Los hombres pierden el miedo a la vasectomía: "Hay que dejar de confundirlo con la castración"
Durante años, la esterilización masculina ha sido un tema tabú, pero la inclusión del varón en la planificación familiar ha empezado a cambiar la tendencia. Ya se hacen más vasectomías que ligaduras de trompas
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Los últimos datos del INE dicen que la edad media de los hombres españoles que tuvieron su primer hijo en 2023 se situó en los 34,5 años (la de las mujeres fue de 33,1). Además, muestran que la media de hijos por pareja se encuentra en los 1,06 niños. Por eso, Javier y Andrés son una rara avis. Con 32 y 34 años, respectivamente, ya cuentan con dos vástagos en sus familias y ya puestos han optado por dar el siguiente paso. Ambos se acaban de hacer la vasectomía. "Al planteártelo da un poco de palo, por lo que hicimos el proceso juntos y la verdad que fue muy rápido y no dolió nada", cuentan en conversación con El Confidencial.
La vida reproductiva de estos dos madrileños está alejada de la mayoría de los españoles, pero en lo de pasar por la vasectomía en la década de los 30 no están tan solos. Son parte de una tendencia global en la que cada vez más hombres (sobre todo jóvenes) apuestan por la esterilización masculina permanente. Mientras hace alrededor de una década su uso era algo tabú y testimonial, ahora se realizan incluso más vasectomías que ligaduras de trompas (el procedimiento de esterilización femenina más extendido).
"Antes no se hablaba tanto de esta opción porque el hombre no solía aparecer en todo lo relacionado con la planificación familiar, se presuponía que era un asunto puramente femenino. Pero en cuanto el varón empezó a entrar en estas decisiones, su uso lógicamente empezó a crecer", cuenta Josep Torremadé, coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación española de Urología. "Aún sigue habiendo muchas dudas y desconocimiento, pues es un tema del que no se habla demasiado, pero es una operación híper segura y sencilla que no afecta para nada a tu función sexual. A día de hoy está incluso la opción de la vasectomía sin bisturí", añade. La operación se basa en una pequeña punción en la piel escrotal para acceder a los conductos deferentes y ligarlos o seccionarlos.
Este crecimiento reciente puede responder a una simple moda médica más, pero como todo lo relacionado con la planificación familiar, la vasectomía es un indicador que va mucho más allá. Y lo ocurrido en Estados Unidos es un buen ejemplo de ello. En el país americano, el interés de los hombres por este tratamiento se disparó en dos ocasiones en los últimos años. Primero, en 2022 tras la revocación del Roe vs Wade una decisión judicial que garantizaba el derecho federal al aborto, y luego tras la victoria de Donald Trump. El DOGE de Elon Musk incluso señaló el gasto en estas operaciones como una de las partidas a recortar.
En nuestro país hay pocos datos oficiales que muestren con claridad la evolución sobre el uso de este tratamiento anticonceptivo. Pero la poca información es sí ayuda a ver el cambio: cada vez se hacen más vasectomías y son las nuevas generaciones las que están empujando la curva. El Registro de Actividad de Atención Especializada del Ministerio de Sanidad anota más vasectomía que ligaduras de trompas entre los procedimientos realizados desde 2021. La otra fuente es la encuesta de fecundidad de 2018 del Instituto Nacional de Estadística (INE), realizada en 2018. Preguntando a mujeres en edad de reproducción, descubrieron que las vasectomías eran la opción de esterilización permanente más utilizada entre los menores de 40, una tendencia que cambiaba a partir de esa edad. Entre los más mayores, las ligaduras seguían siendo la opción preferida.
En esta evolución puede haber influido los cambios en la mentalidad sobre la masculinidad, la virilidad y la crianza, pero también decisiones administrativas sobre planificación familiar. La Seguridad Social cubre la vasectomía (a día de hoy financia la reversión, al igual que ocurre con la ligadura de trompas), pero algunas regiones incluyen requisitos importantes si no quieres costear directamente el procedimiento. Dos muy habituales son tener dos hijos o más y tener entre 35 y 55 años. Los que no cumplen con estos puntos tienen que acudir a un sector privado en el que el precio de esta operación puede rondar los 800 euros.
