Cataluña y los medios, por J. Gibert Arce

Estimado Director,

Es innegable que las elecciones catalanas han sido fuente inagotable de artículos en El Confidencial y algunos pueden pensar, incluso lo escriben en sus comentarios, que ya es hora de dejar de hablar de Cataluña. Pero creo que ustedes hacen bien y que, en adelante, será el tema central de muchos más artículos.

A medida que las vacunas van reduciendo la presencia del covid-19 en los medios y, mientras esperamos la siguiente pandemia, comprobamos que el problema catalán se ha convertido en el más relevante que padece España en el siglo XXI y que, lejos de amainar, nos está llevando a nuevos horizontes.

Porque más que catalán, el problema es español. Y no hay nada más español que la actitud de los líderes independentistas, alanceando molinos, y de sus seguidores, con su 'sostenella y no enmendalla', por eso es un experimento sociológico de gran interés.

A los catalanes nos gustaba definirnos como los españoles con mayor 'seny' y menor 'rauxa', que pensábamos era más típica de otros compatriotas, como los vascos, y que, en nuestro caso, se reservaba para el teatro clásico, pues hasta la sardana o el 'ball de bastons' son ejemplos de 'seny'. Y hete aquí que ahora el Parlament de Cataluña tiene más de dos tercios de diputados (69% exactamente) que representan a la 'rauxa', algo nunca visto en un parlamento español, en ninguna comunidad.

Además, nos pilla con un gobierno español de izquierdas y laico que, contra el sentido común, siente la imperiosa necesidad de comprender y de arropar a los carlistas católicos que forman el cuerpo dirigente del independentismo, mientras que la oposición ha quedado reducida a otro representante de la 'rauxa', nacido de la inoperancia de la derecha histórica.

Lo dicho, buenos tiempos para el periodismo.

Jordi Gibert Arce