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La pelea entre el Gobierno y los editores retrasa en 16 meses las ayudas a la prensa
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FERNÁNDEZ-GALIANO (UNEDISA) ASUME LA PRESIDENCIA DE AEDE

La pelea entre el Gobierno y los editores retrasa en 16 meses las ayudas a la prensa

La relación entre el Gobierno Zapatero y los dueños de la prensa es la historia de un amargo desencuentro. El penúltimo episodio se vivió a finales

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La pelea entre el Gobierno y los editores retrasa en 16 meses las ayudas a la prensa

La relación entre el Gobierno Zapatero y los dueños de la prensa es la historia de un amargo desencuentro. El penúltimo episodio se vivió a finales de junio al certificarse el fracaso de las negociaciones entre De la Vega y la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) para poner en marcha un plan de ayudas a los periódicos. Entonces se acordó retomar los contactos después del verano. “La vicepresidenta se comprometió por carta, pero estamos a noviembre y no nos ha llamado”, asegura un editor. Desde Vicepresidencia el enfoque cambia: “No hay nada raro. Ellos prefirieron esperar a su Asamblea General, en la que cambian de presidente”.

Entre declaración y declaración, entre matiz y matiz, han pasado ya 16 meses desde que tuvieron lugar los primeros contactos. Meses jalonados por datos inquietantes para un sector en plena crisis. Como los últimos hechos públicos por Prisa, en los que se constata para El País en los primeros nueve meses del año una caída de los ingresos publicitarios del 29,9%. Una debacle compartida. Unedisa cerró 2008 con unas pérdidas de 11,8 millones de euros.  Será precisamente el consejero delegado de esa casa, Antonio Fernández-Galiano, quien tendrá que pelear con De la Vega el plan de ayudas a partir del próximo día 11, en que será elegido presidente de AEDE en sustitución de Pilar de Yarza.

En él recaerá la tarea de cerrar las brechas abiertas desde julio de 2008, cuando recién arrancada la legislatura De la Vega se reunió con alguno de los popes de la prensa española, que ya entonces le expresaron su preocupación por la evolución del sector. Siete meses después, el 17 de febrero, Javier Godó, José Manuel Vargas (Vocento), Juan Luis Cebrián (Prisa) y Fernández Galiano se encuentran en un acto de la AEDE para celebrar su 30 aniversario. Y deciden ir a por todas. Al no tener respuesta de la vicepresidenta, tiran por elevación y piden audiencia con el propio José Luis Rodríguez Zapatero, que en carta fechada el 12 de marzo les remite a la Secretaría de Estado de Comunicación. Doble desaire.

Nada de ayudas directas

A finales de marzo De la Vega quiere pacificar la situación y se reúne con De Yarza para ofrecerle un programa de ayudas a la prensa que los editores ven como un miniplan. No contempla ayudas directas, vía un aumento específico de la publicidad institucional, ni fiscales a través de la reducción del IVA a un tipo mínimo. Un planteamiento muy similar se encontrará sobre la mesa en los próximos días Fernández-Galiano. Y es que desde Vicepresidencia no se entiende como un plan menor. “Incluye innovación tecnológica, implica a todos los Ministerios, toda una política de suscripciones. Es mucho más completo que el plan francés, que aporta 600 millones pero en cuatro años”, se asegura.

Y es que, sin querer, el plan Sarkozy para la prensa ha hecho mucho daño a la negociación, en la que no se ha dejado de mirar de reojo a la iniciativa gala. El planteamiento del Gobierno español consignaba líneas específicas del ICO por valor de 300 millones de euros, más el aplazamiento de las cuotas a la Seguridad Social durante un año a aquellas empresas no inmersas en expedientes de regulación de empleo. Una propuesta valorada en otros 300 millones. Las ayudas directas apenas rondarían los 20 millones. Para el Ejecutivo era un plan que mejoraba el francés, en tanto supera su cuantía y además se aplicaba en un solo año.

Sin embargo, para los editores se trataba sólo de créditos que luego hay que devolver, “subsidios que no ayudan a la reconversión del sector”, según explicó en su momento uno de los afectados. Todo el mundo está de acuerdo en las bondades de la renovación tecnológica de los quioscos o en que Correos haga un esfuerzo en las tarifas postales para suscripciones. Pero quieren más. Y no había muchos en el sector dispuestos a hincar la rodilla por lo que consideraban migajas. “Al final todo es opinable. Los grandes periódicos prefieren una reducción del IVA, pero los gratuitos prefieren ayudas que afecten a la distribución”, se expone desde Vicepresidencia.

La división entre los editores

Un sentimiento que no impidió que los editores siguieran negociando. Hasta que a mediados de junio se filtra que el Gobierno prevé aprobar el plan en el Consejo de Ministros del viernes 12 sin haber remitido previamente el documento a los editores. No hay consenso. Un día antes, El Mundo, La Vanguardia y Abc se anticipan y rechazan en sus páginas la iniciativa. Lo hacen a  pesar de que la Junta Directiva de AEDE había acordado no acometer ninguna acción editorial conjunta hasta el sábado. Prefieren adelantarse y soportar las iras de sus socios y de la vicepresidenta a tener que desayunarse el sábado con un plan de ayudas que rechazan.

¿Conclusión? De la Vega tiene que dar marcha atrás, pero no se rinde y prepara su órdago final. Convoca un encuentro para el jueves de la semana siguiente con los principales editores en el que se excluye a la presidenta de AEDE. Pilar de Yarza no ha sabido controlar las críticas de los suyos y ha perdido representatividad, le transmite a la presidenta editora de El Heraldo. Las invitaciones se producen escalonadamente durante la semana, provocando la inquietud y posteriormente el enfado de los editores que se sienten excluidos. El propio Vargas es de los últimos en recibir la invitación. “Divide y vencerás”, debió  pensar De la Vega. Y le salió bien.

Los teléfonos de los directivos de prensa no dejan de sonar. Unos abogan por no acudir sin la representación de AEDE, pero otros como El País y La Vanguardia apuestan por no romper los pocos puentes que aún quedan con el Gobierno. Finalmente, los editores deciden acudir representados por Prisa y Godó. Lo harían con un objeto: hacerle llegar al Gobierno el mensaje de que la representación de los editores es AEDE, asociación que engloba hasta 95 cabeceras. Sin embargo, hay grupos editoriales que ya desentienden. En realidad piensan que la negociación se ha gestionado muy mal desde el principio. En este escenario, De la Vega desconvoca el cónclave. Ya no tiene sentido. Estamos a finales de junio, con el verano encima. Cuatro meses después, todos siguen esperando una llamada.

La relación entre el Gobierno Zapatero y los dueños de la prensa es la historia de un amargo desencuentro. El penúltimo episodio se vivió a finales de junio al certificarse el fracaso de las negociaciones entre De la Vega y la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) para poner en marcha un plan de ayudas a los periódicos. Entonces se acordó retomar los contactos después del verano. “La vicepresidenta se comprometió por carta, pero estamos a noviembre y no nos ha llamado”, asegura un editor. Desde Vicepresidencia el enfoque cambia: “No hay nada raro. Ellos prefirieron esperar a su Asamblea General, en la que cambian de presidente”.