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El impacto emocional de las alergias infantiles: "Sienten que son distintos a los demás"
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El impacto emocional de las alergias infantiles: "Sienten que son distintos a los demás"

Más allá de los síntomas físicos, las alergias condicionan la vida diaria de muchos niños y sus familias: influyen en su ocio y su independencia. Los especialistas coinciden en que exige comprensión y apoyo, además de atención médica

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En España, uno de cada cuatro niños sufre algún tipo de alergia, y se estima que ese porcentaje podría duplicarse en los próximos años. La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte que la contaminación, el calentamiento global y la esterilización excesiva de ambientes están alterando el sistema inmunológico infantil. “Se ha demostrado que la contaminación del aire, unido al calentamiento global, aumenta la prevalencia de las alergias respiratorias y el asma en los niños”, explica el Dr. José Ángel Porto, presidente del comité organizador del último Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

En los primeros años de vida, el sistema inmune es más moldeable, pero también más vulnerable. “El sistema inmune reconoce estos elementos como extraños e intenta neutralizarlos”, indica el Dr. Jesús González, especialista digestivo pediátrico en el Hospital Universitario Quirónsalud Zaragoza. “Sin embargo, en otras ocasiones, el cuerpo responde a través de procesos dañinos para el propio sistema, dando lugar a estas reacciones”, añade.

Las reacciones, persistentes o recurrentes, incluyen erupciones cutáneas, urticaria, congestión nasal crónica, tos nocturna, dificultad para respirar, molestias digestivas tras la ingesta de ciertos alimentos o episodios de vómitos sin causa aparente. También pueden producirse tras el contacto con animales, picaduras de insectos, exposición al polvo o al polen o si hay antecedentes familiares de alergias.

Sea cual sea el motivo, lo ideal es consultar al pediatra cuanto antes, ya que un diagnóstico temprano permite establecer pautas de prevención, evitar complicaciones y mejorar significativamente la calidad de vida del niño y su entorno. En estos casos, el alergólogo pediátrico se convierte en una figura de referencia para los padres. Es quien interpreta las pruebas, decide cuándo y cómo iniciar un tratamiento, orienta sobre medidas de evitación y enseña a manejar situaciones de emergencia.

En muchas ocasiones, también es quien detecta el impacto emocional que la alergia tiene en el niño y su entorno, y propone soluciones. Porque tratar una alergia infantil no es solo evitar una reacción, es devolver al niño la posibilidad de vivir con libertad y seguridad.

El reto cotidiano de convivir con una alergia

Tras el diagnóstico, comienza toda una etapa de aprendizaje y vigilancia casi constante. Los padres deben revisar etiquetas, preguntar por los ingredientes de cada alimento y asegurarse de que el entorno sea seguro. “A los niños con alergia comprobada a la leche y al huevo se les recomienda evitar absolutamente estos alimentos y todos los que pudieran contener trazas”, explica la Dra. Ana Pérez Montero, alergóloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. “Eso significa que una merienda, una excursión o una comida familiar pueden convertirse en un reto”.

El miedo a una reacción grave -incluso a una mínima exposición- condiciona la vida diaria. “Muchos familiares o amigos no se responsabilizan de quedarse con un niño alérgico por miedo a que presente reacciones”, añade la especialista. Esa dependencia genera una sensación de aislamiento en las familias, que muchas veces sienten que su día a día está regido por la precaución.

"Es importante trabajar también la parte emocional: enseñarles a entender su alergia y a vivir con ella con confianza"

En el colegio, la situación tampoco es sencilla. La falta de protocolos o de personal formado puede generar inseguridad tanto en los padres como en los propios niños. “A veces, los pequeños sienten que son distintos o que no pueden hacer lo mismo que los demás”, explica Pérez Montero. “Por eso trabajamos también la parte emocional: enseñarles a entender su alergia y a vivir con ella con confianza”.

Los especialistas advierten de que las alergias no solo afectan al cuerpo: también pueden dejar huella en la mente. “Estamos viendo niños pequeños que tienen miedo a ingerir nuevos alimentos, y en casos más severos algunos precisan ayuda psicológica para enfrentarse a este problema”, comenta la Dra. Pérez Montero.

En la adolescencia, la preocupación cambia de forma: “Los padres nos refieren que tienen miedo a que les pase algo fuera de casa y no estén ellos para administrarles la medicación adecuada”, añade. El Dr. Porto insiste en que el apoyo emocional debe formar parte del tratamiento. “El alergólogo no solo maneja la parte clínica, también acompaña, enseña y da herramientas para afrontar situaciones de emergencia”, explica.

Tratamientos que devuelven libertad

Aunque los antihistamínicos siguen siendo la primera línea de tratamiento para aliviar los síntomas, los avances médicos han abierto nuevas vías que van más allá del alivio puntual. La inmunoterapia específica con alérgenos, conocida como “vacunas para la alergia”, busca modificar la respuesta inmunológica frente al agente que provoca la reacción. Este tratamiento, que puede durar entre tres y cinco años, ha demostrado ser eficaz en casos de alergia respiratoria, como la provocada por pólenes o ácaros, y también en algunas alimentarias. Según el Estudio CAPP promovido por la SEICAP, es la única terapia capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica.

Otra herramienta es la desensibilización oral, especialmente útil en alergias alimentarias como la del huevo o la leche. En entornos hospitalarios controlados, se administra al niño el alimento en cantidades mínimas y progresivamente crecientes. “El objetivo es inducir tolerancia y reducir el riesgo de reacciones graves ante exposiciones accidentales”, explica Pérez Montero.

"Crear entornos seguros, sensibilizar a los colegios y acompañar emocionalmente a las familias es esencial"

En función de la gravedad, pueden emplearse también corticoides, broncodilatadores o adrenalina en situaciones de anafilaxia, siempre bajo supervisión médica. Los especialistas subrayan que estos procedimientos se realizan con protocolos de seguridad muy estrictos y un seguimiento constante por parte de los equipos médicos. “A veces tan importante es tratar la parte física como la mental”, señala la Dra. Pérez Montero.

El objetivo final no es solo controlar los síntomas, sino devolver al paciente y a su entorno la confianza necesaria para retomar su rutina habitual. En este sentido, los especialistas coinciden en que la información y la prevención son tan importantes como el tratamiento. Crear entornos seguros, sensibilizar a los colegios y acompañar emocionalmente a las familias es esencial para que los niños con alergia puedan desarrollarse sin miedo.

En España, uno de cada cuatro niños sufre algún tipo de alergia, y se estima que ese porcentaje podría duplicarse en los próximos años. La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte que la contaminación, el calentamiento global y la esterilización excesiva de ambientes están alterando el sistema inmunológico infantil. “Se ha demostrado que la contaminación del aire, unido al calentamiento global, aumenta la prevalencia de las alergias respiratorias y el asma en los niños”, explica el Dr. José Ángel Porto, presidente del comité organizador del último Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

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