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La venta del grupo Zeta tropieza con problemas políticos y empresariales
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La venta del grupo Zeta tropieza con problemas políticos y empresariales

 Jaume Roures / Efe.La venta del grupo Zeta puede demorarse más de lo previsto. Fuentes del propio grupo de medios reconocen que como muy pronto podría

La venta del grupo Zeta puede demorarse más de lo previsto. Fuentes del propio grupo de medios reconocen que como muy pronto podría haber novedades sobre la operación en abril. Pero todo es condicional. Y es que en el ya largo y sinuoso proceso están apareciendo algunos escollos de difícil solución.

Por una parte, la política. El que es reconocido unánimemente como el candidato de La Moncloa, la sociedad Imagina (Mediapro, Globomedia y Juan Abelló), dueña de la Sexta, es un firme aspirante, pero se ha metido en demasiados frentes en poco tiempo: derechos televisivos sobre la Fórmula 1, fútbol... Su presidente Jaume Roures, que lo es de Mediapro, es también el propietario del diario Público, de escaso éxito hasta el momento en España, y bastante menos en Cataluña. Fuentes financieras consultadas señalan que el empresario catalán estaría dispuesto a movilizar unos 500 millones de euros por tomar el control de conglomerado de publicaciones. Pero la Generalitat desconfía de su capacidad financiera y de su independencia política para garantizar un buen proyecto futuro al grupo Zeta, especialmente a su producto estrella, El Periódico de Catalunya, cuya línea editorial es muy próxima a los postulados del tripartito que gobierna en la plaza de Sant Jaume.

El otro gran aspirante hasta el momento es el empresario siderúrgico extremeño Alfonso Gallardo con algunos, aunque pocos, negocios hasta ahora en Cataluña: tiene inversiones en el polígono petroquímico de Tarragona. La oferta de Gallardo rondaría los 400 millones de euros por el 51% del capital, incluyendo la asunción de la deuda del grupo que se estima en una cantidad cercana a los 200 millones.

Pese a que en la Generalitat no es una buena tarjeta de visita su amistad con el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, es una opción que no disgusta en el entorno del ejecutivo autonómico porque se piensa que Gallardo no acometería esta aventura en solitario y que podría dar entrada a socios más vinculados al poder político catalán. Por ejemplo a RBA, sin músculo financiero para intentar la compra por su cuenta y al que se ha incorporado como alto ejecutivo Ferran Mascarell, ex consejero del gobierno de Pasqual Maragall, pero muy interesado en algunas publicaciones del grupo Zeta. Un cuarto actor en la operación es el grupo Moll, dueño del Levante, Diario de Girona, etcétera, también interesado en completar su red de diarios regionales.

A la Generalitat quien les haría ilusión que participara sería el editor preferido de José Montilla y todavía presidente del Círculo de Economía, José Manuel Lara. El dueño de Planeta hizo una oferta inicial que rondaba los 575 millones de euros, con muchos matices, y se la llevó directamente a la familia, no aceptando pasar por el cedazo del banco encargado de la operación, Societé Générale. Pero en el entorno de Planeta se dice que la preocupación máxima actual del accionista mayoritario de Antena 3, de Onda Cero, de La Razón, del Avui... es la compra del segundo grupo editorial francés, Editis, a su actual propietario el fondo de capital riesgo, Wendel, una operación que podría cerrarse la semana que viene.

Y si el Gobierno autonómico aún suspira porque Lara acabe entrando de una manera u otra en el proyecto, el primer accionista y vicepresidente ejecutivo de Zeta, Antonio Asensio Mosbah, también podría estar interesado en su incorporación, especialmente si ello comporta un acuerdo más amplio que facilite negocio a su productora audiovisual, lo único que el hijo del fundador de Zeta se quedaría del grupo que creó de la nada su padre. Las dificultades de entendimiento entre el dueño de Planeta y el de Zeta en el plano personal parecen, sin embargo, un obstáculo que sólo la intermediación política podría resolver.

A las incertidumbres políticas habría que sumarle las empresariales. Las ofertas que están recibiendo en el grupo editorial estarían muy por debajo de sus pretensiones iniciales por varios motivos. Uno de ellos, evidentemente, el cambio de ciclo y, como referencia, la caída que están teniendo las cotizaciones bursátiles de los medios de comunicación. Otro, la propia heterogeneidad del grupo, con un producto, como es El Periódico de Catalunya, que es sumamente rentable, aunque circunscrito a la comunidad autónoma, y otros muchos negocios en pérdidas.

Esta última es una razón de peso que está empujando a la baja a las diferentes ofertas. Y es que no sólo la deuda del grupo podría haberse incrementado tras el último ejercicio, sino que todos están de acuerdo en que el comprador debería proceder a una reestructuración empresarial, con una fuerte reducción de plantilla, especialmente en la sede del grupo en Madrid, en la calle O"Donnell, donde ha causado pavor la cantidad de contratos blindados que existen en la alta dirección, así como el importe que supondría su rescisión.

Fuentes del grupo han señalado a El Confidencial que Asensio podría incluso replantearse la venta en este momento a la vista de las dificultades con que se encuentra para rentabilizarla. Medios empresariales consultados, sin embargo, atribuyen la dilación de las negociaciones a una estrategia del propio vendedor para elevar el monto final de las ofertas, así como al propio interés de un grupo de ejecutivos de Zeta por mantener sus cargos el máximo tiempo posible.

La venta del grupo Zeta puede demorarse más de lo previsto. Fuentes del propio grupo de medios reconocen que como muy pronto podría haber novedades sobre la operación en abril. Pero todo es condicional. Y es que en el ya largo y sinuoso proceso están apareciendo algunos escollos de difícil solución.