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"Te hacen dos pequeñas incisiones en la zona testicular y te cortan o ligan los conductos. En unos 20 minutos estás listo", cuenta Javier. "Ni siquiera te llegan a dormir, te ponen anestesia local en la zona y algo de sedación. Luego tienes algo de reposo y te recomiendan tener cuidado unos días y no tener sexo sin protección hasta realizarte unos seminogramas, pues tienen que asegurarse de que ya no hay riesgo de embarazo", añade. Tanto él como su amigo fueron por el sistema público y aseguran que transcurrió poco tiempo desde que empezaron el proceso hasta la operación final.
Una tendencia global
Fuera de España, la evolución es incluso más llamativa. En Chile o México su utilización ha vivido un auténtico boom en la última década. Y Francia no se queda atrás. Empujada por los jóvenes, una operación que estaba antes rodeada de prejuicios se ha multiplicado. Han pasado de 1.940 casos en 2010 a 30.288 en 2022, según un estudio de la Agencia Nacional de Seguridad Médica y Productos de Salud (ANSM) y de la Caja Nacional de Seguros Enfermedades (Cnam).
Entre los menores de 40 años, la cifra se ha duplicado y lo mismo ocurre entre los menores de 30, aunque en ese último rango de edad sigue siendo un método poco utilizado. El país también ha estudiado el arrepentimiento posterior, que ha pasado de preocupar al 6% a llegar al 7,4% de los hombres que se han sometido a este tratamiento. En particular, señalan, es una preocupación extendida entre aquellos que no tuvieron hijos antes de la esterilización, según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo.
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En el país vecino, como en España, no hay límite de edad para realizarse la vasectomía (solo hace falta ser mayor de edad y poder dar un consentimiento informado), pero otros países sí lo tienen. Para evitar arrepentimientos, en Austria, la vasectomía solo se permite a partir de los 25 años y no se cubre por el sistema público.
Janosh H, que prefiere no dar su nombre real, es uno de los austriacos que ha optado por este tratamiento y su razonamiento es similar al de los españoles. "Desde el principio, mi esposa y yo tuvimos claro que queríamos dos hijos, no más. Tras el nacimiento del segundo, en la primavera de 2019, pedí una cita con un urólogo. Mi esposa había estado tomando la píldora durante años y no quería que siguiera tomando hormonas. También quería asumir mi parte de responsabilidad en la anticoncepción", cuenta. "Después de una breve consulta, programamos la operación, aunque lo más molesto fue la desinfección posterior, que escocía bastante", añade.
Su caso fue un poco excepcional, pues al seguir dando positivo en los análisis de semen tuvieron que hacerle una segunda intervención más aparatosa, pero no se arrepiente. "Ya no tenemos que preocuparnos nunca más por la anticoncepción. Eso es una gran tranquilidad".
Janosh ha conocido el tabú sobre el tema en primera persona. "La ginecóloga de mi esposa se mostró bastante impactada, sobre todo porque yo tenía solo 38 años en ese momento. Me dijo: ‘¿Tan pronto? La mayoría de hombres no se lo plantea hasta pasados los 45. ¿Estás seguro?’. Amigos varones decían cosas como: ‘¿En serio? ¡Eso debe doler!’, o simplemente no decían nada. Un amigo con tres hijos dijo que no estaba seguro de si querría tener otro más. Por supuesto, nunca lo tuvo. En mi opinión, solo buscaba excusas para no plantearse la vasectomía", detalla.
"Otro me preguntó: ‘¿Y si le pasara algo a uno de tus hijos?’. Mi respuesta fue: ‘Eso, por supuesto, sería muy triste. Pero no voy a tener un hijo de reemplazo por eso’. Hasta el día de hoy, no conozco personalmente a ningún otro hombre que se haya hecho una vasectomía. Mi mejor amigo tuvo su primera consulta hace poco. Tiene intención de hacérsela en los próximos meses, pero aún no ha fijado fecha para la operación".
