Huellas anónimas sin cotejar, por J. F. Roldán Pastor

Estimado Director,

A los detenidos en Comisarías de Policía en España, les recogen sus impresiones dactilares y se incorporan al banco de datos. Cuando se cotejan con el banco de datos pueden aparecer otras detenciones, identidades usadas y ver si esas huellas coinciden con las que se recogieron en distintos escenarios de delito. También se averigua si está pendiente de detención por cualquier autoridad.

En los últimos años, por ejemplo, al reseñar nuevos detenidos por violencia sobre la mujer, en ese cotejo con las huellas anónimas suelen encontrarse implicados en delitos porque sus dedos denunciaron su presencia en el lugar de un hecho. Ilegal.

Las impresiones dactilares de un detenido se cotejan con el archivo de huellas anónimas. Cuando una persona debe ser identificada para imponerle una sanción administrativa, la Policía recoge sus impresiones dactilares para comprobar si ha sido detenida antes o si existe alguna búsqueda pendiente, en cuyo supuesto se procederá. Parece lo mismo en ambos casos, sin embargo debemos saber que hay dos archivos para el cotejo de huellas.

Cuando se trata de identificar para sanción administrativa, no se cotejan sus dedos en el archivo donde existen miles de huellas anónimas pendientes de identificar y recogidas en infinidad de escenarios del delito. Una persona que ha sido identificada en la Comisaría para proponerle sanción -consumir droga en lugar público o portar arma blanca prohibida- y no estuvo reseñado antes como detenido, a pesar de recogerle sus huellas, se marchará sin que la Policía compruebe si estuvo en el lugar de un delito, por muy grave que fuere, incluso un atentado terrorista.

Un asesino que no es detenido, pero sí sancionado por infracción administrativa, reseñado para identificar en una Comisaría, se marchará sin problemas porque nadie cotejará sus dedos con las huellas que se recogieron en el lugar del crimen. Si hay algún inconveniente legal, que no conozco, debería legislarse para cambiarlo.

José Francisco Roldán Pastor