Vocento paga a Vargas por irse una indemnización de 3,12 millones de euros

José Manuel Vargas, ex consejero delegado de Vocento, no se ha ido de la casa con las manos vacías. Según admite el propio grupo de medios en información remitida a la CNMV, el que fuera su primer ejecutivo ha recibido una indemnización de 3,12 millones de euros, una cifra próxima a las pérdidas registradas por la compañía en el primer semestre del ejercicio. Vargas presentaba su dimisión al Consejo de Administración el pasado 4 de julio después de más de tres años al frente de la firma. Su puesto era ocupado días después por Luis Enríquez, hasta ahora director general corporativo de Unidad Editorial.

No es la primera indemnización millonaria que la compañía desembolsa por deshacerse de su consejero delegado. Belarmino García, nombrado para el cargo en julio de 2007, lo abandonó seis meses después con 2,98 millones bajo el brazo. Unas cifras llamativas teniendo en cuenta el dudoso desempeño de la compañía en los últimos años, en un entorno de extrema dificultad para los medios y para la prensa en particular. Vocento perdió 9,6 millones en 2010 y ya acumula pérdidas de 3,9 en los primeros seis meses de este ejercicio. El diario ABC, buque insignia y también lastre del grupo, se ha dejado 121,8 millones en los últimos tres años.

Fuentes internas de la compañía aseguraban a este diario a finales de junio, cuando Vargas ya negociaba su salida, que su indemnización no se aproximaría ni de lejos a los tres millones de euros que recibió García. Al final los ha superado. El primer ejecutivo de Vocento percibió 989.000 euros en 2010, con un salario fijo de 550.000 euros. Además, se le abonaron otros 300.000 euros como retribución variable, completados con dietas y aportaciones a planes de pensiones. Estaba incluido en tres planes de opciones sobre acciones que podían proporcionarle títulos valorados en más de un millón de euros en función de objetivos.

La indemnización percibida por José Manuel Vargas desvirtúa la retribución obtenida por los consejeros en el primer semestre, que se dispara por encima de los cinco millones de euros frente a los apenas dos que cobraron en el mismo período de 2010. Sin ese extra, la remuneración del Consejo experimenta un descenso del 6,1%. Los directivos se embolsaron en conjunto 1,12 millones, un 4,1% menos. Eso sí, la compañía no es pacata en blindajes. “El equipo de alta dirección cuenta con una cláusula en sus contratos que determina la indemnización en caso de despido improcedente, con una cuantía que varía desde la establecida por la legislación laboral hasta tres años de salario bruto anual”, expone.

Dinero pendiente por el ERE de ‘ABC’

No es la de Vargas la única indemnización que la cúpula del grupo tiene sobre la mesa. Y es que aún quedan por abonar pagos millonarios en concepto del ERE puesto en marcha en ABC hace dos años y que supuso la salida de 240 profesionales. Tampoco se ha terminado de pagar el goteo posterior de trabajadores que dejaron la casa. “A 30 de junio de 2011 el grupo mantiene pendiente de pago un importe de 10.325 miles de euros correspondiente a las indemnizaciones acordadas del Diario ABC, S.L., de las cuales un importe de 8.941 miles de euros pertenecen al Expediente de Regulación de Empleo llevado a cabo en el ejercicio 2009”, explica la compañía al supervisor.

El calendario para estos pagos obligará a que Vocento se rasque el bolsillo más allá del año 2016. De hecho, el grupo tiene comprometidos 2,72 millones en 2013; un total de 1,98 en 2014, y 1,61 millones en el ejercicio 2015. A partir de ese año quedarán por abonar cuatro millones de euros. La compañía también tiene un programa definido de pagos para saldar una deuda de 8,6 millones de euros por antiguas prestaciones a los empleados. Se trata de un agujero que viene del año 2000, cuando “diversas sociedades dependientes llegaron a acuerdos con parte del personal para liquidar los planes de pensiones (…) a cambio de ciertas aportaciones definidas”.

Unos compromisos que no facilitan la ingente tarea que tiene por delante Enríquez, que al menos se encuentra una deuda financiera limitada –de 114,2 millones de euros- en comparación con otros medios. Su reto no es sólo económico, en un grupo en que la rentabilidad de la mayor parte de las divisiones está en cuestión. Y es que una de las claves en esta etapa que ahora se abre será la capacidad del ex de Unidad Editorial para maniobrar en un Consejo muchas veces recorrido por las rencillas personales y que ha demostrado de sobra en estos últimos mees su capacidad para las conjuras.