Vocento busca presidente tras anunciar Del Alcázar su salida

Diego del Alcázar agota sus últimos meses al frente de Vocento. Según aseguran fuentes internas de la compañía, el presidente del grupo ya ha comunicado al Consejo de Administración que no continuará como cabeza visible de la editora de ABC después del mes de marzo, cuando vence su mandato. La decisión abre un proceso para buscarle sustituto que pondrá otra vez a prueba las difíciles relaciones entre las familias que habitan en el cónclave. Los Bergareche, Ybarra o Luca de Tena ya demostraron hace apenas meses lo complejas que pueden ser las cosas en la casa. De hecho, el reemplazo del ex consejero delegado José Manuel Vargas provocó una auténtica batalla campal.

Del Alcázar formalizó su salida en la reunión del pasado 5 de septiembre. Lo hizo contra la opinión de parte del Consejo, que no veía con malos ojos que continuara al menos un año más para no concentrar los cambios del presidente y el consejero delegado en apenas meses. Luis Enríquez, ex Unidad Editorial, asumía el cargo de primer ejecutivo de Vocento el pasado mes de julio, después de que el grupo cortejara abiertamente a su jefe, Antonio Fernández Galiano. Esa elección hubiera evitado el problema que ahora se cierne sobre Vocento, ya que Galiano estaba llamado a aglutinar los cargos de consejero delegado y presidente ejecutivo, como va a hacer ahora en la editora de El Mundo.

“Si Del Alcázar hubiera continuado unos meses más, Enríquez hubiera tenido algo más de tiempo para asentarse. Sin embargo, Diego ha dejado claro que está cansado y necesita tiempo para el Instituto de Empresa; no continuará”, aseguran estas fuentes. Un planteamiento que obliga a la Comisión de Nombramientos, encabezada por Víctor Urrutia, a abrir un proceso que arrancará “de forma inminente” y que incluirá una renovación más amplia del Consejo. No en vano también vencen los mandatos de otros dos consejeros independientes, Claudio Aguirre y Álvaro Ybarra. “Lo normal es que Aguirre salga e Ybarra renueve. Tendrán que entrar otros dos consejeros independientes, uno de los cuales debería ser el nuevo presidente”, aseguran estas fuentes.

Y es que la opinión mayoritaria en la casa es que el nuevo capo debe venir de fuera para evitar una nueva guerra entre las familias históricas. Sin hablar de aspirantes concretos, más de uno en la empresa habla incluso de un perfil a lo Eduardo Serra. “Lo normal es que se trate de alguien ajeno al grupo para cerrar las heridas abiertas con la salida de Vargas. Tiene que ser alguien con buenas conexiones con la Casa Real y que complemente el perfil ejecutivo de Enríquez. Además, sería bueno que se alcanzara un consenso amplio sobre su nombramiento. Luis tuvo el respaldo de los 15 consejeros. Así debería pasar con el presidente”, aseguran estas fuentes, bajo condición del anonimato. Del Alcázar sí se ha comprometido a echar una mano en la búsqueda de sustituto.

“El modelo de Vargas no hay quien lo pague”

Mientras, la compañía afronta un duro final de año. Enríquez tiene previsto presentar en el Consejo de Administración de la próxima semana sus planes para afrontar la crisis publicitaria y, sobre todo, para reducir los números rojos de algunas de las divisiones del grupo. Tres son las claves que maneja para que los réditos que proporciona la prensa regional, auténtica joya de la corona, no queden hechos trizas por el resto del negocio. En primer lugar, buscará parar la sangría de la televisión, cerrando un modelo similar al de Unidad Editorial. Esto es, alquilar el canal a un grupo que se ocupe de explotarlo –como ha hecho la editora de Marca con Discovery Networks-, reservándose algunas franjas horarias.

En segundo lugar, buscará minimizar las pérdidas de Punto Radio con el último lavado de cara -cambio de marca incluido- y la incorporación de Melchor Miralles e Isabel San Sebastián. Y finalmente, estima viable reducir exponencialmente las pérdidas de ABC, en tanto el ajuste de personal ya está hecho. El rotativo se dejó en 2010 más de 21,5 millones, mientras que la radio registró un ebitda negativo de 4,3 millones y la TDT –lastrada por las licencias autonómicas y locales- rondó los cinco millones. “Es factible equilibrar las cuentas de las televisión, perder un millón con la radio y dejar las pérdidas de ABC en cinco millones de euros. Con eso sería más que suficiente por el momento. El modelo de Vargas no hay quien lo pague”, remachan estas fuentes.