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La Helicobacter pylori busca los puntos débiles de la pared gástrica
  1. Bienestar
Provoca cáncer, úlcera y mal aliento

La Helicobacter pylori busca los puntos débiles de la pared gástrica

El ácido hipocloroso (del que el famoso desinfectante es su sal de sodio) es un poderoso antibacteriano emitido por los glóbulos blancos, pero donde otras bacterias encuentran la muerte, esta solo ve una oportunidad

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

La lucha contra la Helicobacter pylori continúa. Según el doctor Gonzalo Guerra Flecha, médico especialista de aparato digestivo del Centro Médico Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), "aproximadamente el 50% de la población española es portadora de esta bacteria. En la Comunidad de Madrid, la tasa es del 48%, pero en otras zonas como Orense alcanza el 72%". Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Oregón en Estados Unidos ha averiguado cómo estas bacterias colonizan y se especializan en las zonas de nuestro estómago más vulnerables. Las alcanzan y después, con su forma de sacacorchos, se 'atornillan' a la pared gástrica.

Su presencia en el interior de nuestro intestino solo provoca efectos negativos. Dicho de otro modo: no forma parte (lo más mínimo) de nuestra microbiota. Sus síntomas principales son la halitosis (el 90% de los casos se deben a esta bacteria, como explican desde el CMED), las úlceras gástricas y el cáncer de estómago, del que según la Sociedad Española de Oncología Médica, durante este año 2019 se diagnosticarán 7.865 nuevos casos.

"Sabemos que durante la enfermedad, la bacteria es capaz de habitar en tejido inflamado durante años"

Hace unos meses hablábamos de esta característica cualidad cancerosa de la bacteria y de cómo un grupo de científicos japoneses había hallado el porqué de estos efectos. Ahora, los investigadores Arden Perkins, Dan A. Tudorica, Manuel R. Amieva, S. James Remington y Karen Guillemin, de la Universidad de Oregón, han descubierto que la bacteria tiene un mecanismo por el que detecta el ácido hipocloroso (HOCl), cuya sal de sodio es la lejía, y se desplaza hacia las concentraciones más importantes dentro de nuestro estómago de esta molécula.

Esto se debe a que este compuesto químico es emitido por glóbulos blancos presentes en zonas inflamadas o dañadas. Dicho de otro modo: la bacteria busca los puntos débiles de nuestra pared gástrica. Para lograrlo, contiene una proteína llamada TlpD, que se siente 'atraída' hacia la presencia del HOCl.

placeholder El mecanismo que utiliza la bacteria.
El mecanismo que utiliza la bacteria.

Como explica uno de los autores principales del estudio, el investigador Arden Perkins, "una parte de las razones para estudiar esta proteína en particular es que sabemos que el sistema de 'navegación' de la Helicobacter pylori es muy importante para que la bacteria sea capaz de infectar y provocar enfermedades. Si llegamos a entender cuáles son todas las funciones de esta proteína, tal vez seamos capaces de impedir su función gracias a algún nuevo fármaco".

Irónicamente, el aumento de ácido hipocloroso en el interior de nuestro organismo está diseñado para luchar contra los organismos patógenos, dado que es liberado por los glóbulos blancos como parte de la respuesta inmune. De hecho, dos estudios, uno de 2007 elaborado por Martin C. Robinson, Francis Ko, Wyatt G. Payne, Ramin Nafaji y el resto de su equipo de la Universidad del Sur de Florida, y otro de 2013 de J. B. Selkon, G. W. Cherry, J. M. Wilson y M. A. Hughes, del George Eliot Hospital, en el Reino Unido, estudiaron su posible uso como desinfectante tópico (como el Betadine). Los resultados fueron tan positivos que la FDA (la organización gubernamental estadounidense que se encarga de aprobar los medicamentos) decidió permitir esta sustancia en múltiples medicamentos.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Tal y como asegura el investigador Arden Perkins: "Sabemos que a lo largo de la infección, que puede durar toda la vida, la bacteria es capaz de habitar en tejido inflamado durante años y años. Es por esto que estos resultados sugieren que, tal vez, parte de los mecanismos de supervivencia que utiliza la bacteria es sentirse atraía hacia el tejido dañado. Claramente está lo suficientemente evolucionada para ser capaz de aguantar este medio ambiente a pesar de lo peligrosas que sean las altas concentraciones de HOCl en la zona".

Con esto tenemos claro que la Helicobacter pylori es toda una superviviente, y eso es algo impresionante. Pero erradicarla le haría tanto bien al ser humano que, sintiéndolo mucho, la medicina que mencionaba antes el investigador será un gran regalo para nosotros.

La lucha contra la Helicobacter pylori continúa. Según el doctor Gonzalo Guerra Flecha, médico especialista de aparato digestivo del Centro Médico Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), "aproximadamente el 50% de la población española es portadora de esta bacteria. En la Comunidad de Madrid, la tasa es del 48%, pero en otras zonas como Orense alcanza el 72%". Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Oregón en Estados Unidos ha averiguado cómo estas bacterias colonizan y se especializan en las zonas de nuestro estómago más vulnerables. Las alcanzan y después, con su forma de sacacorchos, se 'atornillan' a la pared gástrica.

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