La España suplementada: cómo tomar magnesio sin saber para qué se convirtió en un negocio
Más del 70% de los españoles toma ya algún tipo de complemento alimenticio y la cifra va en aumento. Con las redes sociales como su gran escaparate, es el último nicho al que se agarra la industria alimenticia
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Durante su vuelta al mundo, Plex (Daniel Alonso, 23 años), uno de los youtubers más conocidos de España, enseña en sus vídeos uno de sus macutos. Lleno hasta arriba de botes de plástico con colores, contiene, asegura, todos los suplementos alimenticios que toma a diario. "Por las mañanas, me tomo lecitina de soja, luego un multivitamínico porque durante el día no comemos todos los nutrientes que debemos y esas cosas", detalla. El coctel sigue. Toma Omega-3, magnesio que lo recomienda para las noches, supergreen (suplemento de verduras), creatina y proteína. La única advertencia que hace en toda la escena, que no tiene claro si la creatina se puede tomar si no estás entrenando, aunque uno de sus compañeros asegura que sí.
Esta escena es solo un ejemplo de una moda que no para de ganar adeptos. En las últimas décadas, se ha disparado tanto el mercado de suplementos alimenticios que ya se ven como algo habitual de la dieta. Desde la proteína, que aparece incluso como reclamo de las grandes superficies, a la creatina, la vitamina B12, el magnesio, el colágeno, los probióticos o la melatonina. La familiarización con este tipo de productos crece a pasos agigantados. Según los últimos estudios, como el de la Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética, el 75% de la población española consumió algún tipo de suplemento en 2021 y desde entonces su uso no ha parado de aumentar. La facturación del sector en España ha pasado de sumar 1.700 millones de euros en 2019 a superar los 2.000 en 2023.
"Su éxito es una consecuencia de la mercantilización de la alimentación y el modelo de salud actual. Llevamos décadas viviendo en un modelo en el que habitualmente las empresas nos venden supuestas soluciones para nuestros problemas de salud basadas en pastillas o suplementos concretos que son muy rentables para ellas", cuenta Aitor, dietista-nutricionista, tecnólogo alimentario y divulgador bajo el perfil de Mi dieta cojea. "Estos productos quedan perfectos en ese esquema comercial y para el consumidor suenan de maravilla porque imaginas tener resultados sin apenas esfuerzo, pero la realidad es que la gran mayoría de cuestiones de salud se construyen por hábitos y no tanto por productos concretos. No es normal tomarte un cóctel de estos suplementos a diario", añade.
Con el azúcar marcado como un elemento dañino y la fobia a los carbohidratos a la orden del día, la industria alimenticia ha encontrado en este mundo de los suplementos el lugar perfecto al que pivotar. Casan bien con la innovación y la alimentación healthy, quedan bien con la publicidad actual, llena de influencers y códigos de descuento, y, quizá lo más importante, el consumidor se ha mostrado dispuesto a pagarlos y a abrirse a nuevas sugerencias. El tirón de todo lo relacionado con el deporte ha sido su último trampolín para que de la noche a la mañana todo el mundo hable de si la L-carnitina te da un chute de energía, si la creatina es Creapure o no o si el Omega-3 va mejor antes o después de desayunar.
🟣 Plex muestra toda la suplementación que usa a diario desde que empezó a prepararse para La Velada🤯
— Movistar eSports (@MovistareSports) May 7, 2025
"Una bolsa entera".
Magnesio, Omega 3, creatina, lecitina de soja... pic.twitter.com/cAjF0BHk8o
Para ver ese tirón del negocio solo hay que irse a algunos nombres. Pascual lanzó hace unos meses su propia línea de productos deportivos con extra de proteína y probióticos, Rafa Nadal está detrás de NDL Pro-Health, una marca de suplementación que nació hace un año y ya vende en El Corte Inglés y casi todos los equipos y deportistas españoles tienen ya alguna empresa de complementos como patrocinador. Una de las últimas en sumarse a la tendencia es la mítica marca española de confitería Chupa Chups, que acaba de dar un giro a su negocio para abrirse a los suplementos alimenticios. La idea viene de su matriz, Perfetti Van Melle, que compró Chupa Chups en 2006, y que ya ha adoptado esta estrategia en Italia. Aún son pocos los suplementos alimenticios que ofrece, pero en el mercado transalpino vende chicles para niños con suplementos de vitamina C.
