En la España de los frentes y de los enemigos, nuestro partido no podía sobrevivir. Cuando se toca la corneta y se apresta al combate, las reformas se posponen a la victoria
La frivolidad con la que el fanático barbudo de nuestro vicepresidente ha despachado un asunto del que no conoce nada, ni personal ni científicamente, lo coloca más cerca del mundo talibán que del occidente civilizado
Hay que ser imbécil para seguir creyendo que en este país se puede hacer política sin ceder a tus principios, sin dejarte arrullar por la mano que mece la cuna de la política
En un ejercicio de vagancia política desconocida, Vox se ha limitado a pedir "que me den lo que a Ciudadanos". Curiosa manera de demostrar sus capacidades y sus intereses
Una política que combine una fe inquebrantable en los derechos individuales con la protección de los más débiles es posible y también aunar el reconocimiento de los errores
En el peor momento de nuestra historia reciente, a los ciudadanos de Madrid se les ha dado a elegir entre políticas "teóricamente" de seguridad y cuidados y la libertad
No tiene sentido apelar a la cogobernanza y no dar los instrumentos necesarios a las comunidades para que puedan gobernar. Ni gobiernan, ni nos dejan gobernar
En política, se debe aprender a ceder en lo accesorio y mantenerse en lo esencial. Ser un partido flexible no quiere decir que cualquier contorsionismo sea posible
El bipartidismo no ha desaparecido. Simplemente, se ha tornado en su peor fantasma: la polarización extrema. Dos frentes, sin interconexión posible, que niegan la legitimidad del adversario
Cuando me preguntan por qué sigo en Ciudadanos, esta puede que sea la respuesta más instintiva: soy mayor para el doble carpado con tirabuzón hacia atrás; salto que con tanta habilidad practican otros en este oficio
No será lo mismo que le ocurrió a Gregorio Samsa. No nos levantaremos una mañana y nos daremos cuenta de que no podemos darnos la vuelta porque nos hemos convertido en un escarabajo. No será tan brusco
La justicia no debe de hacerse en la plaza pública debe de hacerse en las salas de Justicia, con las garantías que un estado liberal precisa para merecer tal nombre
En España, hay territorios que se sienten representados por sus partidos nacionalistas y territorios que parecen estar siempre relegados a la voluntad de las ejecutivas de los partidos nacionales
No podemos quitar los ojos del manillar. No podemos bajarnos de la bicicleta. No podemos pararnos a explicar a la multitud, que nos increpa en cada curva, que ya no podemos más
Hay otra España, una España verdadera, en la que existe la discrepancia política, pero también la solidaridad y la comprensión de los problemas de quienes nos enfrentamos a la gestión diaria