Vocento busca 'plan B' para Punto Radio tras renunciar al fichaje de Jiménez Losantos
Tomó la decisión el miércoles por la tarde. Luis Enríquez, flamante nuevo consejero delegado de Vocento, fue enviado a luchar contra los elementos y claudicó. Prefirió
Paradójicamente y según explican fuentes conocedoras de la saga, Enríquez dio marcha atrás para “no dividir un Consejo que no estaba dividido”. El road show del consejero delegado para explicar la contratación sólo contó con un verdadero indignado: Santiago Bergareche. El resto -incluido José María Bergareche y las hermanas Luca de Tena- estaban dispuestos a tragarse el sapo pese a la irritación que les provoca el locutor. Esto es, salvar la cara en el Consejo votando simbólicamente contra el fichaje aun sabiendo que éste saldría adelante. Todos eran -y son- conscientes de que salvar Punto Radio necesita medidas drásticas. Y Losantos era votar con la cartera en la mano.
Las reticencias ante el periodista por parte de los Bergareche y los Luca de Tena son más que comprensibles. Basta recordar cómo Vocento y ABC interpusieron una demanda contra Losantos y la COPE por competencia desleal en el año 2006. José María Bergareche, entonces consejero delegado del grupo, aseguró que “se había colmado su paciencia” después de que el periodista alentara a la audiencia a que se diera de baja en el diario de cabecera de Vocento. Para las familias vascas que recorren el accionariado del grupo -los Ybarra, Bergareche, Urrutia, etc.- no sería fácil explicar el fichaje en su propio entorno. Ni desde la ideología ni desde la historia reciente.
Por su parte y de acuerdo con estas fuentes, Losantos se ha tomado el fracaso de las negociaciones con deportividad. Él fue el primero que aseguró a este diario que el fichaje estaba más que en el aire. “No he negociado ni negociaré con Vocento”, aseguró, dejando claro que no tenía intención alguna de abandonar esRadio, su proyecto radiofónico vinculado a Libertad Digital. Tampoco veía demasiado claro cómo fusionar su emisora con Punto Radio. “No voy a desmantelar esRadio”, zanjó. “No había demasiada caja para acometer la operación”, explican fuentes internas de la editora de ABC. En todo caso, Enríquez no contemplaba un desembolso económico importante y sí fórmulas para compartir los beneficios con el periodista.
Enríquez, el PP y su relación con el Consejo
Las presiones del PP para evitar la operación tampoco han favorecido la intención de Enríquez, que ahora ya sabe de primera mano que será clave manejar el Consejo de Administración y sus maniobras si quiere sacar adelante su gestión. Los populares habrían expresado al grupo de medios su malestar por la eventual contratación del comunicador, tradicionalmente muy crítico con Mariano Rajoy. Con un Gobierno conservador a las puertas, el primer ejecutivo de la firma parece haberse curado en salud: mejor puntuar con el PP. En las negociaciones, mediaciones de toda índole. Desde el “entorno de Rajoy” hasta el presidente de Telecinco e histórico del Grupo Correo, Alejandro Echevarría.
Además, mejor no tensar demasiado la cuerda cuando en apenas semanas vence el pacto de las familias propietarias de Vocento para dar estabilidad al accionariado. Eso sí, las cifras de Punto Radio invitan a decisiones de calado para reflotar el proyecto. De momento, Enríquez ya contempla modificar la marca, para vincularla al diario ABC. Al tiempo, precisa contratar una estrella a la carrera para cerrar el lavado de cara que pretende lanzar a mediados de octubre. Todo con el objetivo último de elevar la audiencia y los ingresos publicitarios. La emisora obtuvo un promedio de 415.000 oyentes, frente a los 508.000 de 2010, según la segunda ola del Estudio General de Medios (EGM). La división se anotó en el primer semestre una facturación de apenas 7,79 millones de euros, un 21,1% menos que en el mismo periodo del año anterior.
Paradójicamente y según explican fuentes conocedoras de la saga, Enríquez dio marcha atrás para “no dividir un Consejo que no estaba dividido”. El road show del consejero delegado para explicar la contratación sólo contó con un verdadero indignado: Santiago Bergareche. El resto -incluido José María Bergareche y las hermanas Luca de Tena- estaban dispuestos a tragarse el sapo pese a la irritación que les provoca el locutor. Esto es, salvar la cara en el Consejo votando simbólicamente contra el fichaje aun sabiendo que éste saldría adelante. Todos eran -y son- conscientes de que salvar Punto Radio necesita medidas drásticas. Y Losantos era votar con la cartera en la mano.