"Es lógico que cada vez más marcas se sumen, es un mercado superrentable. Hay que tener en cuenta que son o pastillas o polvos, independientemente de la posología, que se venden a muchísimo precio. Una pastilla de omega-3 o un antioxidante o una vitamina tienen un precio despreciable, pero al venderla suelta como pastilla, sube", cuenta Sánchez. "Se ve bien al compararlo con productos que fortificamos a diario. La leche, la bebida de soja, que a lo mejor se fortifican con calcio, o los cereales de desayuno, que también se fortifican con vitaminas y minerales, todos esos suben, pero no al nivel del suplemento. Siempre que se fortifica o enriquece un alimento hay una justificación para cobrar más, pero estas modas le dan una vuelta de tuerca más".
De ese nicho de negocio han nacido decenas de empresas, incluso creadas por los propios famosos o influencers que deciden lanzar su gama de productos y los fabricantes se los rifan. Compañías como Prozis, MyProtein o HSN se han convertido en actores claves en la publicidad de internet y manejan portafolios gigantes. Incluyen todo tipo de productos, pero también muchísimo merchandising que muestra la importancia del marketing en el sector. De hecho, han conseguido reforzar estas estrategias con recursos que facilitan la compra: códigos de descuento personalizados, envíos rápidos y la opción de suscripciones mensuales automáticas que aseguran la reposición constante del producto sin esfuerzo.
¿Para qué sirve un suplemento?
En la Unión Europea, según explica la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los complementos alimenticios están regulados como alimentos. Es un punto clave, pues permite que se comercialice sin las cortapisas de los medicamentos. Para los expertos, no es una mala decisión que vayan por ese circuito, pues la legislación sigue existiendo sin complicar la llegada al consumidor. La UE regula las vitaminas y los minerales, así como las sustancias utilizadas como fuentes de tales nutrientes, que pueden utilizarse en la fabricación de complementos alimenticios.
Los complementos puedes encontrarlos de venta libre tanto en farmacias, como herboristerías o supermercados. Sin tener que consultar con un médico y asumiendo que es lo más adecuado para el estilo de vida que tienes. España tiene una lista de los máximos recomendados para ingerir de los distintos suplementos siguiendo lo dictado por la EFSA, aunque no incluye todos pueden ser una guia interesante. La pregunta entonces sería: ¿funciona? La respuesta es algo ambigua.
Los efectos de suplementos como el omega-3 o la vitamina D cuentan con respaldo científico, pero no implica que todos debamos tomarlos. “Lo primero que debe preguntarse es si los necesita”, advierten desde el National Institute of Health. Al igual que el resto de autoridades sanitarias, este organismo explica que aunque componentes como el magnesio o los probióticos sean beneficiosos y necesarios, por tomarlos a modo complementario en nuestra dieta no implica que ofrezca beneficios adicionales.
"La mayoría de los productos que vemos no son algo que nos vaya a matar. Pero que algo no nos vaya a matar no significa que sea imprescindible ni necesario. Si debemos gastar dinero, pues allá tú", comenta Gemma del Caño, farmacéutica y especialista en biotecnología y seguridad alimentaria. Con una suplementación de vitaminas sin prescripción, por ejemplo, vas a conseguir tener un pis carísimo, porque la mayoría de las vitaminas se eliminan. Es verdad que algunas, hasta que las eliminas, tienen algunos efectos secundarios como las del complejo B, que hace que te tiemblen las manos o que tengas taquicardia. Y algunas, como la vitamina C, que suplementamos de forma brutal, pues a lo largo de los años pueden dar cálculos en el riñón", añade la experta.
La EFSA explica que “más del 80% de las alegaciones de salud para suplementos no cuentan con evidencia suficiente para ser aprobadas”. Más allá de los efectos adversos o negativos de su consumo, el mayor dilema se centra en la necesidad de ingerir estas alternativas cuando no tienen beneficio demostrado o tal vez la persona no cuenta con una deficiencia que justifique dicho consumo. Así, la advertencia más repetida entre profesionales y organismos internacionales es: “Se puede obtener todos los nutrientes que necesitas al comer una variedad de alimentos saludables”. Al final, todos estos elementos se encuentran de manera natural entre los valores nutricionales ya presentes en nuestra cesta de la compra.
