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La depresión aumenta en esta época del año: síntomas y cómo afrontarla
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Más allá del 'síndrome posvacacional'

La depresión aumenta en esta época del año: síntomas y cómo afrontarla

Después del verano, es común que el estado de ánimo decaiga por diversos factores: los días son más cortos (hay menos horas de sol), los cambios de temperatura (el frío y las lluvias) y la vuelta a las rutinas de horarios

Foto: Foto: iStock.
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En esta época del año se da el cóctel de circunstancias perfecto para favorecer la depresión. Además del tan nombrado ‘síndrome posvacacional’, otra serie de cuestiones se aúnan para afectar psicológicamente a la población, según señalan desde el Instituto Psicológico Cláritas.

Normalmente, el verano es una estación en la que –debido a las mayores horas de sol y al clima– estamos más activos tanto físicamente como en lo que se refiere a relaciones sociales. Además, es la época del año en la que cogemos las ansiadas vacaciones después de todo un año trabajando. “Por lo que después del verano, es común que el estado de ánimo de las personas decaiga por diversos factores: los días más cortos, es decir, hay menos horas de sol; los cambios de temperatura (el frío y las lluvias) y, por último, la vuelta al trabajo y las rutinas de horarios”, explica a El Confidencial la psicóloga Macarena del Cojo.

El final de las vacaciones

Según explica la especialista del Instituto Psicológico Cláritas, las vacaciones es el momento en el que normalmente conseguimos desconectar del trabajo, de horarios y de ciertas obligaciones. También podemos descansar y disfrutar de aquello que durante el año no podemos hacer.

“Por lo que, cuando terminan las vacaciones, renunciar a todo ello nos cuesta. Y como toda renuncia y toda ‘falta’, puede afectarnos a nuestro estado de ánimo. Además de suponer un esfuerzo volver a adaptarnos a nuestras rutinas”, señala la psicóloga general sanitaria.

El trastorno afectivo estacional (SAD)

"La reducción de las horas de sol afecta a nuestro nivel de cansancio debido a que una mayor oscuridad hace que produzcamos mayores niveles de melatonina, que es la hormona encargada del sueño, por lo que nos sentimos más cansados y con una mayor somnolencia", apunta la especialista.

Por otro lado, obtenemos menores niveles de vitamina D al estar expuestos a la luz solar menos horas diarias. “Numerosos estudios han encontrado que un déficit de vitamina D puede estar relacionado con una mayor tristeza y apatía”, destaca.

Foto: Todos estos alimentos son ricos en vitamina D. (iStock) Opinión

La psicóloga explica que esta influencia en el estado de ánimo se conoce como trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés), “con síntomas depresivos tales como tristeza, irritabilidad, apatía, poca energía, etc, los cuales aparecen y desaparecen según las estaciones del año”.

El frío

El viento, la lluvia o temperaturas muy bajas pueden hacer que ciertas enfermedades físicas empeoren. Por esta razón puede aumentar el dolor y con ello se produce un malestar general. En consecuencia, nuestro estado de ánimo se puede ver influido, apareciendo una mayor sensación de tristeza, apatía, desgana, desmotivación o incluso frustración.

“Además, también existen estudios que confirman que los cambios bruscos de temperatura pueden provocar alteraciones en el sistema nervioso, lo que genera que seamos más vulnerables a síntomas depresivos”, sostiene.

Una cuestión de actitud

Del Cojo asegura que un factor importante que influye en nuestro estado de ánimo a la vuelta del verano es la actitud de las personas, “ya que hay personas que son más optimistas que otras ante la vuelta a la rutina o a los fenómenos atmosféricos”.

“Por otro lado, se encuentran los recursos personales que tengamos. Es decir, hay personas que no se intimidan y no necesitan resguardarse ante el frío o la lluvia, sino que se enfrentan, así como se benefician de las rutinas, los horarios y volver a una alimentación equilibrada”, añade.

Síntomas del SAD

La psicóloga apunta a que los síntomas más comunes que experimentan las personas con SAD ocurren a principios del invierno y son los siguientes:

  • Tristeza.
  • Irritabilidad y ansiedad.
  • Pérdida de interés por las actividades que se realizaban habitualmente.
  • Aumento de apetito, por lo que hay un aumento de peso.
  • Dificultad de concentración.
  • Dormir más de lo habitual.
  • Poca energía.
  • Sentimientos de desesperanza.
  • Evitación de actividades o relaciones sociales.

Cómo afrontarlo

Del mismo modo, la especialista da algunas claves para afrontar los síntomas de tristeza comunes en esta época:

  • Volver a tus rutinas y horarios. Es fundamental empezar cuanto antes con nuestras rutinas de horarios, actividades que nos ayuden a conectar poco a poco con nuestro día a día. Incluso antes de volver al trabajo. Para que la adaptación sea de manera más paulatina y no se acumulen grandes cambios que nos puedan provocar un mayor estrés.
  • Práctica el autocuidado. Dedica tiempo a realizar actividades que te gustan y te hacen sentir mejor; es decir, dedica tiempo a ti mismo y tu bienestar.
  • Realiza algún tipo de ejercicio físico. Destina algo de tiempo a realizar algún tipo de actividad física. Ya que, tal y como se ha demostrado, con el ejercicio físico se liberan las hormonas de la endorfina, las cuales ayudan a que el estado de bienestar aumente y a su vez disminuya el malestar emocional.
  • Mantener una dieta equilibrada. Durante vacaciones, nuestra rutina de actividad física y de alimentación se ven alteradas. En concreto, siempre hay grandes excesos en cuanto a la comida y el alcohol, por lo que es muy recomendable volver a tener una alimentación sana y equilibrada. Todo ello generará que dejemos de sentirno pesados, hinchados y con malestar, y empecemos a encontrarnos con una mayor fuerza y vitalidad física, con lo que mejorará de manera directamente proporcional nuestro estado emocional.
  • Pedir ayuda. Si los síntomas son persistentes y nos están afectando en los distintos ámbitos de nuestra vida (laboral, social y familiar), debemos de contactar con profesionales que nos ayuden a reducir los síntomas mediante los diferentes tipos de terapia y poder así encontrarnos mejor anímicamente y que nuestro día a día no se vea alterado.

En esta época del año se da el cóctel de circunstancias perfecto para favorecer la depresión. Además del tan nombrado ‘síndrome posvacacional’, otra serie de cuestiones se aúnan para afectar psicológicamente a la población, según señalan desde el Instituto Psicológico Cláritas.

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