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Leves problemas de abastecimiento en los supermercados y recuento de daños en el pequeño comercio
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Tras el apagón nacional

Leves problemas de abastecimiento en los supermercados y recuento de daños en el pequeño comercio

Las asociaciones de la distribución reconocen casos puntuales de retrasos en las entregas de algunos productos frescos, pero aseguran que la seguridad alimentaria está garantizada

Foto: Varias personas realizan la compra en un supermercado. (EP/Alejandro Martínez Vélez)
Varias personas realizan la compra en un supermercado. (EP/Alejandro Martínez Vélez)

Solventado el apagón nacional, los principales supermercados operan con relativa normalidad en la mañana de este martes. Todas las tiendas han podido abrir a sus puertas y mantener encendidas las cámaras frigoríficas, aunque algunas han registrado leves problemas de abastecimiento. Por su parte, en el pequeño comercio es un día para contabilizar todo el producto que se echó a perder ayer y hacer recuento de daños para reclamar al seguro.

Cadenas como Lidl tuvieron que cerrar este lunes por los problemas de suministro eléctrico. Cuando los trabajadores han vuelto esta mañana a trabajar han tenido que retirar prácticamente todos los alimentos arruinados porque se conservaban en las neveras. Algunas tiendas, como la que tiene la compañía alemana en la madrileña calle General Ricardos, aún no han podido reponer todo el producto y las cámaras frigoríficas se encontraban vacías, con fregonas a su lado que daban pistas del estropicio ocasionado.

La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) reconoce "casos puntuales de retrasos en las entregas de algunos productos frescos", pero asegura que "el abastecimiento y la seguridad alimentaria están garantizados" gracias a que las plataformas logísticas están funcionando a pleno rendimiento. "A primera hora se registraban pocas incidencias, muy puntuales, en algún centro, por corte de energía o retrasos en entregas de productos", ratifican desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged).

Así se ha podido observar en los establecimientos de DIA, que ayer también tuvo que bajar la persiana de muchas de sus tiendas y hoy tenían las neveras completamente llenas. Igual que Mercadona, aunque a primera hora de la mañana ha observado ligeros problemas de abastecimiento de otros productos en algunos locales de la capital, que se van resolviendo a lo largo del día. Se trata, principalmente, de latas de conservas y embutidos, alimentos que se comen sin cocinar y que este lunes se agotaron.

Foto: Una planta fotovoltaica alimenta de energía solar la base naval de Rota. (EFE/Armada en Rota)

Mercadona y Carrefour fueron las únicas cadenas que pudieron abrir todas sus tiendas durante todo el día de ayer, ya que contaban con grupos electrógenos que les permitían generar electricidad de manera independiente. Esto provocó que frente a algunos de sus establecimientos se formasen largas colas de personas que querían comprar algo de comer. Frente a estas situaciones de acopio que se vivieron en algunas tiendas, desde Asedas han hecho "un llamamiento a la calma y a un consumo responsable y moderado".

Eroski, por su parte, ha permitido el paso a la clientela a todas sus tiendas en el horario habitual, aunque en algunas se registran incidencias puntuales en algunas tiendas donde se están realizando tareas de ajuste técnico. Así mismo, remarca que se han retirado todos los productos frescos que pudieran estar afectados por el apagón sufrido ayer y que trabajan de forma prioritaria con los proveedores para recuperar la normalidad de su suministro.

El comercio de barrio calcula las pérdidas

Por su parte, el pequeño comercio ha vivido este corte total de luz de diferentes maneras, en función de las herramientas con las que contaban. David, quien regenta una frutería en el madrileño barrio Fuente del Berro, comenta que gracias a contar con básculas analógicas, además de las electrónicas, pudo seguir despachando con normalidad e incluso atendiendo a más clientes de lo común: "La gente vino como en la pandemia, había cola hasta en la esquina. Estaban con mucho estrés y llenando los carros hasta arriba. Parecía que se acababa el mundo", relata. En su caso, las pérdidas no fueron demasiadas, sobre todo verdura, pues los clientes optaban por llevarse los productos que no requirieran cocinado.

Su hermana no tuvo la misma suerte, pues su establecimiento de frutas y verduras ha sufrido pérdidas de unos 500 euros, debido a que tuvo que echar la persiana enseguida. Además, denuncia que en Mercamadrid "se han vuelto loco con los precios". "Como todo el mundo tenía que comprar, han puesto los precios que han querido", critica.

placeholder David trabajando este martes en su frutería después del apagón nacional. (L.C.)
David trabajando este martes en su frutería después del apagón nacional. (L.C.)

Ángel, un compañero de profesión, pudo continuar con su día con cierta normalidad en cuanto a las ventas gracias a la colaboración de una clienta del barrio, que le prestó un peso de cocina que tenía en su casa. Coincide con David en la gran cantidad de personas que acudieron y en que estaban "desesperadas". El único hándicap llegó con el pago, pues solo podía cobrar con efectivo. “Deberíamos hacer una reflexión para llevar algo siempre encima”, incide.

En cuanto a las carnicerías, suelen tener unas neveras más potentes que las habituales en los hogares e incluso generadores de electricidad autónomos, que les permiten mantener el género en las condiciones necesarias. Al acudir a dos, los trabajadores relatan que han tenido que tirar algunos alimentos, pero no en exceso. Desde Calicar concretan que han sido sobre unos 10 kilos, especialmente de cerdo, cordero y pollo.

Pese a no tener que desechar demasiado género, ambos establecimientos comparten el mismo problema: ayer no podían vender más allá que los productos con un precio fijo y siempre que fuera en efectivo. A las 10.00 horas de este martes, en una de ellas aún no les funcionaba el datáfono y después del reglamentario "buenos días", comentaban a los clientes que solo podrían pagar con efectivo.

La patronal ANICE, no obstante, señala en una estimación inicial que las pérdidas directas en la industria cárnica podrían ascender a 190 millones de euros.

¿Cómo lo ha vivido la restauración?

También hay balance de daños en la restauración. El dueño de Brasserie Lafayette en Madrid, Sébastien Lepareux, ya sabe que ayer perdió 30 reservas y una facturación de más de 2.500 euros. Para el propietario del Restaurante Gamberro, Franchesko Vera, la preocupación no está tanto en lo que sucedió este lunes, ya que abre de jueves a domingo, sino en saber qué podrán hacerle llegar los proveedores para su menú de 17 pases.

En el bar-restaurante Samber, lo han vivido de diferente manera. Desde este lugar hostelero, Joel Franco explica a El Confidencial que tuvieron que tirar alimentos y platos que ya tenían abiertos y otros que requerían frío y que se tuvieron que apañar con una pequeña plancha con gas con la que hicieron bocadillos para los clientes. Sin embargo, este lunes ha sido histórico para ellos, ya no solo por el apagón, sino por la cantidad de clientes que acudieron para tomarse algo, incluso cuando las bebidas ya no estaban frías. "Vino más gente de lo normal, fue increíble; parecía fin de año porque todos los sitios de alrededor estaban cerrados y vinieron aquí. Hicimos el agosto", celebra. Incluso, a las 21.30 tuvieron que cerrar y pedir a los clientes que desalojaran las mesas.

Solventado el apagón nacional, los principales supermercados operan con relativa normalidad en la mañana de este martes. Todas las tiendas han podido abrir a sus puertas y mantener encendidas las cámaras frigoríficas, aunque algunas han registrado leves problemas de abastecimiento. Por su parte, en el pequeño comercio es un día para contabilizar todo el producto que se echó a perder ayer y hacer recuento de daños para reclamar al seguro.

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