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Madre e hijo a cara de perro: los Agnelli resucitan el enfrentamiento por la herencia
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DINERO Y FAMILIA

Madre e hijo a cara de perro: los Agnelli resucitan el enfrentamiento por la herencia

Margherita, la única hija viva de Gianni Agnelli, firmó un acuerdo para renunciar a sus acciones del grupo a cambio de dinero, pero busca impugnarlo desde 2007. Ahora ha vuelto a la carga

Foto: Margherita y Marella Agnelli, en el funeral de Giovanni Agnelli. (EFE)
Margherita y Marella Agnelli, en el funeral de Giovanni Agnelli. (EFE)

"Mi madre me robó un hijo como si fuera suyo". Estas diez palabras han vuelto a prender la polémica en la que algunos consideran la verdadera 'casa real' italiana. La frase fue pronunciada por Margherita Agnelli ante la escritora Camilla Baresani en 2004, en una entrevista que marcó un antes y un después para esta familia de empresarios otrora conocida por su discreción. En esa charla, Margherita, la única hija viva de Gianni Agnelli, habló abiertamente de su desacuerdo con el testamento de su millonario padre, fallecido el año anterior. La declaración fue omitida entonces del artículo que se publicó, pero ahora Baresani la ha resucitado al hilo de la 'segunda guerra de sucesión', como llaman a la nueva batalla legal entre los miembros del clan por temas económicos. "Evité publicarlo, aunque lo tenía grabado, porque esperaba que fuera posible una recomposición. Pero años y años de desafíos legales han intoxicado definitivamente los lazos familiares", contaba la periodista estos días en el semanal 'F'.

Tras la muerte del histórico presidente de Fiat Agnelli en enero de 2003 y coincidiendo con el anuncio de la boda de su hijo mayor, John Elkann, con Lavinia Borromeo (sí, la hermana de Beatrice), comenzaron a circular rumores en Turín sobre el profundo desacuerdo que existía sobre la interpretación del testamento de Gianni. El empresario había nombrado heredero y sucesor a su nieto John, el mayor de los tres hijos que Margherita tuvo con el periodista Alain Elkann (los otros son el díscolo Lapo y la discreta cineasta Ginevra). Margherita tuvo otros cinco hijos con el conde ruso Serge de Pahlen, que siempre han quedado excluidos del verdadero botín que, según ella, esconderían los Agnelli en el extranjero. Son, en su opinión, Agnelli 'de segunda'.

placeholder Margherita Agnelli. (EFE)
Margherita Agnelli. (EFE)

Tras meses de negociaciones, Margherita llegó a un acuerdo con su madre, Marella, y con sus tres hijos, Elkann, John, Lapo y Ginevra, bajo la ley suiza. La hija del mítico Agnelli se comprometió a renunciar a la herencia de su padre -y, en el futuro, a la de su madre- a cambio de villas, propiedades, valores y obras de arte por un valor estimado de 1.160 millones de euros. Además, vendió su 33% de Dicembre (la matriz del grupo empresarial) por 105 millones a su madre. Inmediatamente después, la abuela Marella vendió todas las acciones de Dicembre a los tres nietos, manteniendo el usufructo: John se consolidaba el 60% (ya tenía las acciones donadas por su abuelo), Lapo y Ginevra se quedaban con el resto (20% para cada uno).

Poder económico

Entonces el grupo no atravesaba su mejor momento económico, Fiat estaba perdiendo participación en el mercado y se enfrentaba a un difícil cambio de liderazgo debido a la enfermedad y posterior muerte de Umberto Agnelli (hermano de Gianni). Ella aceptó el acuerdo, ahora dice que a regañadientes. De hecho, con los años ha querido impugnar el llamado 'acuerdo de Ginebra' en varias ocasiones y por diversos mecanismos. Sobre todo por dos razones. Una, que el grupo empresarial se ha revalorizado mucho en estos años, y otra la presunta fortuna escondida de los Agnelli que su madre, Marella, le ocultó (siempre según su versión). Dicembre posee el 38% del holding holandés Giovanni Agnelli Bv (la ex Accomandita Agnelli) que, a través de Exor, gestiona participaciones en Stellantis (14,4%), Ferrari (23%), Cnh (27%) y tiene el control de Partner Re (aseguradoras), Juventus (64%) o del grupo editorial Gedi ('La Repubblica', 'La Stampa', etc.).

