Tal vez valga la pena hacer referencia también a otras dimensiones de lo democrático, relacionadas más bien con las actitudes y disposiciones de sus protagonistas
Alguno debería empezar a pensar en reformular su jaleada tesis de que el independentismo es la última utopía y plantearse si en realidad es el último credo religioso disponible
Las elecciones catalanas se anuncian como un formidable espectáculo de victimización. Las consignas independentistas no parecen ir más allá de la reclamación de libertad para los presos
Quien juega a caballo ganador, quien nunca se ve desautorizada ante sus votantes, es la CUP. Ningún acontecimiento que pueda tener lugar en la realidad consigue desautorizarla
Poco tiene de extraño que haya habido quienes desde una presunta izquierda han ofrecido el argumento de que lo de este domingo se trata de una movilización
De lo que se trata ahora es de poner el foco de la intensidad emotiva sobre aspectos particulares con el objeto de generar en relación con ellos un fuerte sentimiento de adhesión
Es probable que no les falte razón a quienes afirman que en materia electoral todo está inventado. El 'frame' interpretativo en el que ir inscribiendo cuanto va pasando lo decide quien está en el poder
Eso que desde hace un tiempo ha dado en denominarse el relato se retuerce una y otra vez, exprimiéndose hasta que del mismo destilen una gotas de coherencia teleológica
En el fondo, el prefijo 'post' apenas describe otra cosa que un anuncio, el de que nada volverá a ser como antes, aunque se ignore el contenido de cómo va a ser en realidad
Una actitud extendida en la opinión pública en Cataluña es la de calificar como excesiva toda iniciativa de Madrid que ponga en cuestión las decisiones del Govern en cualquier nivel
¿Realmente nos acerca a alguna posible solución recordar la lista de errores cometidos en los años inmediatamente anteriores al inicio del 'procés', por no remontarnos más atrás?