Son las seis de la tarde. Víctor Atienza, piloto de aviación ejecutiva, está de guardia y recibe una llamada que le avisa de un posible vuelo trasplante. A partir de ese momento, este madrileño de 30 años se pone en modo alerta. "Preparo el uniforme y aviso a mi pareja de que me puedo ir en cualquier momento. Ya estoy atado de pies y manos, no puedo hacer nada", comenta. No será hasta más de cuatro horas después cuando recibe la próxima noticia: tiene que volar a Granada. El avión está en dos minutos con los motores arrancados y en cinco, en el aire. A pesar de que está acostumbrado a llevar a políticos y celebrities, en esta ocasión el viaje es aún más vip: llevará el órgano para salvar la vida de una persona.
Es la una de la madrugada. Atienza y su compañero, también piloto, llegan a la ciudad andaluza, donde todavía tienen que esperar otro par de horas. En esta ocasión no les acompaña ninguna azafata, pero no están solos. Antes había llegado otro avión con el mismo objetivo. "Mis compañeros habían ido previamente a Pamplona para recoger al equipo médico, trasladarlo a Granada para la extracción y llevar el órgano. Hay veces que se juntan dos aviones, como aquel día, tres e incluso cuatro", explica.
Es primordial activar cuanto antes el operativo para que, de esta manera, sea la tripulación la que espere y no el órgano. Ese día, los órganos procedían de un hospital de Jaén, donde se llevó a cabo la extracción.
Una vez que el equipo médico les entrega el pulmón, los pilotos aseguran la nevera que lo transporta al final del avión. Cuando llegan a Madrid, "inmediatamente" se recibe la asistencia de una ambulancia que acude sin perder un segundo al hospital en el que espera el paciente.
Victor Atienza durante el vuelo trasplante. (Cedida)
Estos vuelos suelen llevarse a cabo de madrugada. En 2023, se pidió en 215 ocasiones la prolongación horaria de los aeropuertos españoles por operativos de trasplante, tal y como muestran los últimos datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), adscrito al Ministerio de Sanidad. Además, otras 23 veces se pidió la apertura extraordinaria de estos.
La responsabilidad de pilotar un vuelo trasplante
Atienza sabía que sería piloto desde los seis años y aún recuerda la primera vez que hizo un vuelo trasplante. Fue en Sevilla, donde acababa de aterrizar un avión con pasajeros. "Aprovecharon que estábamos ahí para asignarnos el traslado de vuelta con equipo médico", recuerda. El órgano protagonista era un pulmón. "No sabía lo que era hasta que se presentó un coche de la ONT a pie de avión y de ahí bajó todo el equipo médico con la nevera", asegura.
Pese al cansancio que conlleva, Atienza sostiene que merece la pena: "No llevas a un famoso, no es una persona, pero sabes que va a dar vida a alguien y es una cuestión de responsabilidad. Es muy bonito".
"Es increíble. Es una cosa tan básica como una nevera,muy similar a las utilizadas en la playa. Te la entregan, la coges y aunque no ves lo que hay dentro, piensas que hay un pulmón o un corazón. Alguien a 500 o a 1.000 kilómetros lo está esperando", resume.
Esta emoción es compartida por Rebeca Bajo, supervisora del Área de Enfermería de la ONT, quien lleva casi 30 años trabajando como sanitaria y más de una década en este organismo. "Es un orgullo muy grande sentir que formas parte de esto, que es tan grande. Sientes mucha satisfacción de ver que te dedicas a algo que sirve para algo tan bueno", asegura.
Durante el año pasado se realizaron un total de 924 operativos aéreos, lo que se traduce en un incremento del 80% en la última década. En 2019 se superó la barrera de los 850 vuelos trasplante para luego caer un 12,5% al año siguiente, debido al impacto de la pandemia de coronavirus. Pese a ese bache, en 2021 creció un 5,2%, en línea con años anteriores. De 2022 no hay datos publicados. Bajo considera que esta línea seguirá ascendiendo siempre que se sumen aeronaves a través de nuevos convenios de colaboración.
Organización de un vuelo trasplante
¿Cuándo se traslada un órgano en avión? Para responder a esta pregunta, Bajo explica que depende del tiempo de isquemia, es decir, lo que aguanta un órgano desde que se extrae del donante hasta que se implanta en el receptor. Si es asumible, el camino se hará por carretera; si el trayecto es muy largo, tienen que enviarlo por avión.
Aunque no hay una cifra exacta, a diario suelen organizar dos o tres operativos aéreos. Su coordinación está en manos de la las enfermeras coordinadoras de la ONT. "Cuando se organiza un envío, podemos hacerlo con un vuelo regular o con uno privado. En este último caso, lo que tenemos que hacer es buscar la compañía dentro de un listado de colaboradores. Además, solemos poner el foco en aquella que tenga un avión posicionado en un aeropuerto que nos venga bien por logística. Una vez que nos han dado los datos del vuelo, elaboramos un documento oficial en el que informamos a los aeropuertos implicados", detalla.
