Es noticia
Menú
La infanta Elena en Sanxenxo: una reverencia con doble intención
  1. Casas Reales
FAMILIA REAL ESPAÑOLA

La infanta Elena en Sanxenxo: una reverencia con doble intención

Era el regreso de don Juan Carlos al mismo lugar donde comenzó su destierro en agosto de hace dos años. Una vuelta donde la infanta Elena es pieza fundamental

Foto: La infanta Elena, en el Club Náutico de Sanxenxo. (EFE/María Muiña)
La infanta Elena, en el Club Náutico de Sanxenxo. (EFE/María Muiña)

La infanta Elena viajó hasta Sanxenxo para recibir a su padre a pie de pista en el aeropuerto de Vigo. Fue un viaje de veinticuatro horas. Llegó él jueves a mediodía y se marchó el sábado, una vez que el rey emérito hizo su entrada triunfal en el club náutico de Sanxenxo. La hija fue su acompañante mientras saludaba a los socios y una vez que cumplió con el apoyo afectivo, regresó a Madrid y de ahí salió para Sevilla. Tenía un compromiso hípico, pero no quería dejar solo a su padre en unas circunstancias difíciles.

Foto: Doña Sofía, el día de su boda junto a su padre, el rey Pablo. (Cordon Press)

Era el regreso de don Juan Carlos al mismo lugar donde comenzó su destierro elegido (o impuesto) en agosto de hace dos años. Una vuelta con sus luces y sus sombras donde la infanta Elena es pieza fundamental.

placeholder La infanta Elena, en Sanxenxo. (LP)
La infanta Elena, en Sanxenxo. (LP)

Fue la primera que viajó en secreto a los Emiratos y después ya no tuvo que esconderse. Lo hizo con su hermana Cristina. En abril pasado tuvo lugar la última imagen del rey con sus dos hijas y los nietos. Con ello se quiso representar esa unidad familiar donde no tienen cabida ni la reina Sofía ni Felipe VI ni la princesa de Asturias ni la infanta Sofía.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

El denominado cinturón sanitario que ya se fabricó cuando estalló el Caso Nóos marcaba esa frontera después de que la justicia descubriera las tropelías de Iñaki Urdangarin y colateralmente las de la infanta Cristina, que quedó liberada del séptimo mandamiento, “no robarás”.

La primogénita Borbón Grecia es la que más unida ha estado a su padre, y más aún cuando las cosas se pusieron feas para ella con su divorcio de Jaime Marichalar. En aquel momento, la reina Sofía le pidió a su hija que aguantara por los niños, que aún eran pequeños. Froilán tenia 9 años y Victoria Federica, 7. En cambio, la actitud de don Juan Carlos fue toda la contraria. Su consejo fue que no tenía que llevar una mochila llena de piedras, seguramente como ejemplo de su vida. Esto no se lo diría a su primogénita, pero sí la recomendación de “vive tu vida”.

placeholder La infanta Elena, en Sanxenxo. (LP)
La infanta Elena, en Sanxenxo. (LP)

Durante esos primeros años, padre e hija salían a comer o a tomar el aperitivo en el hotel Ritz -cerveza para ella, Oporto o vermú para él-, un dato que se dio a conocer en aquellos años donde los únicos sobresaltos familiares eran las novias del príncipe Felipe.

La duquesa de Lugo ha sido el nexo de unión cuando aún el Caso Nóos solo se basaba en indicios. Después pasó lo que pasó y la infanta Elena se mantuvo firme junto a su hermana y su cuñado. Ahora ha hecho lo mismo.

En esta vuelta mediática del rey emérito, la primogénita Borbón Grecia ha tenido un papel importante. Ha sido el apoyo afectivo y emocional después de dos años de destierro elegido (o aconsejado).

placeholder Llegada de don Juan Carlos, a Sanxenxo. (LP)
Llegada de don Juan Carlos, a Sanxenxo. (LP)

Una de las imágenes que más se han resaltado desde esa llegada fue el recibimiento de la hija. Un abrazo y después una reverencia para marcar claramente que quien había bajado la escalera del avión no era solo su padre, sino el rey emérito. Un gesto que marcaba la diferencia.

Esa genuflexión real recordaba a otra que la infanta se le olvidó hacer, que fue la del día de su boda con Jaime Marichalar. Antes de dar el 'sí, quiero', debía pedir permiso con ese mismo gesto, pero se le olvidó. En el aeropuerto de Vigo lo tuvo muy claro y marcó el protocolo real.

La infanta Elena viajó hasta Sanxenxo para recibir a su padre a pie de pista en el aeropuerto de Vigo. Fue un viaje de veinticuatro horas. Llegó él jueves a mediodía y se marchó el sábado, una vez que el rey emérito hizo su entrada triunfal en el club náutico de Sanxenxo. La hija fue su acompañante mientras saludaba a los socios y una vez que cumplió con el apoyo afectivo, regresó a Madrid y de ahí salió para Sevilla. Tenía un compromiso hípico, pero no quería dejar solo a su padre en unas circunstancias difíciles.

Infanta Elena
El redactor recomienda