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El fraude que implica a un millonario, a DiCaprio y al Oscar de Marlon Brando
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fue regalado al actor durante un rodaje

El fraude que implica a un millonario, a DiCaprio y al Oscar de Marlon Brando

Aquel Oscar de 1955 terminó en manos del financiero malayo Jho Low, que ahora está acusado de fraude. ¿Dónde acabará la estatuilla?

Foto: DiCaprio en el Día Internacional de la Paz 2016. (EFE)
DiCaprio en el Día Internacional de la Paz 2016. (EFE)

Cuando Marlon Brando se alzó con el Oscar al mejor actor por 'La ley del silencio' tenía casi 31 años. La ceremonia en la que fue premiado se celebró el 30 de marzo de 1955. Gracias a ella, el actor del método se vio recompensado después de las loas que habían recibido sus otros trabajos a las órdenes de Elia Kazan: 'Un tranvía llamado deseo' y '¡Viva Zapata!'. Empero, ninguna de esas dos películas se tradujeron en premios. Por entonces, Brando ya era considerado el mejor actor de su generación. Aquel joven que una vez fue no podía imaginar que, en pleno siglo XXI y años después de su muerte (en 2004) esa estatuilla iba a ser protagonista de un rocambolesco caso de corrupción.

Empecemos por el principio: aquel Oscar de 1955 acabó en manos del financiero malayo Jho Low. Rico hasta decir basta, este lo compró a un coleccionista privado por el módico precio de 600.000 dólares. Apasionado del cine casi tanto como del dinero, Low participó, en 2013, en la producción de 'El lobo de Wall Street'. Ironías de la vida, claro está. Fue entonces cuando hizo buenas migas con su protagonista, un Leonardo DiCaprio que volvía a ponerse tras la cámara de Martin Scorsese. A tanto llegó esa amistad que el millonario acabó regalando el Oscar de Brando a la estrella de 'Titanic'. Los años han pasado y Low se ha visto implicado en un caso de fraude que podría poner en duda incluso el propio dinero con el que produjo 'El lobo de Wall Street'.

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Según se ha publicado esta semana, él y el expresidente de Malasia están implicados en un supuesto caso de fraude al haber sido acusados de desviar fondos del Malasyan Development Berhard, organización destinada a proyectos en beneficio de la sociedad malaya. Los jueces afirman que Low utilizó ese dinero para comprar un yate de 250 millones de dólares y obras de artistas de la talla de Van Gogh o Picasso. También un avión de 35 millones de dólares y el propio Oscar de Brando que acabó en manos DiCaprio. El protagonista de 'Titanic' ya se ha pronunciado y ha renunciado públicamente a todos los regalos que le hizo el financiero, que también incluían el cuadro de Picasso 'Naturaleza muerta'. El lío judicial no deja lo suficientemente claro dónde acabará la estatuilla de Marlon Brando.

placeholder Leonardo DiCaprio en una de las escenas de 'El lobo de Wall Street'.
Leonardo DiCaprio en una de las escenas de 'El lobo de Wall Street'.

Según algunas publicaciones, el propio Gobierno malayo tendría derecho a quedarse con el Oscar mientras se resuelve la situación de Low. Pero la Academia de Hollywood también tiene algo que decir al respecto. ¿Por qué? En 1950 se impuso una norma que suelen firmar todos los premiados. Esta dicta que si un heredero o familiar quiere vender la estatuilla, primero debe ofrecérsela a la institución por el valor simbólico de un dólar. Ya que se incumplió esa regla con Low, es probable que la Academia de Hollywood ejerza su derecho para recuperar un Oscar que supone uno de los grandes reconocimientos al que está considerado, por muchos, el mejor actor de la historia del cine.

placeholder Marlon Brando. (Getty)
Marlon Brando. (Getty)

Este no es el primer caso en el que una estatuilla con historia acaba perdida o sin rumbo fijo. Muchos todavía recuerdan cómo el Oscar a la mejor película de 'Lo que el viento se llevó' que poseía Michael Jackson acabó en paradero desconocido tras su muerte en 2009. En los últimos años se han multiplicado los esfuerzos para evitar este tipo de situaciones, inaceptables para un Hollywood que empieza, quizá demasiado tarde, a ser consciente de su propia historia.

Cuando Marlon Brando se alzó con el Oscar al mejor actor por 'La ley del silencio' tenía casi 31 años. La ceremonia en la que fue premiado se celebró el 30 de marzo de 1955. Gracias a ella, el actor del método se vio recompensado después de las loas que habían recibido sus otros trabajos a las órdenes de Elia Kazan: 'Un tranvía llamado deseo' y '¡Viva Zapata!'. Empero, ninguna de esas dos películas se tradujeron en premios. Por entonces, Brando ya era considerado el mejor actor de su generación. Aquel joven que una vez fue no podía imaginar que, en pleno siglo XXI y años después de su muerte (en 2004) esa estatuilla iba a ser protagonista de un rocambolesco caso de corrupción.

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