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Los nuevos fármacos que superan todas las expectativas y abren nuevos horizontes en diabetes
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Los nuevos fármacos que superan todas las expectativas y abren nuevos horizontes en diabetes

El empleo de inhibidores, junto con la aparición de los agonistas del receptor de GLP-1 no solo da un vuelco en el tratamiento de la diabetes y sus comorbilidades

Foto: (REUTERS / Vincent Alban)
(REUTERS / Vincent Alban)

En los últimos años hemos asistido a un cambio de paradigma en el tratamiento farmacológico de la diabetes tipo 2 (DM2). La estrategia clásica, glucocéntrica, se basaba en el control de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) para reducir el riesgo de complicaciones microvasculares; sin embargo, esta estrategia no reducía (e incluso podía aumentar) la mortalidad cardiovascular. Posteriormente, ha surgido la estrategia centrada en complicaciones, donde tienen cabida los nuevos fármacos (agonistas del receptor de GLP-1 como semaglutida, y los inhibidores de SGLT-2) que han mostrado reducir el riesgo de morbimortalidad cardiovascular y renal.

Sin embargo, como señala el Dr. Juan José Gorgojo Martínez, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid), "queda un paso más: adoptar la estrategia adipocéntrica, centrada en reducir la grasa corporal ectópica, causa primaria de la DM2 (más del 90-95% de los pacientes tienen aumento de grasa ectópica, lo que se llama adiposopatía)". De ese modo, según añade, "no solamente conseguiremos un buen control glucémico, sino que seremos capaces de prevenir las complicaciones crónicas y, en algunos casos, la remisión de la diabetes".

A lo largo de su vida el paciente con DM2 viaja, en sentido metafórico, acompañado por los "cuatro jinetes del apocalipsis", según los denomina el Dr. Gorgojo: la obesidad ectópica, la enfermedad vascular aterosclerótica, la insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal crónica. "Estos cuatro pésimos compañeros de viaje reducen la calidad, pero sobre todo la cantidad de vida".

En estos momentos, se ha logrado cambiar el objetivo de control de HbA1c a un objetivo intermedio, centrado en la pérdida de peso que se acompañe de un buen control de HbA1c sin riesgo de hipoglucemia, pero con la mirada puesta en el largo plazo, buscando evitar que el paciente tenga un evento cardiovascular (infarto, ictus, insuficiencia cardiaca) o renal. "Esto se traduce en un menor coste para el sistema, en menos años de vida perdidos, bajas laborales, gastos de hospitalización, revascularizaciones, diálisis o trasplante; y, lo que es muy importante, mejora la calidad de vida y satisfacción de nuestros pacientes", explica el Dr. Gorgojo.

Un arsenal farmacológico floreciente

La aparición de los inhibidores de SGLT-2 (iSGLT-2) durante la pasada década supuso un cambio importante en el manejo de la diabetes. Casi por primera vez se comenzaba a ir algo más allá del control glucémico, mejorándose también el pronóstico de complicaciones renales y cardiovasculares. Ahora, con la irrupción de los agonistas del receptor de GLP-1 (ar-GLP1), y recientemente con los agonistas duales GLP-1/GIP, se ha dado un paso más, revolucionando el tratamiento de la diabetes y sus comorbilidades, sino que probablemente lo haga también con otras enfermedades metabólicas asociadas, como la obesidad y sus comorbilidades (fundamentalmente, el síndrome metabólico). Así se ha destacado en una mesa redonda conjunta de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), celebrada en el XXXVI Congreso Nacional de la Fundación de la SED.

"Estos nuevos medicamentos no solo tienen una eficacia anti-hiperglucemiante similar a la insulina (pero sin aumentar el riesgo de hipoglucemias), sino que además están demostrando disminución de morbi-mortalidad cardiovascular y enlentecimiento de la progresión de la nefropatía. Todo ello unido a una pérdida de peso clínicamente muy significativa, que se acompaña también de la mejoría de otros factores de riesgo cardiovascular", asegura el Dr. Luis Alberto Vázquez Salvi, quien considera que "los medicamentos de la diabetes ya no están solo diseñados para el control glucémico, sino para modificar la historia natural de la enfermedad".

Un amplio abanico de beneficios

El cambio está siendo muy importante y acelerado. Las guías de práctica clínica en diabetes son radicalmente distintas a las de hace una década. Ahora priorizan los ar-GLP1 en pacientes con enfermedad cardiovascular (o alto riesgo cardiovascular) y enfermedad renal (tras los iSGLT-2), así como en los pacientes en los que la obesidad es un problema, "situación en la que los agonistas duales parecen particularmente potentes", apunta Vázquez Salvi; además, "con estos agentes el uso de la insulina se puede evitar o retrasar en no pocos casos".