"No llevas a un famoso, no es una persona, pero sabes que va a dar vida a alguien y es una cuestión de responsabilidad. Es muy bonito"
Todo este proceso intentan hacerlo antes de que empiece la extracción. Para hacerlo posible, desde la ONT hablan siempre con el equipo de coordinación del hospital donante y de los receptores, con las compañías aéreas y con el centro de operaciones de los aeropuertos.
En gran parte de las veces, es necesario el desplazamiento terrestre desde el centro sanitario correspondiente al aeropuerto. Es ahí cuando cuentan con la colaboración de los cuerpos de seguridad. "Tenemos un donante, por ejemplo, en Segovia y los órganos van al aeropuerto de Madrid. A veces hay atasco o un accidente y no hay tiempo que perder. Cuando el vehículo es una ambulancia es más sencillo poner las sirenas. Pero en otras ocasiones van en vehículos privados o taxis y en esos casos contactamos con ellos para que colaboren", afirma. A fin de cuentas, se trata de un proceso en el que prima la comunicación entre todos los agentes implicados.
En 2023, el 65,9% (609 de 924) de los operativos efectuados estuvieron a cargo de compañías privadas como en la que trabaja Atienza. De los restantes, 314 fueron posibles gracias al convenio con compañías comerciales, las cuales permiten embarcar neveras con órganos para trasplantar y que son custodiadas en la propia cabina del comandante. Lo hacen de manera altruista y para la ONT supone "un recurso brutal".
Bajo afirma que, entre todos los órganos que se donan, destacan dos por la frecuencia en estos vuelos. En primer lugar, los corazones, ya que son los que menos tiempo de isquemia aguanta. "Si el hospital donante y el receptor están muy cerca y se puede ir por carretera, lo hacemos así. Pero cuando están a más de 100 kilómetros tenemos que hacerlo por avión", aclara.
El otro órgano protagonista es el riñón y justo por el motivo contrario: es el que más tiempo aguanta. Es ahí cuando entra en juego los convenios de colaboración que tienen con compañías de vuelos regulares. "Aguanta un poquito más y siempre encontramos una conexión. Así lo podemos mover de manera gratuita", comenta.
Precisamente, el tipo de órgano es el que marcará que haya o no un equipo médico acompañándolo. Durante el año pasado se trasladaron un total de 439. El corazón, tal y como asegura la enfermera, siempre va con el equipo quirúrgico que va a implantarlo. "Viajan siempre acompañados, los hígados y los pulmones en muchas ocasiones —esto se da cuando el hospital donante no tiene programa de ese trasplante correspondiente—, mientras que los riñones nunca", apunta. El equipo suele incluir de dos a cinco personas.
Vuelos trasplante que cruzan fronteras
El archipiélago balear y el canario hacen que esta opción de trasladar órganos sea especialmente relevante en España. Pero no solo se mueven por territorio español, sino queen ocasiones también cruzan fronteras. "El intercambio se hace en tres escalas", puntualiza Bajo.
Trasplante de órganos en avión. (Cedida)
Cuando tienen un órgano, pero no un receptor adecuado en el país, lo primero que hacen es hablar con Portugal, con quien tienen una coalición directa. En el caso de que lo rechacen, se pasa al siguiente nivel, el SAT, una parte europea con especial cercanía con países como Francia e Italia, con quien también tiene la ONT un acuerdo. Finalmente, en el caso de que no pueda ser utilizado tampoco en ninguno de estos lugares se ofrece al resto de Europa. "Es cierto que con los países que son muy lejanos nunca vamos a llegar a ir a buscar órganos, ni ellos vendrán aquí, pero sí que nos desplazamos (y se desplazan mucho) a Portugal, Francia e Italia", confirma.
El ejemplo español es un espejo donde mirar. The Lancet ha publicado recientemente un editorial llamado Donación de órganos: lecciones del modelo español. "El éxito del sistema de trasplantes español se basa en un sólido marco legislativo, un fuerte liderazgo clínico y una red logística altamente organizada por la ONT", expresa este artículo.
Son las seis de la tarde. Víctor Atienza, piloto de aviación ejecutiva, está de guardia y recibe una llamada que le avisa de un posible vuelo trasplante. A partir de ese momento, este madrileño de 30 años se pone en modo alerta. "Preparo el uniforme y aviso a mi pareja de que me puedo ir en cualquier momento. Ya estoy atado de pies y manos, no puedo hacer nada", comenta. No será hasta más de cuatro horas después cuando recibe la próxima noticia: tiene que volar a Granada. El avión está en dos minutos con los motores arrancados y en cinco, en el aire. A pesar de que está acostumbrado a llevar a políticos y celebrities, en esta ocasión el viaje es aún más vip: llevará el órgano para salvar la vida de una persona.