El lituano Modestas vivió una situación similar. Empezó a pensar en hacerse una vasectomía en 2018, "cuando nació nuestro segundo hijo", explica al medio local Delfi. En ese momento, tenía 36 años y él y su esposa decidieron que no querían más hijos. También le atraía la idea de no tener que preocuparse más por métodos anticonceptivos ni comprarlos. Durante mucho tiempo, cuenta, "fue solo una idea". Pero a principios de 2020, en una visita al médico de familia, sacó el tema y él le recomendó un urólogo. "Ir al urólogo para tratar este tema fue realmente un desafío personal, pero me sorprendió lo fácil que fue", recuerda. La información que le dieron facilitó la decisión, aunque le daba miedo. No hubo nadie que intentara disuadir, solo el urólogo le preguntó varias veces si realmente estaba seguro.
"Aún existen muchos mitos, como que la vasectomía reduce los niveles de testosterona"
Audrius, compatriota de Modestas, asegura que, después de que su esposa usara varios tipos de anticonceptivos que le causaron muchos síntomas desagradables, él decidió realizarse una vasectomía. "Probablemente, la operación aún no sea popular en Lituania, ya que los hombres, por desconocimiento, la confunden con la castración". En su caso, tras tomar la decisión hace cinco años, sigue contento y su vida sexual ha mejorado, porque ya no tienen preocupaciones con el tema reproductivo.
En este país del este de Europa, "la vasectomía se está volviendo cada vez más popular, pero aún hay hombres que nunca han oído hablar de ella", explica el urólogo lituano Marius Anglickis, del centro médico Northway en Vilna. Según este experto, "desafortunadamente, aún existen muchos mitos en la sociedad, como que la vasectomía reduce los niveles de testosterona, causa disfunción eréctil u otros efectos negativos imaginarios", afirma. "Hay que dejar de confundirlo con la castración pues estos mitos hacen que muchos hombres la teman y duden de su conveniencia", matiza. Sobre las recomendaciones, asegura que es algo recomendado para todos los hombres que ya tienen hijos y no planean tener más.
Dejar de lado las ligaduras de trompas
Para Torremadé, de lo mejor que ha traído este cambio de tendencia es que ha dejado de lado las ligaduras de trompas. "En mi opinión no debería ni compararse como método, pues de existir la decisión de realizar una o la otra en condiciones normales, siempre se debería optar por la segunda opción. Es una operación mucho más segura, eficaz y sencilla", cuenta. Incluso para la reversibilidad, llegado el caso, la vasectomía tiene mejores resultados.
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Las diferencias, según los expertos, son múltiples. La vasectomía dura en torno a 20 minutos, se hace con anestesia local, de forma ambulatoria y la incisión es única y no precisa sutura, por lo que los riesgos son mínimos. En el caso de la ligadura de trompas, se necesitan 2 incisiones en el abdomen para llenarlo de aire, exige anestesia general o anestesia raquídea y, por tanto, es obligado el ingreso hospitalario. Las complicaciones se multiplican al trabajarse entre vísceras que se pueden dañar gravemente. Sus diferencias se ven incluso en el precio, pues una vasectomía ronda los 800 euros mientras que una ligadura puede empezar por los 2.000.
Pese a toda esta explicación, la alternativa femenina ha sido la mayoritaria durante décadas y ha hecho falta un cambio de mentalidad en la planificación familiar para revertir la tendencia. "Tienes que ir seguro de que si lo quieres hacer es con la idea de que lo vas a tener para siempre, pero oye, que incluso si algo te cambia en el futuro se puede recuperar, que no hay problema", termina Andrés.
Los últimos datos del INE dicen que la edad media de los hombres españoles que tuvieron su primer hijo en 2023 se situó en los 34,5 años (la de las mujeres fue de 33,1). Además, muestran que la media de hijos por pareja se encuentra en los 1,06 niños. Por eso, Javier y Andrés son una rara avis. Con 32 y 34 años, respectivamente, ya cuentan con dos vástagos en sus familias y ya puestos han optado por dar el siguiente paso. Ambos se acaban de hacer la vasectomía. "Al planteártelo da un poco de palo, por lo que hicimos el proceso juntos y la verdad que fue muy rápido y no dolió nada", cuentan en conversación con El Confidencial.