El objetivo de la Crida es absorber al PDeCAT antes de las próximas elecciones catalanas —¿tras la sentencia en octubre?— y derrotar a la ERC de Junqueras
Pero lo acontecido los últimos ocho días es mucho más espectacular. No es ya que haya perdido la brújula, es que sus contradicciones han hecho que su liderazgo esté agonizante
Las protestas sociales indican que pierde fuerza el mantra de que todo lo malo que pasa en Cataluña es culpa de Madrid y que la Generalitat está libre de polvo y paja
El independentismo no tiene fuerza suficiente, y además nadie en la UE —salvo quizás el populismo de derechas— moverá ni un dedo para desestabilizar a España
El presidente no solicitó directamente el voto independentista a los presupuestos. Pidió diálogo y les recordó que no tienen la mayoría social de Cataluña
La huelga de hambre de Jordi Sànchez (sin ERC) y la pelea de los posconvergentes por la candidatura al Ayuntamiento de Barcelona prueban una gran desorientación
Dos encuestas señalan que en caso de nuevas elecciones no habría mayoría ni de izquierdas ni de derechas, pero que una alianza PSOE-Cs superaría los 180 escaños