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E319, el aditivo que reduce la efectividad de la vacuna de la gripe
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Aumenta sus síntomas

E319, el aditivo que reduce la efectividad de la vacuna de la gripe

Para las personas sanas, esta enfermedad no representa un gran peligro (pero sí un gran malestar). Pero es otra historia completamente diferente para grupos de riesgo, que pueden perder la vida

Foto: Foto: iStock.
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Cualquiera que en algún momento haya decidido que quería comer más sano puede haberse planteado la posibilidad de eliminar todos los aditivos alimentarios de la dieta. Si nos hemos encontrado en esta situación, es posible que seamos conscientes de lo increíblemente difícil que es no comer estos 'añadidos'. ¿Fiambre de pavo? Suerte encontrando algún tipo de producto cárnico entre la fécula de patata, conservantes, colorantes, emulgentes y potenciadores del sabor. Podríamos entrar en la discusión de si los aditivos alimentarios son sanos o no. Personalmente creemos que con lo 'tiquismiquis' que son tanto en la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) como en el resto de organismos comunitarios, no es legal añadir que no esté probado que no es malo. Como comentario añadido a este respecto, es esto lo que diferencia de verdad la legislación estadounidense de la europea en lo que a alimentos se refiere: en Estados Unidos es legal todo lo que no se haya probado que es malo, aquí solo es legal lo que sí se haya probado que no es malo.

"Los resultados sugieren que el aditivo E-319, de alguna forma, redujo la memoria inmune"

Ahora, curiosamente, esta última parte sobre el criterio legal de la Unión va a estar en entredicho debido a un nuevo estudio del que se va a hablar en el congreso de la Sociedad Americana de Farmacología y Terapias Experimentales en la ciudad estadounidense de Orlando. Aunque llevado a cabo en ratones, el estudio del doctor Robert Freeborn de la Michigan State University ha probado que un determinado aditivo alimentario reduce la respuesta inmune al virus de la gripe. No lo decimos nosotros, en sus propias palabras: "Nuestros estudios muestran que los ratones con una dieta rica en terbutilhidroquinona (TBHQ) mostraban una respuesta inmunitaria más débil frente al virus de la gripe. Observamos que la TBHQ impedía la función de los dos tipos de células T, las 'asesinas' y las 'colaboradoras'. Esto condujo a síntomas más graves durante la infección posterior".

Los mecanismos por los que esto tiene lugar no están claros todavía. "Ahora mismo, la hipótesis con la que estamos trabajando es que el TBHQ potencia la producción de proteínas (la CTLA-4 y la IL-10), que se sabe que suprimen el sistema inmune", explica el doctor Freeborn. Pero no solo eso. Los ratones fueron, después de curarse, reinfectados con otra variedad del virus de la gripe. Aquellos que seguían una dieta rica en TBHQ sufrieron una convalencencia más larga y perdieron más peso (la gripe no es una buena forma de hacer dieta, que conste). Como explica el investigador, "los resultados sugieren que este aditivo, de alguna forma, redujo la memoria inmune", que hace que nuestras defensas sean capaces de identificar gérmenes a los que ya ha sido expuesto y los elimine con gran facilidad (es así como funcionan las vacunas. Tal vez el virus del sarampión haya entrado en nuestro organismo esta misma mañana, pero nuestras defensas lo han eliminado -con total superioridad- acto seguido).

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Y ahora la pregunta importante: ¿qué contiene terbutilhidroquinona? Tal vez no hayamos escuchado ese palabro jamás en nuestra vida. Tal vez nos suene mucho más su nombre alternativo: E319. Es un aditivo utilizado por sus propiedades conservantes. Esto se debe a que es un antioxidante de muy potente efecto, tanto que se están estudiando sus propiedades en alimentación con este fin. Se utiliza para evitar que los alimentos se pongan rancios, incluso a bajas temperaturas. Podemos encontrarlo en frituras, mantecados, polvorones, bebidas lácteas, mayonesa, patatas fritas, productos de panadería, galletas, cereales de desayuno o gominolas.

Puede que para nosotros, y teniendo en cuenta que se trata de un estudio preliminar basado en ratones, no tiene demasiada relevancia. Pero no podemos perder de vista que aquellas personas que se ponen la vacuna de la gripe no son hombres o mujeres sanos y fuertes de 30 años de edad, sino niños pequeños, ancianas, personas inmunocomprometidas o embarazadas. Dicho de otro modo: individuos para los que contagiarse la gripe sería un riesgo muy serio. Estos descubrimientos podrían reducir el riesgo de que esto ocurra y eso son ventajas para todos.

Cualquiera que en algún momento haya decidido que quería comer más sano puede haberse planteado la posibilidad de eliminar todos los aditivos alimentarios de la dieta. Si nos hemos encontrado en esta situación, es posible que seamos conscientes de lo increíblemente difícil que es no comer estos 'añadidos'. ¿Fiambre de pavo? Suerte encontrando algún tipo de producto cárnico entre la fécula de patata, conservantes, colorantes, emulgentes y potenciadores del sabor. Podríamos entrar en la discusión de si los aditivos alimentarios son sanos o no. Personalmente creemos que con lo 'tiquismiquis' que son tanto en la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) como en el resto de organismos comunitarios, no es legal añadir que no esté probado que no es malo. Como comentario añadido a este respecto, es esto lo que diferencia de verdad la legislación estadounidense de la europea en lo que a alimentos se refiere: en Estados Unidos es legal todo lo que no se haya probado que es malo, aquí solo es legal lo que sí se haya probado que no es malo.

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