Autor y obra constituyen los polos que enhebran el tejido del valor. Pero, ¿de qué valor estamos hablando? ¿de alguno intrínseco de la obra, o del valor obrado por la autoría?
Escribió Diderot que "es necesario arruinar un monumento para que llegue a ser interesante". Las últimas intervenciones polémicas en nuestro patrimonio arquitectónico abren el debate