Lo nunca visto en el MIR: 200 doctores no quieren ser médicos de familia en España

Los números no cuadraron hace unos días cuando se cerró el proceso de elección de las plazas de médico interno residente (MIR). Tras tres semanas en las que, por turnos, los 9.932 aspirantes que optaban a plaza en esta convocatoria presentaron sus listas de preferencias, 218 puestos quedaron vacantes.

El elevado número de plazas desiertas es una excepción que no se había visto en la historia de elección del MIR. Y llama mucho más la atención que la mayoría de vacantes, 200 de 218, son de medicina de familia.

Gonzalo, que se encuentra en su segundo año de residencia de la especialidad que este año ha hecho aguas, ve varios motivos por los que se puede haber producido esta situación, uno de ellos, “el método de elección de plazas de este año”. Pero más allá de cuestiones burocráticas, desde dentro del MIR, este residente de familia cántabro apunta a dos cuestiones como principales motivos de las vacantes: la baja consideración por parte de sus colegas y las malas condiciones laborales.

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Este R2 de familia señala sobre su especialidad que “hay mucha gente que lo percibe como si no fuera una especialidad más”. Pero recuerda que la medicina familiar es “un pilar fundamental del sistema sanitario”, que ha tenido un papel crucial durante la etapa más dura del coronavirus.

Malas condiciones laborales

Gonzalo apunta como un posible motivo de las vacantes que las condiciones de médico de familia “no son las mejores”. En este aspecto engloba desde el salario a la gran carga asistencial que no para de crecer.

Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) coinciden en esta misma idea. “La situación en la atención primaria está difícil, porque hay poca cobertura de las bajas, poca capacidad de manejo y mucha carga asistencial”, señala a El Confidencial Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta y responsable de docencia de la SEMG.

“Esto produce que los futuros residentes al ir a elegir una buena profesión para el resto de su vida prefieran coger una que tenga unas condiciones que sean acordes con el trabajo que van a desempeñar y actualmente en la atención primaria esto no es así”, señala la médico, apuntando también a las condiciones laborales como causantes.

Falta de reconocimiento

Más allá de la falta de consideración por parte de otros médicos que indica el R2 cántabro, desde SEMG suman el poco reconocimiento por parte de la Administración pública como una de las causas, “no solamente a la parte económica, también porque no se recompensa el trabajo que uno realiza, el reconocimiento de la carrera profesional, académico…”.

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Asimismo, en el plano institucional, la representante de los médicos de familia critica el modelo de elección de la plaza MIR porque debería garantizar que no queden vacantes.

Crónica de una muerte anunciada

Desde la sociedad que representa a los médicos de familia consideran que ya veían venir esta situación.

“Llevamos tiempo alertando de que esto iba a pasar y al final pasó”, asevera Rodríguez.

¿Igual en todas las comunidades autónomas?

Respecto a si las condiciones de los médicos de familia varían en cada comunidad autónoma, desde SEMG no consideran que haya diferencias flagrantes: “No podemos descartar que ninguna esté mejor ni peor. Todas están mal y en todas es necesario hacer cambios estratégicos”.

“Esto requiere una mirada nacional. Si queremos salvar nuestro sistema sanitario con condiciones de accesibilidad y equidad, tenemos que apostar por él”, concluye Rodríguez.

¿La solución?

Por el momento, a modo de parche, la solución que ha tomado el Ministerio de Sanidad para cubrir estas plazas desiertas es ampliar el cupo de extracomunitarios.

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La orden ministerial del Gobierno establecía un cupo de 328 plazas para personas extracomunitarias, es decir, un 4% con respecto al total de las plazas. Tras ver que las extracomunitarias ofertadas se agotaron en el número de orden 6.286, se ha decidido ampliar el número de plazas para dicho grupo.