en una carta, firmada por todos los comités de empresa del grupo y por 700 empleados, que fue entregada al propietario el pasado martes.

El grupo editorial negocia desde hace meses el convenio de media docena de empresas pero no ha llegado todavía a un acuerdo con los trabajadores. La dirección comenzó poniendo encima de la mesa un recorte salarial del 25%, pero en sucesivas sesiones fue rebajando el mismo hasta llegar al 14%. Ello supondría un ahorro de unos 4 millones de euros. La bajada de sueldos, según manifestaron diversas fuentes a El Confidencial, no sería lineal, sino escalonada y directamente proporcional al salario, es decir, que se recortaría más a los que más ganan.

Este sistema, sin embargo, no es bien visto desde todos los estamentos. ”Debería llegarse a un punto medio. Con el planteamiento que se hace, hay sueldos que se verán reducidos en casi un 20%, lo que es inasumible. Debería suavizarse el recorte, porque cuando las cosas van bien, tampoco suben más los sueldos altos”. Y otra fuente explica que “solidaridad sí, pero otra cosa es que recorten a unos el 20% y a otros, nada”. Desde la empresa se asegura que los altos cargos del grupo ya se sacrificaron los años anteriores, congelándose el sueldo desde el 2009 y recortando un 10% a mediados del año pasado.

Pero eso, según los empleados, no es excusa. La carta que fue entregada a Asensio señala que la plantilla de El Periódico de Cataluña, la joya del grupo, ya ha sido muy castigada por un expediente de regulación de empleo (ERE) reciente -en realidad, finalizó el pasado 31 de diciembre-. ”Los trabajadores del Grupo Zeta y sus representantes nunca nos hemos mostrado refractarios a arrimar el hombro, como demuestra que hayamos asumido la congelación de nuestros sueldos estos tres últimos años, para sacar adelante un proyecto en el que, a pesar de todo, todavía confiamos”, añade la misiva.

También exponen al empresario su rechazo a “la política de despidos y recortes salariales drásticos que impulsa la empresa”. Porque, si no se llega a un acuerdo peligran, de momento, una cincuentena de puestos de trabajo. Algunos de ellos podrían solventarse con prejubilaciones, que en realidad ya han comenzado a producirse, puesto que cuatro personas abandonarán el grupo en un futuro próximo. Además, el grupo ofrece bajas incentivadas, aunque tampoco hay acuerdo en este tema, puesto que la oferta empresarial es de 32 días por año para algunos trabajadores y con un tope de 18 mensualidades. El pago, por otra parte, se quiere realizar en tres plazos, pagando un tercio de la indemnización cada seis meses.

Ante ello, en la misiva entregada al presidente del grupo, los trabajadores consideran “imprescindible un plan estratégico y de inversiones justas y necesarias para mantener el legado del grupo mediático que en su día creó don Antonio Asensio Pizarro”.

Unas negociaciones “duras”

Por tanto, piden al propietario que “ejerza su liderazgo” y que no deje diluirse esta herencia que, “con el esfuerzo proporcional de las partes implicadas, pueda recuperarse con nuevas energías”. En otras palabras, acceden a firmar un convenio a tres años bajándose el sueldo este ejercicio, pero exigiendo que la misma vara de medir se aplique a la cúpula directiva. Según diversas fuentes consultadas por este diario, la negociación en marcha es muy importante porque marcará la línea a seguir de los restantes convenios del grupo.

Otras fuentes internas de Zeta manifestaron a este diario que las conversaciones son “duras”. En ellas han tomado parte tanto el presidente de la comisión ejecutiva, Juan Llopart, como el director general, Conrado Carnal. Las argumentaciones de la empresa a lo largo de estos meses también acentuaron las tensiones. El panorama pintado por los dos directivos fue muy negro. Aludieron a la crisis en la prensa de papel, a la difícil situación del Grupo Zeta e incluso Llopart llegó a exclamar que “no me interesa la paz social, me va la guerra”. Fuentes cercanas al directivo justifican su modo de argumentar: “Juan es muy vehemente. Y en las negociaciones está hablando coloquialmente, de buena fe. También es verdad que llegó a decir que el grupo ‘es un cadáver’, pero no han de tomarse estas manifestaciones al pie de la letra. Lo que quería era escenificar la situación y la necesidad de tomar medidas”.

”Lo único que pretenden es cuadrar los números. Están obsesionados con los presupuestos”, dice el representante de uno de los comités del grupo. Además, achacan a Llopart una actitud intransigente. “Es como si el Popular y Caixa Bank tuviesen secuestrado al grupo”, llega a decir otra de las fuentes consultadas. Otras fuentes buscan una justificación de esta dureza en el hecho de que los dos altos cargos no provienen del mundo editorial. ”No les importan los medios ni su función social. Para ellos, un diario o una revista es sólo un producto de empresa. Y, como tal, su finalidad es la rentabilidad. Pero un medio de comunicación es algo más. Se ha de tener otra sensibilidad a la hora de valorarlo y no sólo ha de medirse por la vertiente financiera”.

El grupo, no obstante, ha mejorado sensiblemente sus balances desde el 2009. De unas pérdidas de más de 22 millones en aquel ejercicio pasó a unos beneficios antes de impuestos de 10 millones en el 2010 y espera que, a falta de cerrar las cuentas definitivas, vuelva a tener unos 6 o 7 millones de beneficio en el 2011. Pero ante la bajada de ventas de los productos de papel y los recortes en publicidad, necesita ajustar aún más sus gastos.

‘Cumbre’ en Barcelona

El pasado viernes, Antonio Asensio convocó una cumbre en un hotel barcelonés para estudiar el tema y ver posibles acercamientos a los planteamientos del personal. En esta reunión, en la que estaban presentes media docena de personas que conforman la cúpula del grupo, se estudió cómo reconducir la situación, aunque quedó claro que las medidas que Zeta puso sobre la mesa sobre reducción de sueldos o de plantillas son necesarias, porque de lo contrario el futuro puede ser catastrófico. No hay que olvidar que Grupo Zeta fue el primer gran emporio editorial que acometió un Ere en el 2008. Ahora, ante las previsiones económicas, se hace necesario “tomar medidas”.

Fuentes del holding señalaron a este diario que “los dos primeros meses del año han sido catastróficos. No sólo para nosotros, sino también para la competencia. Y la proyección para el 2012 dibuja un horizonte muy negro. Por eso es preciso adelantarse a los acontecimientos y tomar medidas. Nosotros queremos hablar y estamos abiertos al diálogo con los trabajadores, pero por desgracia para todos, es necesario actuar cuanto antes y estar preparado”. La situación se prolongará aún en el tiempo. Los trabajadores no asumen la propuesta de la dirección. Y ésta tiene muy clara su estrategia: ”No se trata de regateo. Se trata de hacer entender a la gente que o se toman medidas inmediatamente con visión de futuro o lo vamos a pasar muy mal”.

Los trabajadores del Grupo Zeta están dispuestos a rebajarse los salarios “dentro de límites razonables” a cambio de que el holding que preside Antonio Asensio Mosbah pueda salir adelante y siempre y cuando este esfuerzo “sea conjunto, a todos los niveles de la compañía y empezando por la propiedad y los máximos directivos”. Así lo reflejan en una carta, firmada por todos los comités de empresa del grupo y por 700 empleados, que fue entregada al propietario el pasado martes.