Foto: Diabetes. (Gtres)
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Según ha glosado este experto durante su conferencia, estos nuevos tratamientos permiten una nueva gestión de la enfermedad, y el primer gran cambio es que "probablemente deberíamos plantear su uso más precozmente, ya que ayudan a controlar el sobrepeso que supone un importante factor de riesgo en la progresión de la diabetes". Para el Dr. Vázquez Salvi, "son medicamentos eficaces y potentes, pero sin tener que pagar el peaje de mayor riesgo de hipoglucemia (una de las principales limitaciones de la insulina). Además, ayudan a un control integral de factores de riesgo, y algunos de ellos están demostrando disminución en la incidencia de complicaciones cardiovasculares y renales". Y, añade, "presentan una posología muy cómoda que podría favorecer el cumplimiento terapéutico, así como tienen un perfil de seguridad muy aceptable".

Evidencias sólidas

Los estudios SURMOUNT-OSA y SYNERGY-NASH han valorado el efecto de tirzepatida, un agonista dual GLP-1/GIP, en el tratamiento de la apnea obstructiva del sueño (AOS) y en la esteatohepatitis de origen metabólico (MASH) respectivamente, que son dos enfermedades muy prevalentes, potencialmente graves y en las que existen muy pocas posibilidades terapéuticas. De hecho, el estudio SURMOUNT-OSA ha sido la base para que la FDA haya aprobado tirzepatida como el único medicamento con indicación de uso para el tratamiento de la apnea del sueño en Estados Unidos; en Europa, los datos de este estudio se han incluido en la ficha técnica de la EMA y se puede usar en pacientes con obesidad y apnea del sueño.

En el caso de la MASH existen muy pocos tratamientos disponibles, aunque los datos del estudio SYNERGY-NASH son prometedores. El hallazgo más relevante del SURMOUNT-OSA, es la disminución del índice de apneas-hipopneas (IAH) en un 55-62% en pacientes con AOS moderada o grave, en un año, lo que significa reducir la severidad de la AOS a menos de la mitad. Además, hasta el 50,2% de los pacientes alcanzaron criterios de remisión de la enfermedad. De forma adicional, se redujo la carga hipoxémica de los pacientes hasta en un 76,9%, "lo que podría suponer que algunos pacientes no lleguen a necesitar aire a presión positiva para la apertura de las vías aéreas (PAP) y que otros puedan dejar de depender de ella", aclara el Dr. Vázquez Salvi.

Foto: Foto: iStock.

También disminuyó el peso en un 20,1%, así como la inflamación medida por PCR, y los pacientes también manifestaron una mejoría en calidad del sueño.

En cuanto al estudio SYNERGY-NASH, tirzepatida consiguió la resolución de la MASH hasta en un 62,4% de pacientes, así como una mejoría clínicamente significativa de la fibrosis hepática en más del 50% de los participantes (menos del 30% con placebo). Mejorar la MASH —e incluso la fibrosis hepática que ocurre en esta enfermedad— abre una esperanza a que muchos de estos pacientes no lleguen a la temida cirrosis.

"Estos efectos beneficiosos sobre la AOS y MASH los consigue tirzepatida de forma conjunta con una pérdida significativa de peso (en torno al 15-20% de media) y con muy pocos pacientes que presenten efectos secundarios que ocasionen la suspensión del medicamento", subraya el Dr. Vázquez Salvi. A su juicio, "con los nuevos fármacos se empieza a abrir una vía para cambiar la historia natural de estas enfermedades en un número amplio de personas con sobrepeso y obesidad, ya que hasta ahora solo la cirugía de la obesidad era capaz de mejorar de forma significativa la AOS y la MASH, pero en un grupo reducido de pacientes con obesidad grave".

En los últimos años hemos asistido a un cambio de paradigma en el tratamiento farmacológico de la diabetes tipo 2 (DM2). La estrategia clásica, glucocéntrica, se basaba en el control de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) para reducir el riesgo de complicaciones microvasculares; sin embargo, esta estrategia no reducía (e incluso podía aumentar) la mortalidad cardiovascular. Posteriormente, ha surgido la estrategia centrada en complicaciones, donde tienen cabida los nuevos fármacos (agonistas del receptor de GLP-1 como semaglutida, y los inhibidores de SGLT-2) que han mostrado reducir el riesgo de morbimortalidad cardiovascular y renal.

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