placeholder John Elkann y Lavinia Borromeo. (Reuters)
John Elkann y Lavinia Borromeo. (Reuters)

En 2007, Margherita solicitó vía judicial una declaración completa de los activos y actividades que estaban en manos de los asesores económicos de Gianni Agnelli. La reclamación fue rechazada tras años de guerra judicial, pero la muerte de Marella en 2019 no hizo más que reavivar las brasas del enfrentamiento, en una escalada de violencia (siempre soterrada) que ha culminado hace unos días con el enésimo intento de Margherita por revertir el acuerdo. La hija de Gianni Agnelli y Marella Caracciolo ha impugnado en Suiza el contrato por el que renunciaba a las acciones que le correspondían de Dicembre, la sociedad que ostenta la mayor parte de los títulos de la Giovanni Agnelli y C., que a su vez controla el grupo.

La ley suiza o la italiana

Si Margherita tiene éxito y logra que se aplique la ley italiana en vez de la suiza en lo referente a la herencia de su madre Marella (fallecida en Suiza pero ciudadana italiana), tendría derecho a reclamar la parte legítima de la herencia: no solo los activos en el momento de la muerte, también las donaciones directas o indirectas realizadas en vida, aunque se remontan a muchos años atrás, incluidas las de la propiedad absoluta de John, Lapo y Ginevra. Los activos de Dicembre deberían recalcularse en base a su valor en 2019.

placeholder Marella Agnelli y su nieto, Lapo Elkann. (EFE)
Marella Agnelli y su nieto, Lapo Elkann. (EFE)

Como recuerda el 'Corriere della Sera', ya todas las propiedades italianas de Marella se convirtieron en propiedad de Margherita cuando la madre murió. "Entre esos bienes, están la finca de Villa Perosa, Villa Frescot, la casa en Roma en el Quirinale, así como obras maestras de Pablo Picasso, Paul Klee, Francisco de Goya, Gustav Klimt, Francis Bacon y otros". Además, ahora Margherita ya no está pleiteando contra su madre, sino directamente contra su propio hijo, John.

Aviso de los abogados

En pleno verano, con sequía de noticias, parte de la prensa italiana se relame con esta historia (la otra parte es propiedad de los Agnelli) que mezcla la familia con el lujo y las servidumbres del dinero. Los abogados de los Agnelli ya han salido al paso y han advertido de que este movimiento no va a repercutir en la estructura de los activos de las empresas familiares. "Desde hace aproximadamente 15 años, Margherita de Pahlen busca poner en discusión los acuerdos sobre la sucesión del padre y de la madre, que quiso y firmó en 2004 y que le procuraron activos que, solo en ese momento, valían alrededor de 1.300 millones (de euros)", explican los abogados de la familia Agnelli.

"Los intentos de Margherita de cuestionar la sucesión de sus padres son manifiestamente infundados y completamente contrarios tanto a los deseos paternos y maternos, como a los acuerdos firmados por ella misma", advierten. Los letrados recuerdan que en otras ocasiones "no tuvo éxito" y advierten de que combatirán los embates de Margherita "en todos los frentes".

"Mi madre me robó un hijo como si fuera suyo". Estas diez palabras han vuelto a prender la polémica en la que algunos consideran la verdadera 'casa real' italiana. La frase fue pronunciada por Margherita Agnelli ante la escritora Camilla Baresani en 2004, en una entrevista que marcó un antes y un después para esta familia de empresarios otrora conocida por su discreción. En esa charla, Margherita, la única hija viva de Gianni Agnelli, habló abiertamente de su desacuerdo con el testamento de su millonario padre, fallecido el año anterior. La declaración fue omitida entonces del artículo que se publicó, pero ahora Baresani la ha resucitado al hilo de la 'segunda guerra de sucesión', como llaman a la nueva batalla legal entre los miembros del clan por temas económicos. "Evité publicarlo, aunque lo tenía grabado, porque esperaba que fuera posible una recomposición. Pero años y años de desafíos legales han intoxicado definitivamente los lazos familiares", contaba la periodista estos días en el semanal 'F'.

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