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La pandemia en 2022: ¿tú crees que lo estamos haciendo bien?
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A través de mi dermatoscopio

La pandemia en 2022: ¿tú crees que lo estamos haciendo bien?

A menudo nos referimos a la pandemia en pasado. Pero tenemos bastantes más contagios diarios que hace un año y más del triple diario de muertos. Esto va de virus, no de marketing

Foto: Dos turistas se hacen un selfi junto al monumento al encierro en Pamplona. (EFE/Jesús Diges)
Dos turistas se hacen un selfi junto al monumento al encierro en Pamplona. (EFE/Jesús Diges)

¿Se ha acabado la pandemia? ¿Lo estamos haciendo bien? Yo creo que no. Pero a lo mejor tú crees que sí. Por si acaso, fijémonos en algunos datos objetivos. Hace un año teníamos a algo más del 50% de nuestra población adulta vacunada (y se nos anunciaba próxima la inmunidad de rebaño que jamás se alcanzó). Actualmente más del 90% de nuestra población adulta está vacunada. Además, hace un año reinaba entre nosotros la agresiva variante delta y ahora lo hacen subvariantes de ómicron más contagiosas, pero que a priori son más leves. Aunque una cosa es la teoría y otra la realidad.

Foto: Foto: iStock. Opinión

¿Estamos realmente mejor que hace un año? No. Datos oficiales: acabamos junio de 2021 con una media diaria cercana a 4.000 contagios. Nada más iniciarse julio comenzaron a ascender los contagios de forma vertiginosa y para mediados de julio la media de casos diarios ya superaba los 20.000. ¿Y cómo estamos ahora? A pesar de tener a más del 90% de la población diana vacunada, iniciamos junio con una media diaria en torno a 10.000 contagios y lo acabamos con una media diaria de 20.000 contagios (que serán muchísimos más, porque ahora mismo se hacen muchos menos test y se notifican muchos menos casos asintomáticos o leves que hace un año). De momento en julio, tendencia ascendente (a 8 de julio, último dato que tengo disponible, la media diaria es de 22.204 contagios, tomando los últimos 7 días como referencia).

Cifras que hablan por sí mismas

¿Creen de verdad que estamos mejor que hace un año? ¿Creen de verdad que estamos tomando a nivel individual y colectivo las decisiones correctas? Quienes opinan que sí manejan exactamente los mismos argumentos ahora que se manejaban en noviembre y diciembre pasados, al inicio de la sexta ola. Hay muchos casos, sí, pero la mayoría muy leves (algo cierto desde el minuto cero de esta pandemia, no lo olvidemos), con pocos hospitalizados, pocos ingresos en UCI y ¿pocos muertos? La sexta ola nos dejó finalmente cerca de 15.000 muertos. Sin comentarios.

placeholder El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. (Archivo)
El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. (Archivo)

¿Y cuántos morían a diario con/por covid hace 1 año? Nos movíamos en estas fechas en torno a 13 muertos diarios de media. Ahora tenemos una media de 50 muertos diarios, casi cuatro veces más que hace un año. ¿Estamos realmente mejor? El pasado año, partiendo de bastantes menos muertos diarios que los actuales, alcanzamos el pico de muertos de nuestra quinta ola estival a principios de septiembre, con 190 muertos algún día (y el pico de muertos va siempre muy por detrás del pico de contagios).

En mi opinión, el pico de muertos de nuestra nueva ola primaveral-estival se producirá probablemente hacia mediados o finales de agosto. Y no van a ser 50 muertos diarios. Serán bastantes más. Si ahora mismo ya tenemos cuatro veces más muertos diarios que hace un año, ¿qué cifras creen que alcanzaremos a lo largo del verano? Es discutible si hay que tomar ahora alguna medida para frenar contagios o no hay que tomarla. Pero es indiscutible que si no se toman las medidas ya, lo que se haga después no valdrá para casi nada. Y vuelta a empezar.

Lejos del final

¿Hemos dejado ya atrás a la pandemia? No. La idea tan extendida en los últimos meses de que “ya hemos dejado atrás la pandemia” es técnicamente insostenible. Variantes mucho más contagiosas, como BA.4 y BA.5 o centaurus, nos lo recuerdan, y nuevas variantes nos lo seguirán recordando durante algunos años.

Siempre me parecieron patéticas las predicciones de tanto pseudoexperto (y lamentablemente, también de algunos expertos) que en febrero y marzo de este año nos anunciaban la fecha casi exacta del fin de las mascarillas y del fin de la propia pandemia, apoyándose (sin fundamento científico alguno) en que la alta tasa de vacunación y la alta tasa de infecciones por ómicron durante la sexta ola nos conducirían al fin a la siempre anunciada y nunca alcanzada inmunidad de rebaño. Como he escrito en alguna otra ocasión, estas predicciones están a la altura del mejor Groucho Marx: “Estas son mis predicciones, pero si no se cumplen tengo otras”.

Barreras necesarias

Restricciones no, mascarillas en interiores sí. ¿Qué debemos hacer? En ningún caso, tomar medidas restrictivas en cuanto a movilidad, aforos, horarios o actividades sociales de cualquier tipo (pasaporte covid incluido). Ya expuse en un artículo en este mismo foro al inicio de la sexta ola por qué considero innecesarias e inútiles a la mayor parte de las restricciones que se han aplicado a lo largo de la pandemia y por qué sigo considerando imprescindible el uso de mascarilla en interiores y en aglomeraciones, al menos mientras mantengamos las actuales cifras diarias de contagios y de muertos.