"Más del 80% de las alegaciones de salud para suplementos no cuentan con evidencia suficiente para ser aprobadas"
La diferencia en la que incide la gente que está a favor de la suplementación es la diferencia en la concentración de los productos. Y es cierto que hay diferencia, no tiene la misma concentración de probióticos un suplemento que la ingesta de arándanos, pero eso no quiere decir que todos necesitemos suplementarnos. Volviendo a la vitamina C, un estudio de Cochrane Database of Systematic Reviews demostró en 2013 que las populares megadosis de vitamina C no previenen resfriados en la población general.
"Una cosa es hablar de, por ejemplo, consumo de creatina en personas que están haciendo un deporte muy intenso y quieren una recuperación más fácil. O si quieren un aumento de proteína que no se puede conseguir con los alimentos porque realizan un deporte en concreto. Pero lo que ocurre es que en general tomamos vitaminas en botes en vez de comida, quitamos las sales del agua con unos filtros que nos cuestan una pasta y luego nos suplementamos de magnesio y calcio, justo las sales que están en el agua. Creemos que por hacer deporte tres días a la semana tenemos que suplementarnos con proteína y con creatina en vez de alimentarnos", añade del Caño.
¿Camino a la obsesión?
Un riesgo que comentan tanto Del Caño como Sánchez es que acabemos obsesionados con la toma de estos suplementos. En un entorno con cada vez más atención al cuidado personal, estos productos no paran de aparecer y se puede llegar a generar la sensación de que son obligatorios para poder conseguir el físico perfecto. Además, tienen mucho tirón entre los jóvenes donde se ha puesto de moda el entorno deportivo como algo social, más allá de la salud. Que decenas de influencers vendan estos productos y vivan prácticamente de lo que se llevan por cada venta, no es casual. Son los nuevos comerciales.
Esas dudas no se quedan en el público general. En el mundo del tenis, después de que varias de las primeras figuras del circuito diesen positivo por sustancias relacionadas con la suplementación se han encendido todas las alarmas. Iga Swiatek, número 1 del mundo en los últimos años, aseguró que tomaba hasta 14 suplementos diarios y uno de ellos fue el que le provocó el positivo. No solo ahora el circuito está preocupado por esas sustancias sino por dónde se compra la suplementación.
Es algo que también preocupa a los expertos pues, según Sánchez la regulación es bastante laxa e incluso farmacias y laboratorios serios se aprovechan de esto para aumentar sus beneficios. "La publicidad engañosa apenas se persigue y se venden estos productos como algo casi milagroso sin que apenas tenga consecuencias. Eso es lo que hay que vigilar cuanto antes". En Estados Unidos la normativa es aún más laxa y para la historia queda el episodio de 1994, cuando el Gobierno intentó incluir la suplementación dentro de los productos que debían pasar por la FDA. La industria hizo una fuerte campaña para evitarlo e incluso el actor Mel Gibson hizo un anuncio para la ocasión. En él apareciá detenido por estar tomando vitaminas.
"Lo normal es que si hablamos de suplementaciones como vitaminas o minerales, con una alimentación normal estamos más que cubiertos comiendo frutas, verduras, cereales, legumbres... No es necesario una suplementación, salvo, por ejemplo, la gente vegana que necesita una suplementación en B12. Hay que comer normal, que es lo único que hay que hacer, incluso la cantidad de proteínas puede ser bastante elevada con una alimentación normal, teniendo en cuenta que las legumbres, el huevo, la carne, la leche, el atún, tienen una cantidad suficiente de proteínas", cierra Del Caño.
Durante su vuelta al mundo, Plex (Daniel Alonso, 23 años), uno de los youtubers más conocidos de España, enseña en sus vídeos uno de sus macutos. Lleno hasta arriba de botes de plástico con colores, contiene, asegura, todos los suplementos alimenticios que toma a diario. "Por las mañanas, me tomo lecitina de soja, luego un multivitamínico porque durante el día no comemos todos los nutrientes que debemos y esas cosas", detalla. El coctel sigue. Toma Omega-3, magnesio que lo recomienda para las noches, supergreen (suplemento de verduras), creatina y proteína. La única advertencia que hace en toda la escena, que no tiene claro si la creatina se puede tomar si no estás entrenando, aunque uno de sus compañeros asegura que sí.