Idus de marzo en Madrid, por J. M. Argüello

Estimado Director,

Hay quien dice que la historia es cíclica. Hace más de dos mil años, un militar romano se las ingeniaba para llegar al poder aupado en triunvirato con dos aliados. No tardaría en destacar sobre ellos y los acontecimientos acabarían por verle convertido en líder absoluto, dando nombre a los siguientes de su condición: el César. César enriqueció Roma, levantó infraestructuras y se afanó en la gobernanza ordenada de su pueblo. Esta acumulación de poderes y fama levantó los celos de parte de sus opositores. Lo siguiente es conocido: en los idus de marzo, conspiraron contra él y pusieron fin a su vida. Lo curioso de la historia es que le sucedería un nuevo triunvirato en el que su hijo adoptivo acabaría por ocupar su mismo lugar: el de César, consolidando el fin de la República y el imperio romano por los siglos.

Milenios después, encontramos en Madrid una gobernante que llega al poder con los votos de dos partidos aliados sobre los que, de nuevo, destaca rápidamente y con solvencia. Ha hecho frente a las especiales dificultades de su legislatura protegiendo a Madrid como el mejor gobernante regional. Ha erigido en tiempo récord un hospital que, ya es generalmente consensuado, ha sido todo un acierto. Y, de nuevo, estos éxitos han levantado ampollas entre opositores y recelosos aliados, de suerte que otra vez cerca de los idus de marzo han conspirado para poner fin a su gobierno. Habrá que ver si el episodio se adhiere también al mismo desenlace. Por el momento, ya hay adopciones de hijos de otros partidos de por medio…y todo parece indicar que el 4 de mayo se consolidará definitivamente también el gobierno liberal en Madrid.

José María Argüello