Foto: Galicia pedirá el certificado covid en hostelería. (EFE/Xoán Rey) Opinión

A día de hoy sigo pensando lo mismo y creo que los hechos me dan la razón, aunque admito que es una cuestión controvertida. Lo que sí creo es que si en la mente de algún gestor actual de esta pandemia figura la opción de reintroducir la obligatoriedad transitoria de mascarilla en interiores, el momento de tomar decisiones es cuando aumentan los contagios y no muchas semanas después cuando aumentan inevitablemente los muertos.

Apostar con realismo por un turismo más seguro

Sin duda, uno de los condicionantes para tomar ciertas medidas sobre el control de la pandemia es su previsible efecto sobre el turismo. Probablemente, nuestros expertos en marketing (que no en virus) consideren que con la ausencia de mascarillas en exteriores (donde son innecesarias casi siempre) y en interiores (de donde se han retirado prematuramente) se manda el mensaje de que “se acabó la pandemia entre nosotros”, y lo que es peor, se lo creen. Pero los datos actuales nos indican que esto no es así.

placeholder Turistas caminando por Madrid. (EFE/Chema Moya)
Turistas caminando por Madrid. (EFE/Chema Moya)

Creo que sería preferible asumir que la pandemia no ha acabado (ni aquí ni en ningún otro sitio) y orientar el marketing a ofrecer un turismo 'más seguro' ordenando, por ejemplo, que en los espacios interiores de los hoteles el personal que te atiende o que arregla tu habitación vaya con mascarilla y los demás clientes con los que te cruzas también, haciendo casi imposible entonces el contagio. Las zonas destinadas a comedor deberían situarse preferentemente en exteriores o en interiores con muy buena ventilación. Pero no, de momento, parece que preferimos maquillar la realidad a enfrentarnos con éxito a ella (lo primero es sin duda mucho más fácil que lo segundo, pero hacer lo segundo sería simplemente hacer lo correcto en este momento).

La responsabilidad de los jóvenes, la mejor protección

Otro punto para mí un tanto absurdo es la recomendación 'selectiva' de que la gente de mayor edad o más susceptible de enfermar de forma grave sí utilice mascarilla en interiores para protegerse. ¿Por qué es absurdo que sea selectiva? Muy simple. Si el virus circula sin apenas restricciones entre la población juvenil y de edad media, el virus acabará llegando, sí o sí, a esas personas de mayor edad o con mayor susceptibilidad para enfermar de forma grave, y lo hará fuera de los espacios interiores donde esas personas a veces se esfuerzan tanto en protegerse (y deben seguir haciéndolo).

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Desde la primera ola sabemos que muchísimos contagios se producen en reuniones de familiares y amigos, o con nuestros convivientes, en nuestro propio hogar, donde por muchas razones solemos estar sin mascarillas. Reducir la circulación del virus entre la población joven y adulta de edad media es una cuestión de solidaridad y responsabilidad hacia la población de edad avanzada y más susceptible. Obviamente, hablo de reducir, no de suprimir (covid cero no es opción).

Esto ni es ni ha sido nunca como la gripe. ¡Y tampoco banalicemos la gripe!

Con una incidencia acumulada tan elevada como la actual, la decisión de llevar o no mascarilla en interiores no hay que verla desde la perspectiva del riesgo individual de enfermar gravemente, casi siempre bajísimo para los jóvenes y adultos de edad media, sino desde la perspectiva del riesgo global para la salud pública de la transmisión descontrolada del virus y su llegada final a la población más susceptible, en la que el riesgo individual sí es mucho más elevado.

Convivir con el virus: ¿quién dijo fácil?

No es fácil convivir con este virus. Y no seamos ingenuos. Aún es muy pronto para 'gripalizar' esto. Solo en 2022 vamos a tener muchos más casos y muchos más muertos que cualquiera de las gripes que nuestras generaciones más jóvenes han conocido. Este coronavirus de momento no es estacional: oleadas de contagios en invierno, primavera, verano y otoño. Con mínima eficacia de las vacunas disponibles para reducir contagios (aunque sea todavía elevada su eficacia para reducir casos graves y muertos).

Y luego están el síndrome de la covid persistente y las secuelas de la covid (respiratorias, cardiovasculares, neurológicas, etc) de las que probablemente empezaremos a oír hablar más con el paso de los años. Esto ni es ni ha sido nunca como la gripe. ¡Y tampoco banalicemos la gripe! Los virus que mutan mucho, como los propios virus de la gripe o este coronavirus, son siempre una caja de sorpresas. De vez en cuando nada agradables.

¿Se ha acabado la pandemia? ¿Lo estamos haciendo bien? Yo creo que no. Pero a lo mejor tú crees que sí. Por si acaso, fijémonos en algunos datos objetivos. Hace un año teníamos a algo más del 50% de nuestra población adulta vacunada (y se nos anunciaba próxima la inmunidad de rebaño que jamás se alcanzó). Actualmente más del 90% de nuestra población adulta está vacunada. Además, hace un año reinaba entre nosotros la agresiva variante delta y ahora lo hacen subvariantes de ómicron más contagiosas, pero que a priori son más leves. Aunque una cosa es la teoría y otra la realidad.

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