Lleno total de leales en el salón donde discursearon Azaña, Ortega o D’Ors, que ya advertía de que en Madrid, a las siete, o das una conferencia o te la dan
Cantarán más afinados después de la revolución”, ironizaba en el baile zarista el Komarovsky de Doctor Zhivago cuando hasta el salón suntuoso subió la protesta de