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El sanchismo o la deconstrucción de España, por R. Albala Martínez
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El sanchismo o la deconstrucción de España, por R. Albala Martínez

El sanchismo es un movimiento de deconstrucción que intenta desplazar y reinventar las relaciones, instituciones desde la subjetividad

Foto: Imagen: Rocío Márquez.
Imagen: Rocío Márquez.
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Estimado Director,

Hoy, nuestra España se encuentra inmersa en un proceso de deconstrucción institucional. Aunque las bases para el establecimiento y el desarrollo de esta corriente de pensamiento, en especial en los ámbitos literario y filosófico, fueron impulsadas por Jacques Derrida, en materia política, el gurú, el alumno aventajado, es Pedro Sanchez, que ha dado origen a una nueva corriente política llamada el 'sanchismo', que poco tiene que ver con el 'socialismo' que dice profesar.

El sanchismo es un movimiento de deconstrucción que intenta desplazar y reinventar las relaciones, instituciones desde la subjetividad. Es un movimiento de transformación social que pone el énfasis en las apariencias o sugiere, al menos, que la esencia está en las apariencias, en el relato. El 'sanchismo' trata de deconstruir las estructuras institucionales, pervertir el orden democrático y los modelos sociales establecidos para lograr una revolucionaria transformación del país.

El 'sanchismo', o deconstrucción política, no supone implícitamente la destrucción del sistema democrático que heredamos de nuestros padres a partir de 1978, pero sí implica la aparición de nuevas relaciones, la redistribución de competencias, el desplazamiento de los equilibrios institucionales y la reconfiguración de las bases que soportan nuestro estado de derecho.

Cada día podemos tener situaciones que sirven de ejemplo a esta nueva forma de entender la vida política: el menosprecio de nuestra monarquía parlamentaria, las injerencias sobre el sistema judicial, la fragmentación social, el deterioro de las relaciones internacionales, el replanteo de los sistemas educativos, de las estructuras familiares, de nuestra identidad personal… casi todo es objeto de deconstrucción. Como regla para la identificación de esos acontecimientos puede el lector valorar la alteración del orden causa/efecto, es decir cuando los efectos producidos son la justificación de las causas que los producen. Por ejemplo, si no concedemos los indultos nos falta calidad democrática, sin embargo cualquier persona, hasta ahora, elaboraría el pensamiento al revés, dado que somos un país con una gran calidad democrática no podemos conceder indultos sin estar avalados por los estamentos implicados.

España sorprendió al mundo con el desarrollo de las técnicas de deconstrucción gastronómica. Veinte años después, Sanchez prende conseguir el mismo efecto con su técnica de deconstrucción institucional. Pero, ¿qué experimento social quiere llevar a cabo? ¿Por qué se considera el depositario único de los derechos democráticos conquistados por la sociedad española en su conjunto? ¿Estamos ante la reencarnación de un nuevo mesías político o de un megalómano? ¿Es Sánchez un fenómeno demasiado avanzado a su tiempo o un vocinglero?

Creo que caminamos azuzados por un visionario egocéntrico que nos conduce hacia un horizonte 2050 verde, deconstruido y dividido. Nunca antes han sido tan proféticas las palabras de Alfonso Guerra: "Este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió".

¡Ay, España! ¡Tan falta de autoestima como sobrada de creatividad! ¡Tan llena de talento como de mediocridad! ¡Tan llena de éxitos como de fracasos! ¡Tan llena de fiesta como de duelo! ¡Tan llena de encuentros como de desencuentros! ¡Tan llena de modernidad como de tradición! ¡Tan llena de héroes como de traidores!

Roberto Albala Martínez

Estimado Director,

Pedro Sánchez Política
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