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Un estudio revela que la comida no nutre igual ni a los gemelos
  1. Bienestar
Necesidad de abordaje individualizado

Un estudio revela que la comida no nutre igual ni a los gemelos

Un nuevo trabajo científico demuestra que hasta en ellos existe una gran variación en las respuestas en sangre a las mismas dietas con independencia de que sean carbohidratos o grasas

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No hay dos personas iguales. Incluso aunque tengamos un hermano gemelo y comamos lo mismo, las respuestas a nuestro cuerpo son diferentes, tal y como se acaba de poner de manifiesto. Así, se confirma que es imprescindible un abordaje individualizado de la nutrición para proporcionar mejores beneficios a largo plazo en la salud.

Los resultados de la investigación se presentaron la semana pasada en los congresos de la Sociedad Americana de Nutrición y de la Asociación Americana de Diabetes. Ha sido liderada por expertos del King's College de Londres, del Hospital General de Massachusetts y de la empresa Zoe. El origen fue el estudio de gemelos británicos Twins UK Study, que arrancó hace 25 años y que analiza la salud y calidad de vida de 14.000 gemelos.

"El trabajo arrancó hace 25 años y analiza la salud y calidad de vida de 14.000 gemelos"

El trabajo se centró en la medición de marcadores en sangre de 1.100 adultos estadounidenses y británicos. Más de 500 eran gemelos. A todos se les analizó, durante dos semanas, los niveles de azúcar, insulina y cambios en los triglicéridos en respuesta a comidas específicas y a otras que ellos mismos eligieron. Además, se midieron la actividad, el sueño y las bacterias del intestino.

Machine learning para analizar los datos

Para analizar los millones de datos obtenidos, se utilizaron técnicas de aprendizaje automático (machine learning). Los resultados más destacados son, entre otros, la gran variación que se ha registrado en las respuestas en sangre a las mismas comidas, con independencia de que estuvieran compuestas de carbohidratos o grasa.

Por ejemplo, algunos de los participantes tuvieron aumentos rápidos y prolongados en el azúcar en sangre e insulina, que están vinculados con el aumento de peso y la diabetes. Otros, sin embargo, tuvieron niveles de grasa en sangre que se mantuvieron durante horas en las venas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca.

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Los factores genéticos solo explican en parte estas diferencias: en el 50% de casos para la glucosa, menos del 30% en la insulina y menos del 20% para los triglicéridos. Solo existe también una débil correlación en las respuestas individuales a la grasa y los carbohidratos.

Pero el dato que más llama la atención es la respuesta diferente de los gemelos a alimentos idénticos. Y eso que los gemelos comparten todos sus genes. Además, se registraron diferencias significativas en las bacterias intestinales: solo compartían el 37%, mientras que dos personas que no están emparentadas comparten un porcentaje muy similar, del 35%.

Otro dato relevante es que las proporciones de nutrientes que aparecen en las etiquetas de los alimentos -como grasa, proteínas o hidratos de carbono- explican menos del 40% de las diferencias entre las respuestas nutricionales de los individuos a las comidas con cantidades similares de calorías. También se han registrado grandes diferencias en las respuestas a las mismas comidas en función de la hora del día en que se ingieren.

¿Qué parámetros explican las diferencias?

Los resultados obtenidos sugieren que las diferencias personales en el metabolismo debido a factores como el microbioma intestinal (las bacterias de nuestro intestino), el tiempo que tardamos en comer y el ejercicio que practiquemos son igual de importantes que la composición nutricional de los alimentos. Por tanto, el etiquetado nutricional de muchos alimentos no es suficiente para evaluarlos.

Tim Spector, fundador científico de Zoe, es además profesor de Epidemiología Genética en el King's College de Londres y ha dirigido el trabajo. En su opinión, la escala y detalles de esta investigación “son tales que, por primera vez, podemos explorar datos de nutrición tremendamente ricos en un solo individuo. Los resultados muestran, de manera sorprendente, que todos somos diferentes en nuestra respuesta a algo tan básico como la comida. Fue una verdadera sorpresa ver que incluso los gemelos idénticos tienen respuestas tan diferentes”.

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Para el doctor Andrew Chan, profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, “es tranquilizador que nuestra composición genética solo explique parcialmente cómo responden nuestros cuerpos a los alimentos. Este hecho confirma que nuestro metabolismo no es fijo y que tenemos el poder de cambiarlo. Y una vía interesante es adaptar nuestras dietas a las bacterias que tenemos en nuestro intestino y que nos ayudan a metabolizar los nutrientes.

“Por primera vez, estamos ampliando la investigación nutricional a gran escala más allá del azúcar en sangre. Estos hallazgos muestran que las respuestas a los alimentos de los triglicéridos, la insulina y el azúcar en sangre son muy individualizadas. Nadie había podido combinar, hasta ahora, datos en esta escala”, añade la doctora Sarah Berry, profesora asociada de Ciencias de la Nutrición en King’s College de Londres.

El trabajo continuará con la colaboración de investigadores de las universidades estadounidenses de Stanford y Tufts. El objetivo es incorporar a más de mil voluntarios en Estados Unidos.

Por encima de la genética

Para el doctor Francisco Botella, vocal de Comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, este artículo científico es “metodológicamente complejo y lleno de matices”, por lo que es complicado “sacar un titular sin caer en una simplificación del tema”.

“Básicamente hace referencia a la influencia de la genética y del ambiente en el impacto del consumo de alimentos sobre diversos parámetros metabólicos, tratando de dilucidar cuánto influye cada uno de estos aspectos ante la ingestión de un tipo y una cantidad controlada de alimentos”, explica.

Desde su punto de vista, los autores resaltan el hecho de que aspectos individuales -como pueden ser el estatus hormonal del individuo, muy influenciado por aspectos tan variables como el patrón de sueño, el estado anímico, la práctica previa de ejercicio físico, la hora de la ingesta, los hábitos dealimentación en los días previos o la presencia de comorbilidades- influyen notablemente más que la predisposición genética.

“Estos hallazgos enfatizan la importancia de un abordaje personalizado (no vale una dieta patrón, igual para todos los pacientes) y de que existen factores externos (muchos de ellos modificables) con una influencia decisiva sobre cómo se relaciona nuestro organismo con los alimentos que consumimos”, resume.

No hay dos personas iguales. Incluso aunque tengamos un hermano gemelo y comamos lo mismo, las respuestas a nuestro cuerpo son diferentes, tal y como se acaba de poner de manifiesto. Así, se confirma que es imprescindible un abordaje individualizado de la nutrición para proporcionar mejores beneficios a largo plazo en la salud.

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